Como si fuese un tatuaje, el mensaje que se nos queda pegado en la piel y en el alma es precisamente éste, Amor de Madre, resumen de la intensidad que nos promete a los espectadores que el próximo sábado 24 de febrero a 19’30 h asistamos al Teatro Chapi de Villena para disfrutar de la función.

En la oferta teatral que el Teatro Chapí de Villena nos ofrece en la temporada recién estrenada, encontramos propuestas muy diversas entre sí, pero enormemente interesantes y recomendables. Comenzamos en febrero con “He nacido para verte sonreír”, producida por el Teatro de la Abadía. La dirección del también argentino Pablo Messiez y un elenco integrado por dos únicos actores, Isabel Ordaz y Fernando Delgado-Hierro, nos ponen en la pista de que nos encontramos ante una función de teatro íntimo.

Tanto es así, que la hiperrealista escenografía que recrea la cocina de un hogar cualquiera, parece querer acogernos dentro, mientras que rodeado el escenario de una maraña de arbustos intimidatorios, nos obliga a mantenernos expectantes en nuestras butacas.

LA HISTORIA

La historia, aunque aparentemente sencilla, está plagada de subtramas y argumentos entrecruzados que van aflorando a medida que su única protagonista hablante, Miriam (Isabel Ordaz), nos despliega toda una serie de registros cuidados y sentidos que son capaces de tocar nuestra fibra y hacer despertar en nosotros emociones contrapuestas. Se trata de un diálogo en una única dirección, en definitiva un monólogo en el que el destinatario es el hijo presente y a la vez ausente, o quizá  solo el público que sentado en sus butacas vaya descubriendo la realidad de la protagonista.

Así, iremos averiguando que esta mujer que se mueve por su cocina como cualquier otro día, en realidad se está enfrentando a un momento irrepetible de su vida. Porque Miriam se despide hoy de su hijo —un joven Fernando Delgado-Hierro que aún enmudecido por una enfermedad, consigue transmitirnos con su cuerpo y con su gesto, la oscuridad que encierra en su alma como un grito desgarrador— y necesita, como catarsis, contarle a él en esa soledad íntima de la cocina lo que ha supuesto para ella la desesperación de verle caer en el aislamiento más absoluto, oculto en un espacio vedado para todos los demás, incluso para su propia madre. Así quizá consiga entender porqué ha llegado hasta ahí y si existe, acaso, esperanza para ambos. Madre e hijo, comparten esos últimos momentos de soledad mientras aguardan al padre. Juntos partirán hacia un viaje sin retorno: la clínica en la que van a internar al chico para intentar curar su trastorno mental.

LAS EMOCIONES

Todos los recuerdos, esperanzas, ansias, dolores y felicidad, salen a la luz convocados por la voz de Miriam, en estos últimos instantes a los que ella se aferra con desesperación y a la vez esperanza y va desgranando para su hijo, y sobre todo, para sí misma, un universo íntimo, quizá en un afán de comprenderse mejor, o tal vez, simplemente, para que el silencio que entre ambos se instaló hace tiempo, desaparezca siquiera por los últimos minutos de su vida en común.

Isabel Ordaz nos regala una lección de teatro, nos ofrece una función sensible y muy especial, en la que nos hace enamorarnos de su personaje y a la vez odiarlo por momentos, nos muestra su alma de madre desnuda de todo adorno, alejada de convencionalismos en algunos momentos y en otros revestida de una pátina tan formal y burguesa que resulta casi odiosa. En algunos aspectos,  su personaje puede evocarnos a Carmen Sotillo, la protagonista de la obra de Miguel Delibes, “Cinco horas con Mario”. Pero esta Miriam es otra cosa, como ella misma dice en algún momento de la función:  “Soy otra cosa que no sé”. Porque ella es sobre todo madre, con sus grandezas y miserias, con su altruismo y su egoísmo. Con todo el amor que una madre es capaz de dar, pero también de negar.

Miriam verá partir a su hijo y su alma se partirá en dos, para irse con él, o quizá para quedarse a saborear su postrera sonrisa: esa es su única razón de ser, la única razón que aún la mantiene con vida.

No se pierdan esta excelente obra que nos ofrece la oportunidad de disfrutar de una muestra de lo mejor de la cartelera teatral. La Cita es el próximo sábado 24 de febrero en el Teatro Chapí de Villena; entradas a la venta en la taquilla del teatro y a través de su página web.