“Hay un tiempo, / ramillete de besos / de solo una noche, / un tren, dos libros. / Dvorak entre sinfonías / circulares y profundas. / Péndulos, lunas amarillas. / Corazones, manecillas, / lámparas de aceite. / ¡Cuántas manos! / En la muñeca un reloj / marcando el amor. / Hay un tiempo / que quiso ser eterno; / entró por los ojos / se refugió en los cuerpos”.

Beatriz Giovanna Ramírez (Bogotá, Colombia, 1979). Licenciada en Lingüística y Literatura. Ejerció durante años como profesora de Lengua Castellana y Literatura. Diplomada en Creación Narrativa por la Universidad de Colombia. En España se Licenció en Teoría Literaria y Literatura Comparada (Universidad Complutense de Madrid), Postgrado en Literatura Castellana para la Igualdad de Género (UNED). Ha finalizado el Plan de Estudios del Máster en Investigación de Estudios Feministas, de Género y Ciudadanía (UJI). Vive en España con sus hijos desde hace una década. Recientemente ha obtenido la nacionalidad española. Ha colaborado en más de 38 publicaciones, entre las que se destacan antologías poéticas y narrativas; revistas literarias, artísticas y académicas; libros de autor y anuarios de artistas. Ha sido columnista en Media Isla y Analecta Literaria. Actualmente es editora de Long Island al Día. Tiene traducciones al búlgaro, catalán, rumano, italiano, portugués, alemán e inglés. En el 2009 creó el blog Pincelada Rosa y en 2021 su web https://www.beatrizgiovannaramirez.com/. Ha colaborado en varias revistas literarias y periódicos digitales.

En el 2012 publica su primer libro de poesía Antes de entrar en el bosque. Le siguió Un montón de espejos rotos, Microficciones en escenas de pingback, el fotopoemario Poesía de Alta Traición, ilustrado por los artistas Manuel A. Velandia Mora y Juan Carlos Sanz, y su último poemario publicado es Desnuda junto al mar.

Enamorada desde niña de la lectura y la poesía, Beatriz Giovanna es una mujer que siente su vida unida a la literatura y a la creación literaria. Cada uno de sus libros ofrece un universo distinto, una propuesta estética y de lenguaje independientes; un proyecto creativo que desde principio a fin persigue la belleza y el compromiso con el lector. Su voz refleja la búsqueda incesante de la identidad femenina, un espíritu de lucha por los derechos de las personas con diversidad funcional y Lgtbi, así como su conciencia social y feminista.

Desnuda junto al mar es un poemario erótico, sensual y juguetón, lleno de sugerencias vinculadas con la piel y el deseo. Siguiendo su línea transgresora en la poesía, nos invita a vivir la sensualidad sin tapujos. Las posiciones y los esquemas se rompen para invitar al placer natural y a la plenitud de la vida, al descubrimiento del sexo, con todo el poder carnal. Una reafirmación que la poeta construye a través de los versos y promueve con el lenguaje.

“Si digo orgasmo ¿tendré uno? / Hay un espejismo en tus ojos claros, / un oasis eterno en el que quiero morir. / Hay un corazón que palpita / y se escucha en los tejados. / Hay un árbol de vida que me habla / de manzanas y serpientes. / Hay un deseo que se mueve y da señales de vida. / Si digo orgasmo ¿tendré uno? / Soy la iglesia rosa que espera al monje”.

Este libro lo conforman veintiún poemas llenos de libertad expresiva, tan característica de la poética de Beatriz. La oportunidad de crear personajes, hablar, vivir y sentir a través de ellos, define un entorno propio, en el que se opta por las sensaciones y los sentimientos de una mujer dueña de sus actos y sin reparos al hablar de la pasión. Desde la retórica de la desnudez, los versos nos muestran un mundo que puede apuntar a la confesionalidad pero que se acerca más a la reflexión sobre lo íntimo.

“Llega mi amor todo y entero a mirarte. / Niño cantábrico lleno de soles y de alondras, / abrazo tu horizonte y entre el azul del cielo y las mareas, / abro la puerta de mi casa / para llenarla con las flores de tu amor. / La ductilidad de tus arrullos; / de esas palabras viajeras, / de tu boca llena de alas y caminos; / de tu amor tan esperado, fino y bendito. / Te encontré entre las palabras, / en la cadencia de tu ritmo, / de tu música duermevela / y en los cuentos orientales”.

Cada palabra parece ser fruto del tacto y de la carne, y es desde la idealización del ser amado desde donde la autora capta el instante y lo retrata. De esta manera, asistimos a un juego de espejos, en el acto propio de nombrar, que invita a la fantasía y a la experiencia vertical del amor.

“Queda la imagen, / alma desdoblada en el lienzo. / Boca que besa, sangre con olor, / cielo, otoño, hoja mecida, sinergia. / Mirada que mira, un pie, / una atormentada nube, / un hombre sensual, / dedos, óleo, / lugar al que siempre se regresa. / Me canso de ser mujer / desamparadas las letras. / Silencio, solo pasión”.

Los recuerdos, las experiencias personales e intransferibles, evocan situaciones que forman parte del sujeto poético y se reflejan en todo lo que lo rodea. Desde esta perspectiva, el anhelo, el deseo, la soledad, el dolor, forman parte de la vida y la llenan de belleza y lirismo. Incluso el abandono abre paso a la esperanza, que se refuerza en la escritura.

“Yo he de verte cuando abra las palabras, / cuando encuentre su corazón y su sentido. / Yo he de sentirte en medio del tumulto, / en la sonrisa de aquel niño rubio / y de una abuela inmensamente sabia. / Yo he de quererte cuando respire un poema / y exhale tu nombre en la mañana”.

Beatriz Giovanna Ramírez se acerca en Desnuda junto al mar a la esencia de lo femenino, de la libertad que supone el acto amoroso y la conciencia de expresarlo a través de la palabra. Sus textos, llenos de calidez, dibujan un paisaje donde la existencia se filtra por la piel y llega a una percepción profunda de lo sensible. Dice la autora en el poema “Realidades y espejismos”: “Yo te conocí por una rendija abierta; / en un tren de Barcelona, / donde se colaba una ráfaga de luz; / y llegaste para ser soñado a cada instante, / y entre realidades y espejismos, / a ser testigo de mi amor”. Soñemos, vivamos. Leamos.

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Beatriz Giovanna con su poemario “Desnuda junto al mar” que esculpe el deseo, la memoria y los nuevos sueños

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