Fotografías de Pablo Martínez Tripiana

Rafa García Jover (Sant Joan d’Alacant, 1971) es licenciado en Filología Hispánica y profesor de Valencià y Lengua Castellana y Literatura de ESO. Ha participado como inédito en el ciclo de Poetas en Cercanías que organiza Letras de Contestania. Algunos de sus textos han aparecido en fanzines como «El Manifiesto Azul» o «Carne para el perro, así como en varias revistas digitales. Ha participado en las antologías colectivas «Yo me quedo en casa «(Boria, 2020) y «Poetas en el Puente de los Espejos» (Eléctrico Romance, 2022). Sus poemarios publicados son «Introducción y notas» (20209 y «Del privilegio de la ingravidez» (2023) , ambos con Boria Ediciones.

– Dice la RAE que ingravidez es la situación en que desaparecen los efectos de las fuerzas gravitatorias. A lo largo de este libro, ¿desde qué perspectiva aparece la “ingravidez”?

La ingravidez aparece como sinónimo de importancia, de peso social. Hay dos tipos de ingravidez en el poemario que se corresponde con las dos parte en que está dividido: la impuesta, en la primera parte, que duele porque implica una expulsión de lo normativo y la sufren aquellos que la sociedad excluye porque no encajan; y la voluntaria, en la segunda parte, que no duele, aunque cueste encontrarla , porque es algo que tú eliges, es una huida voluntaria del “paraíso”.

-En la primera parte, la más social, vemos cómo la voz de los exiliados, las prostitutas, las violadas, los muertos de las cunetas, los olvidados… abren una brecha hacia la reflexión personal. ¿Es la poesía, para ti, un camino de reivindicación?, ¿de denuncia?

Por supuesto. Ser poeta, ser artista, es una manera de estar en el mundo y en esta primera parte me he servido de temas y personajes cercanos al lector (como los que has mencionado) para que sea más efectiva la reivindicación del ingrávido y la denuncia de la ingravidez impuesta. La poesía, el arte en general, ha de servir también para cambiar el mundo a través de la denuncia social.

– La segunda parte del libro recrea un ambiente muy norteamericano. Moteles, supermercados, señas culturales, paisajes … que sirven de apoyo en un viaje mucho más introspectivo, incluso metafísico, tal y como dice en el prólogo Marisol Sánchez Gómez. ¿Nace como fruto de un viaje real a Norteamérica? ¿De qué fuentes te nutres para la ambientación?

Esta segunda parte surge de la lectura de novelas, poemas y obras de teatro; del visionado de películas; y, por supuesto, de la música norteamericanas. No llega a ser como un viaje real, por supuesto,  pero todos esos conocimientos me han  dado una imagen muy aproximada de lo que quería transmitir. Además, esta parte es menos social que la primera; es más personal, más introspectiva.

– Algunos poemas como “Vacilante Dios”, “Introducciones para el suicidio (de Gretl Trakl)”, “Enigmas” … aparecen como procesos o enumeraciones, ¿el yo poético ordena su pensamiento en una secuencia lógica?

Personalmente, a la hora de escribir suelo ordenar mi pensamiento para poder redactarlo de la manera más fluida y comprensible. El desorden me bloquea y lo peor para un escritor es estar paralizado.

Del privilegio de la ingravidez – SOIDEM
Boria Ediciones, 2023

– ¿Es la búsqueda de la ingravidez una especie de huida? ¿De viaje sin retorno? ¿De reencuentro con uno mismo?

Cuando la ingravidez es elegida, sí lo es. Es un viaje a la semilla, al centro de lo que somos, un viaje que todos deberías experimentar. ¿Sin retorno? Por desgracia, la sociedad capitalista en la que vivimos no nos permite estar mucho tiempo huidos. Nos obliga a volver a la realidad: el trabajo, la familia, los amigos… La huida voluntaria del paraíso y el no retorno se pagan caros.

-Hablemos de la forma, de la estética. Al avanzar por el poemario notamos que visualmente comienza de manera más estructurada y, poco a poco, utilizas recursos más efímeros o experimentales… ¿es una manera de evocar la ingravidez?

Efectivamente. Lo poemas de la primera parte, la más social, la más cercana al lector, tiene una estructura más clásica: mayúsculas, signos de puntuación, estrofas… Conforme avanza el poemario, este pasa a ser más personal y van desapareciendo esas características que constriñen el poema. La libertad es mayor y eso se refleja en la ausencia de normas.

– “Del privilegio de la ingravidez” empieza y acaba con diferentes citas que nombran la ingravidez. Háblanos de cómo nació la idea del libro y qué papel juegan las referencias literarias en tu poética.

Siempre lo digo: somos lo que leemos. Nadie surge de la nada y es básico siempre agradecer a esos poetas que consideras tus maestros (todos hemos empezado a escribir tras leer a un / una grande). Por otro lado, también es de justicia agradecer, a través de las citas, a esos autores contemporáneos que te han ayudado a que el poemario adquiera forma y sentido.

– “Introducción y notas” y “Del privilegio de la ingravidez”, los dos publicados por Boria Ediciones, marcan una ruta, una manera de transmitir tu discurso, además de definir tu voz poética. Háblanos de cómo concibes y preparas los libros, tus secretos (alguno al menos) a la hora de escribir un poemario. ¿Qué papel juega la inspiración?

Como dicen, la inspiración te ha de sorprender trabajando. En mi caso, para poder sentarme a escribir un poemario primero tengo que tener claro qué voy a contar y cómo lo voy a contar.

– Siguiendo con la tónica de tu anterior libro, las notas nos invitan a indagar, a buscar más allá de los propios versos, a ser parte activa y curiosa. ¿Es eso lo que buscas? ¿Qué le pides al lector, si es que se le puede pedir algo a este respecto?

Al lector le pido que sea activo, que además de que cada poema que lea le provoque alguna reacción, sea esta de atracción o de repulsa, también le despierte el interés por completar determinada información mediante la búsqueda de más datos, de otros poemas…