El acto institucional que ha tenido lugar esta mañana, ha contado con la presencia del Alcalde, Luis Barcala, al autor de la muestra, Eduardo Nave, la Directora de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Ana Torrente, la Directora General de Justicia, Verónica López, el Director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez y miembros de la Corporación Municipal.

Barcala ha señalado que con esta muestra «Alicante quiere contribuir a mantener vivo el recuerdo a aquellos que fueron asesinados por ETA y rendir homenaje tanto a ellos como a sus familiares».

Las imágenes que conforman la exposición «nos evocan y nos retrotraen a los lugares donde perdieron la vida personas inocentes». El perdón, ha señalado el Alcalde, «queda en manos de las víctimas, pero el recuerdo es obligado para todos».

Tras visitar las obras junto al autor, Barcala ha destacado que «no hay nada más impactante que observar lugares cotidianos, rincones que podemos contemplar en cualquier ciudad, y ser consciente que en algún momento se convirtieron en paredones del asesinato, en el lugar donde se perpetraron los peores crímenes de nuestra historia reciente»

La muestra, que puede visitarse hasta el 27 de enero, es de carácter histórico y documental, retrata el escenario “a la hora y en el lugar” donde un acontecimiento trágico ha dejado una herida permanente.

Eduardo Nave, comisario de la exposición, se desplaza hasta aquellos enclaves en donde la organización terrorista ETA ha cometido un atentado desde la década de los sesenta hasta la actualidad y se somete a la naturaleza de los hechos perpetrados. El mismo día, a la hora exacta, ingresa en la escena precisa y realiza una toma fotográfica.

Realizado a lo largo de cinco años (2008-2013), el proyecto está compuesto por fotografías, titulares de prensa, transcripciones de radio, coordenadas espaciales, así como grabaciones de vídeo y audio de cada escenario. Expuesta por primera vez, se trata de una muestra en la que tanto la obra, como el diseño expositivo y su enfoque conceptual, están en perfecto diálogo y sintonía.

Una exposición que pone el énfasis en la escucha y el reconocimiento de la memoria individual y colectiva pero también en el trabajo de campo y de documentación realizado por el propio autor. De ahí su carácter de archivo, de registro, de recuerdo y de documento histórico.

Nave nos invita a reflexionar sobre el mutismo y la mutilación que sufre el individuo y su entorno a partir de referencias históricas. Sin duda el conjunto de su obra inmortaliza el síntoma en la imagen y convoca la urgencia de la escucha, ampliando así la experiencia emocional de sus fotografías.