El coordinador del Aula de Arte de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante y profesor colaborador del Departamento de Construcciones Arquitectónicas de la UA,  Alejandro Cañestro, ha dado a conocer esta semana algunos de los resultados de sus investigaciones sobre la Basílica de Santa María de Alicante, unos datos desconocidos hasta ahora que revelan que parte del antiguo retablo de la Basílica se encuentra en el Museo del Prado. Este descubrimiento se ha dado a conocer en el curso «La Basílica de Santa María de Alicante» que Cañestro imparte online en la Sede Ciudad de Alicante.

Cañestro ha detallado que hacia 1480 se documenta en Alicante la presencia del pintor Rodrigo de Osona (Valencia, 1440-1518), el introductor del Renacimiento en tierras valencianas junto con el italiano Paolo de San Leocadio. Osona ejecuta en la Basílica alicantina un retablo con escenas de los misterios de la vida de la Virgen, que estaría en el altar mayor. En el banco o predela de ese retablo, irían entre 7 y 9 tablas con motivos de la Pasión de Cristo y en la hornacina principal del retablo, estaría una imagen de piedra de la Virgen.

El  montaje fue muy alabado por las crónicas de la época pero, en 1750, el maestro cantero alicantino José Terol desmonta ese retablo, tras aprobar la junta de parroquia construir uno nuevo, más acorde con los tiempos barrocos. «La Virgen de la hornacina central del retablo se dispuso en el retablo de piedra que hay según se entra a la basílica y que todavía se conserva», explica Cañestro, «mientras que las tablas de Rodrigo de Osona fueron compradas por el Marqués del Bosch, cuya familia tuvo gran presencia en la basílica. Este Marqués las vende y en 1923 las tablas se van a Londres, donde permanecen hasta 1941, momento en que el Estado español compra dos de las tablas (la Natividad y la Epifanía), que se depositan en el Museo del Prado. En 1983, el Estado compra otras seis tablas que pertenecían al retablo de Alicante: son seis tablas que formarían parte del banco o predela  del retablo, que también están integradas en las colecciones del Museo del Prado».

El investigador añade que «también de Osona es la tabla de los Santos Juanes que, a día de hoy, todavía subsiste en la basílica alicantina».