La alicantina Elia Barceló, presentó el pasado 28 de abril en las jornadas literarias de Elda una nueva novela, Muerte en Santa Rita. Y lo hizo en una casa solariega, más pequeña, pero que recordaba vagamente a Santa Rita, un lugar que es en el centro geográfico donde transcurren los hechos en su nueva publicación. Una novela negra, calificada de noir mediterráneo, que al mismo tiempo es un claro homenaje a una de sus autoras favoritas, Agatha Christie.

Lo primero que pensé cuando vi el título es ¿qué es Santa Rita? Pues bien, es un antiguo balneario, que se transformo en sanatorio y finalmente se convirtió en la casa de una anciana y famosa escritora, Sofía, donde viven en comunidad unas cuarenta personas de todas las edades, apoyándose los unos a los otros como si se tratase de un cohousing. Pero también es un lugar con secretos.

La novela se ubica en el levante mediterráneo, un lugar luminoso, lleno de plantas. Un lugar idílico, en el que no existe la prisa, y quien ahí habita es feliz.

Como en muchas de las novelas de Elía Barceló, existen secretos, mujeres fuertes y protagonistas de cierta edad, totalmente capaces de vivir en plenitud y tomar sus propias decisiones.

La protagonista, Greta, sobrina y traductora de Sofía, llega para quedarse una temporada y, a través de ella, vamos conociendo a los personajes de la historia: Candy, secretaria y mano derecha de Sofía; Robles, comisario de policía retirado; Nel y su grupo, estudiantes universitarios; Miguel, profesor de matemáticas ciego; Reme, madre de una mujer maltratada…

La llegada de un viejo conocido de Sofía con planes propios para el futuro de la comunidad creará los primeros problemas. Pocos días después de haber vuelto, el hombre aparece muerto en la alberca de riego. ¿Accidente o asesinato? De hecho, casi todos los habitantes de Santa Rita han tenido ocasión y no les habrían faltado ganas de hacer desaparecer a Moncho Riquelme.

Greta y Robles se involucrarán en la investigación y, sin pretenderlo, irán desvelando más secretos y descubriendo más misterios de lo que pensaban.

“¿Y si de verdad había sido asesinato? ¿Quién, en Santa Rita, sería capaz de matar? Y ¿por qué? ¿A quién podía beneficiar la muerte de aquel payaso? A todos, claro, ese era el problema: que, exceptuando a Sofía, desde el punto de vista de los habitantes de Santa Rita, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, como mejor estaba Moncho era justo como estaba ahora: muerto.”

Una novela amable, con luz, pero también con intriga. Un enigma que desentrañar. Una excelente opción de lectura para pasar un buen rato sin dejar de reflexionar sobre cómo queremos vivir en nuestra vejez.