Su historia ha sido silenciada durante décadas. Hasta finales de los 70 ni se hablaba de ellos. Cuando se comenzó a hablar se hizo con miedo. Con muchísimo miedo. Fueron arrojados al infierno de los campos Mauthausen y Gusen por ser republicanos en España y vendidos por ser españoles en Francia. Pero la memoria ha ido abriéndose camino.
«A veces los familiares desconocen exactamente lo que ha pasado y creen que acabaron en las cámaras de gas pero con los españoles no suele ser así». Quien lo afirma es Adrián Blas Mínguez, delegado de la Amical de Mauthausen en Valencia, y quien el próximo viernes 27 de abril ofrecerá en Dénia la conferencia titulada “Del Montgó a Mauthausen y Gusen, cuatro dianenses en el horror de los campos nazis”.
Cuenta que aunque a veces es difícil recrear el pasado, en el caso de estos cuatro hombres sí se ha podido saber exactamente qué ocurrió desde el momento en que salieron de los campos franceses -con la connivencia de Franco y Petain- y llegaron a los campos de Mauthausen y Gusen. Tres de ellos murieron allí: Asensio Vives Roselló, con 45 años y tras siete meses de penalidades; Jaime Crespo Vengut, con 50 años y tras cuatro meses en el campo; y José Ramis Grimalt, que falleció a los 47 años tras resistir dos años y cinco meses. Vicente Pérez Bolufer fue el único superviviente, liberado en 1945 con 31 años de edad, tras cuatro años y un mes en el infierno.
«En el campo se hacían barbaridades, las SS no daban ninguna explicación al Estado y cualquiera podía matar a un prisionero sin tener que dar explicaciones por ello», cuenta Adrián. Conservar o no la vida era pura cuestión de suerte y para sobrevivir a aquello «no pensaban en el mañana ni en sus familias ni en nada».
Hay un denominador común en todos los supervivientes de los campos nazis y es que «nunca te van a hablar de la homosexualidad ni del suicidio, ni del canibalismo». Ni tampoco de prisioneros que mataban a prisioneros, a veces sólo para poder vivir un día más. Es el miedo a hablar, que todavía existe. Pero a pesar de todo «me han enseñado a no odiar». Y a no olvidar.
Amical Mauthausen ofrece charlas para mantener el recuerdo
«Yo no puedo entender que un ser humano le pueda hacer esto a otro, y no estaban locos, lo tenían todo perfectamente organizado», asegura Blas Mínguez. «¿Tú sabes lo que hacían con el cabello humano? Lo utilizaban para las suelas de los zapatos de los submarinistas, porque no hace chispas». Y algo que nunca se ha querido reconocer: «lo sabían, siempre se ha dicho que aquí no sabían qué había pasado con los republicanos españoles que habían ido a luchar a Francia, pero eso es falso y hay documentos que lo demuestran».
La Amical Mauthausen ofrece conferencias en institutos por toda la Comunidad Valenciana y organiza viajes para que los jóvenes conozcan de primera mano los campos. Los jóvenes, de hecho, son y han sido fundamentales para la memoria. Cuando Austria trató de «humanizar» los campos, fueron los jóvenes quienes se opusieron. Los jóvenes son los que tendrán que transmitir la historia en un momento en que en Europa está resurgiendo la extrema derecha. «Sería muy interesante una asignatura obligatoria que enseñara a no odiar» nos plantea Adrián Blas Mínguez.
¿Qué vamos a ver y a oír entonces si acudimos a la Casa de la Cultura de Dénia el próximo viernes 27 de abril? «Suelo hablar siempre en general de lo que ocurrió, con un vídeo de unos 8 minutos que fue lo que encontraron las tropas americanas cuando entraron en los campos, pero esta vez sí hablaré de estas cuatro personas en concreto, de su día a día».
Además, el viernes 27 de abril se inaugurará en la Casa de Cultura de Dénia, a las 19:30 h, la exposición fotográfica «Auschwitz-Birkenau. Silenci, dolor i mort», de Juan José Todolí, que se podrá visitar hasta el 11 de mayo. La conferencia de Adrián Blas Mínguez, “Del Montgó a Mauthausen y Gusen, cuatro dianenses en el horror de los campos nazis”, comenzará a las 20:00 h en el salón de actos.
Para finalizar el programa «Fem Memòria. Dénia guerra i repressió», el domingo 29 de abril, a las 12 del mediodía, se celebrará un acto de homenaje en el Cementerio Municipal de Dénia. En el se descubrirá una placa en recuerdo de los cuatro dianenses víctimas del nazismo, ubicada junto a la que homenajea a los republicanos fusilados en 1939, al final de la Guerra Civil. El músico y cantante Jaume Ginestar pondrá música a este acto interpretando una pieza musical, el tema vocal «5 de Pego» y el poema «Tragèdia de una rosa» de María Ibars.
«Los familiares que van a Mauthausen rezan al humo, pero aquí tenemos a gente en las cunetas y eso tampoco hay que olvidarlo», recuerda finalmente Adrián Blas Mínguez.
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