Como cierre de la exposición “Pepe Estruch. Imagen, voz y palabra” que ha ofrecido desde el 2 de octubre una muestra de los fondos documentales donados el año pasado al IAC Juan Gil-Albert por Israel Chaves, custodio del archivo personal del director teatral. El comisariado de la exposición fue llevada a cabo por las profesionales Juana María Balsalobre y Cristina Llorens del propio instituto.

“La huella de Estruch” fue la mesa redonda promovida por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert para analizar la influencia de José Estruch en el teatro español durante las últimas décadas. La RESAD estuvo representada por su director Pablo Iglesias y dos profesores, el dramaturgo Ignacio García May y el director teatral Eduardo Vasco, que esuvieron acompañados por Paco Alberola, profesor de la ESAD de Murcia y autor reciente de una obra sobre Estruch.

El coloquio se centró en la influencia de Estruch en el teatro español de las últimas décadas. Dos de los ponentes, García May y Alberola, le trataron personalmente y fueron sus discípulos. El primero mantuvo una gran amistad con el director teatral y profesor alicantino, mientras que el segundo fue alumno suyo en la RESAD y participó como actor en el montaje de Medora (1978). Era un gran profesor, probablemente incluso más excepcional que en su propia profesión de director escénico y obtuvo la consideración de maestro entre su alumnado y círculo teatral.

Por su parte, Iglesias habló de la huella y recuerdo que Estruch ha dejado en la RESAD, donde el dramaturgo fue profesor de Interpretación, durante solo diez años, y donde el aula de Teatro Clásico y la Asociación de Antiguos Alumnos llevan su nombre desde hace años. Vasco, que dirigió la Compañía Nacional de Teatro Clásico durante siete años y ha sido también vicedirector de la RESAD, intervino como moderador de la mesa.

Estruch era un docente con el que se aprendía mucho con cualquier excusa que rescataba muchas cosas interesantes para la gente. Consiguió redescuubrir a los clásicos a los más jóvenes de aquella época dejando una huella invisible apreciable pero no visible expresamente donde la limitación potenciaba la creatividad.

En la mesa se consideró de él que tenía un pensamiento expansivo donde es esencial el camino o el proceso y no tanto el resultado. Era una persona global, pluridireccional, atemporal, positivista y, simultáneamente, muy individualista y colectivo, amante de lo cotidiano.

Su característica principal era la sencillez como bandera. Los docentes en aquella época eran como estatuas, pero Pepe Estruch se movía. Su llegada a nuestro país supuso un fuerte cambio por la evolución artística tan distintas en Uruguay con respecto a la España de aquel momento.

El ponente Paco Alberola presentó su obra “Escritos de Pepe Estruch” trabajo que se editará en 2019 de mano de la RESAD y sobre la que indicó que es una obra que viene con retraso, teniendo en cuenta que estaba ya finalizada hace algo más de veinte años. Una obra que recoge obra literaria propia del autor como poesía o cuentos así como distintos escritos de profesionales de las artes escénicas de nuestro país y una introducción biográfica. Alberola propuso que el momento actual era el adecuado para desarrollar unas jornadas-congreso sobre Estruch, de corte nacional o internacional, así como el propio estreno teatral de una obra propia.