En la gestión cultural de la ciudad de Alicante, las mujeres imprimen el ritmo. Ellas decidieron apostar por un proyecto profesional, casi de vida, donde la Cultura era la Dama o el Rey en su modelo de negocio. Un negocio, claro, de alto riesgo donde se han enfrentado con mucha determinación, con gran valentía y ahora se han convertido, naturalmente, en referentes de la vida de la ciudad. De la vida comprometida con la creatividad y la creación. Respaldando artistas de distintas disciplinas, dándoles su lugar en sus espacios. Y eso, para nuestro medio, tiene un valor incalculable y requiere tener visión y decisión, y estas mujeres lo tienen.
Cuando visitas Villavieja 6, que está en la calle Villavieja 6 para que no existan dudas, es inevitable saber que detrás de ese proyecto empresarial con una dosis cultural extremada hay detrás y delante de esa iniciativa una emprendedora como la copa de un pino que es Susana Ruíz. En dos años y medio lleva más de 600 eventos a sus espaldas en un lugar además con encanto.
Yo profesionalmente he coincidido con ella, en Villavieja 6, en acciones vinculadas a la poesía. La trayectoria es amplia: mucho directo, desde Jazz, Soul, etc… Me quedo, simplificándolo mucho, en que se ha convertido su local, por los últimos meses, además en un espacio de referencia en Alicante para el Flamenco. Casi semanalmente el cajón, las palmas, la guitarra, la voz, el baile, muchos palos ya se pueden escuchar con normalidad en esta ciudad gracias al empeño y a la apuesta de esta empresaria que gestiona con las botas muy puestas, y eso nos encanta.
Cuando vas a Benalúa, culturalmente muy bien representado por dos espacios como son el Freaks Arts y el Taller Tumbao, recientemente rejuvenecido aprovechando el verano, encuentras una oferta casi de centro de la ciudad. Es una barrio de calidad que lleva en la sangre su responsabilidad con la cultura. Su trayectoria ya fue amplia, Teatro Polo (1893), el Teatro Campoamor (1901), el Salón Granados (1917) y ahora, en la actualidad, el Teatro Arniches también.
Detrás de Freaks Arts hay proyecto y decisión. Un equipo de dos, liderado por la gestión de su directora Natalia Molinos. A ella le importa el arte, es su vida. Es experta en la creadora Juana Frances de quien se preocupó como artista y como mujer y de quien se enamoró tras ver sus primeras obras, Caja Negra y Caja Roja, expuestas en aquel momento en el Palacio de la Diputación de Alicante. Natalia Freaks con su investigación y tesis lucho por situarla en el lugar que le correspondía. Natalia además dirige el proyecto Excentric@s comunicación y gestión cultural que es desde donde le pone voz a las iniciativas que se realizan en Freaks Arts. Me encantan sus veranos de magia, sus propuestas de microteatro, las novedadess literarias, la amplia oferta de talleres y grupos temáticos, su relación internacional con el arte mediterráneo. Es un punto de referencia cultural, no solo para el barrio, si no para toda la ciudad. Es esencial tenerles aquí.
La zona del Mercado, tiene varios espacios de referencia cultural dirigidos por mujeres, al que dedicaremos otro artículo. Pero hoy vamos a hablar de Viva La Pepa. Su propietaria Pepa Berenguer es sobre todo fuerza, como un toro. De las que diseña su programación cultural a golpe de lápiz en las servilletas de papel, donde le pilla. Se mueve por impulso, y eso se lo da su trayectoria de varios años construyendo ciudad desde la cultura en un espacio enormemente acogedor en el que apuesta por cosas nuevas, innovadoras, delicadas, con categoría, que sorprenden porque ella tiene claro que en su espacio las cervezas y los versos riman, conviven. Es una mujer con visión y capacidad de hacer dos o incluso tres cosas a la vez: poner buena música, hacer buenas propuestas y plantear reflexiones tremendamente coherentes no solo en el sector de la cultura. Muy interesante estar cera de Pepa, por todo.
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