Pepa Navarro es una escritora que conocí hace como unos veinte años y ya empezaba a esbozar algo de literatura en sus tiempos desocupados, pocos años después todo empezó a crecer y fue un descubrimiento interesante que no sospeché.

Me enfrenté a esta entrevista combinándolo con el relato “Las razones del asesino” que ella había acabado recientemente y confieso que quedé atónito por sus razones que quizá hubiera preferido otras.

En cualquier caso, como la conozco, estoy convencido que es una persona con una dosis muy importante de imaginación y eso se nota en las aparentes ficciones de las tramas de sus historias, en cambio no me parece una mujer soñadora, probablemente es muy terrestre apoyándose en todo lo que tiene o le han regalado en su vida.

En la literatura de Navarro hay una dualidad muy definida: la de escritora que nace desde un estado de ánimo óptimo, pero también la de lectora, incluso crítica, que es cuando se encuentra en una fase más introvertida.

Cree en la inspiración, pero tienes que trabajar duro gestionando y adaptando el tiempo para la creación literaria. Y esto, poco a poco, lo está consiguiendo, teniendo en cuenta que ha publicado varios relatos en el periodo 2018-2020.

Pregunta: Normalmente cuentas que naciste pocas semanas después de que el primer hombre pisara la luna, pero en cambio eres una mujer muy terrestre. ¿Tus relatos te permiten la licencia de volar?

R: Precisamente por eso, si soy tan terrestre desarrollo mi faceta creadora con la literatura. No lo hago mediante la vida cotidiana sino a través de lo que cuento en mis relatos, viviéndolo de una forma paralela. A través de la escritura busco esa vida, explorando otras opciones que no se me ocurría hacer en mi vida personal.

P: Escribir creo que supone para ti un ejercicio de introspección que te debe revelar aspectos de ti misma que en ocasiones te sorprenderán.

R: A todo escritor, a través de sus personajes, le indagan en la psique de cada uno y descubren reacciones que no imaginaban. La escritura te pone frente a un espejo que te permite descubrir aspectos ocultos de uno mismo, que no habían tenido la oportunidad de revelarse.

P: Qué contarías de Pepa Navarro en tu calidad de escritora si tuvieras que decírselo a un desconocido.

R: Pepa Navarro escribe normalmente cuando se siente en un estado óptimo y hace justo lo contrario cuando no escribe. Tengo dos versiones de mí: escribo cuando me siento en un buen momento y mi estado de ánimo es bueno. Cuando me siento más introvertida, menos comunicativa, entonces es cuando me refugio en la lectura.

Soy una escritora poco organizada, a rachas, escribiendo hasta dos o tres relatos a la vez y hay temporadas que puedo pasar muchos meses sin escribir ni una frase.

Cuando escribo soy muy maniática y perfeccionista, cambiar y modificar, aunque sean cosas muy pequeñas. No dejo el texto tranquilo hasta que no lo he mareado mil veces.

P: De pequeña te imaginabas siendo escritora, pero no ha sido hasta después de los cuarenta que has empezado a escribir de manera más seria o continuada.

R: Empecé a escribir de forma más continua a partir de los 40. Una situación familiar triste, me puso delante del espejo para contar la historia desde la tristeza que tuve. Siempre me ha gustado escribir.

P: Hoy, ¿te consideras una escritora con mayúsculas?

R: En absoluto, para nada. Una escritora con mayúsculas se tomaría en serio el oficio de escribir renunciando a muchas cosas. Me considero más una escritora de necesidad emocional.

P: Escribes de lo real y lo imaginado, pero siempre te apoyas en un rasgo propio que es la observación de un entorno latente.

R: La realidad se puede ficcionar y esa es una de las cualidades de un escritor y esto le da verosimilitud. La escritura nos lleva a algo posible, aunque no sea factible. Incluso evocando un mundo paralelo.

P: ¿Crees en la inspiración o eres más una escritora que le da el valor al trabajo continuado?

R: La inspiración es muy importante, pero la inspiración te debe coger trabajando. En las temporadas de sequía, las ideas que me han surgido, normalmente no las he acabado.

Por ello, hace falta inspiración y dedicación. Las mujeres han escrito menos que los hombres y una escritora de finales del siglo XIX decía que ella escribía cuentos porque tenía hijos y dormían la siesta. Cuando sus hijos crecieron empezó a escribir novelas. Dedicarle el tiempo que dispones y adaptarte es un gran valor.

R: No sé si me persona tiene mucho interés, pero quizá alguna poesía cuando era adolescente.

P: Dado que hemos hablado de inspiración, en alguna ocasión tu persona ha inspirado la creación de una historia narrada de otro escritor o escritora, publicada o no.

P: Tus últimos seis años han sido de los más productivos y me apetece recordar entonces dos de tus relatos — “El niño” y “Madres e hijas”— que publicaste en una editorial alicantina. ¿Fue tu manera de empezar en eso de la edición?

R: Sorprendentemente sí, porque nunca he creído en la autoedición. Cuando se publicó “El niño”, tenía varios relatos escritos. Me propusieron la autoedición pero no lo vi. Probablemente no tendría nada publicado si no hubiera sido por esta oportunidad de la editorial alicantina.

P: Desde el punto de vista de la creación, ¿qué supuso para ti aquel confinamiento que vivimos no hace tanto?

R: Fíjate, cuando habían pasado dos semanas del confinamiento entre en una de esas rachas de inspiración, escribiendo uno detrás de otro, sin solución de continuidad hasta seis relatos en tres semanas que tuvieron como hilo conductor la pandemia. Hay un relato irónico, pero en los otros se desmenuzan realidades sociales: la violencia de género, el acoso escolar, la soledad de los ancianos o la soledad en nuestra sociedad.

P: En diciembre 2020 participaste como autora en el libro “Todo era Marzo y otros relatos” con tu relato “Volver”. Esta iniciativa que te aportó en tú vida desde sus distintos planos.

R: Me importó ver uno de mis relatos del confinamiento. Por otro lado, compartir espacio con escritores consagrados y otros desconocidos a mí me gustó mucho. Finalmente participar de un proyecto solidario como fue este libro me llenó.

P: ¿Qué te supone, a parte de un digno salario, trabajar en las artes escénicas desde el Teatro Chapí de tu ciudad?

R: Trabajar en algo que me gusta es genial. Las artes escénicas me han encantado siempre, porque soy una niña de teatro. Mi trabajo es nada repetitivo y puedes aportar cosas creativas y eso siempre se agradece.

P: La cineasta Coixet en unas declaraciones defendía las cuotas para sacar a las mujeres de la invisibilidad injusta pero luego añadía un comentario cuestionable que era el de “falta mujeres que apoyen a mujeres”. En definitiva, en literatura ¿tenemos igualdad entre mujeres y hombres?

R: Las primeras que tenemos que ayudar a las mujeres son las propias mujeres y eso no ocurre siempre, aunque cada vez menos, esa es mi sensación de la necesidad de apoyarnos unas a las otras, siempre que esas mujeres reúnan las condiciones. Yo creo que tenemos igualdad, aunque no lo puedo afirmar al cien por cien.

P: Con respecto a las redes sociales, hablo especialmente de Facebook, Twitter o Instagram, no estás a la última. No crees que estás desaprovechando este aspecto para contactar con nuevos lectores y lectoras de ti, de tu obra…

R: Puede ser, pero igual no me importa. Creo que personalmente no lo necesito, aunque quizá me equivoco. Valoro mi tiempo mucho.

P: Me gustaría saber cuál es libro de tu vida, pero, sobre todo, me interesa saber cuál es la canción o el grupo de tu vida, que te ha acompañado mucho.

R: El libro de mi vida puede cambiar de un semestre a otro, pero sería “Cien años de soledad”. La canción sería “Las ruinas” de Silvio Rodríguez que yo le cantaba a mi hija cuando todavía no había nacido.

P: ¿Cómo vives y ves la vida cultural de tu ciudad, Villena? Te parece significativa o singular.

R: Es tan amplia que si la vida económica fuera tan relevante como la cultural esto sería Silicon Valley. La Casa de Cultura y el Teatro Chapí tienen una actividad relevante y a nivel privado existe muchas iniciativas artísticas. Creo que deberíamos trabajar mucho más la semana del libro.