Cuando volvemos a vernos Rafael Buisán y yo, después de algunos años, lo que no cambia es el tono, su relajación para contar las cosas, su capacidad de dar toda la cercanía para acercarse a él y a su obra que estaba en los baúles, como escondida.

Yo venía a verle solo con mis recuerdos, porque cuando le conocí fue el momento de la serie “El Mar desde mi ventana” que también llamó “El Color del Agua”. Aquel era un proyecto de dedicación, tiempo y método donde buscó la esencia del color del agua, la impermanencia del color a través de la luz. Fue su etapa post, que luego he sabido, que llegó a través de un agotamiento. Una etapa intermedia que le permitió plantearse el color con atrevimiento, dándole la importancia, por tanto, al color frente al blanco negro tan expresivo.

Siempre pensó que grandes maestros habían encontrado dificultades con el color. En cambio a él le produjo un cambio de parámetros donde produjo 365 unidades, un año entero, de un encuadre que abstraía a velocidades lentas donde buscaba luz y color.

Un proyecto que era para escuchar el sonido del mar y de alguna forma dejar de ser fotógrafo en si para trabajar con materiales reales, quitando o desenfocando la calidad fotográfica para que las personas sintonicen de verdad con la obra.

Pero la exposición de hoy, “Desde el Claroscuro”, que se inaugura el viernes 8 de junio a las 19 horas, es de los veintitantos años anteriores, a modo de retrospectiva y antología, donde hay dos Rafaeles Buisanes. El primero, que se inicia en los años previos a la muerte de Franco donde las influencias directas nacen de la revista Nueva Lente que fue una publicación muy significativa de las nuevas vanguardias de la fotografía y contó, entre otros, con Jorge Rueda en una época en la que la fotografía era muy minoritaria. Etapa para ver y tocar.

Posteriormente, fruto de una transformación de valores en lo personal, se aleja de las urbes -una referencia esencial en su trabajo- para irse a conectar con el medio natural, entrando en una etapa de meditación, digamos que casi Zen, que hace que su construcción fotográfica se haga muy orgánica, de seres naturales no humanos y por tanto fotografiando otras cosas, otras vivencias, otros momentos en definitiva, una etapa para ver y casi oler.

Pregunta: En tu trayectoria encuentras “El camino de la Luz” al que tú llamas también Mandalas.

Respuesta: Fue un trabajo que empezó sin preverlo. Es un círculo de energía que captaba con la cámara y que posteriormente componía con otros elementos. Utilizaba los mismos recursos que utiliza la naturaleza para reproducirse como ocurre con los helechos. Al trabajar me daba cuenta de que hay una serie de elementos que se repiten, los círculos, óvalos y cuadrados, la geometría platónica. Y lo que consigo es la unificación de esa energía en una forma geométrica que representa la esencia de este elemento. El mandala es el círculo que lo une y lo compone todo.

P: Cómo te resultó aquella galería que hiciste de cocineros y cocineras alicantinos-as del libro de Pedro Nuño de la Rosa

R: Con este proyecto recuperé mi esquema de los retratos. Fue un diseño creativo del que me que quedé contento. Conecté con mucho de ellos, por ejemplo con Alfonso Gea. Por mi formación en historia del arte, con muchas referencias por tanto, me atreví con muchos de ellos, casi poniéndoles en un aprieto, cuando les hacía decorarse su cabeza con ajos o ñoras…

P: ¿Tu actualidad creativa, de hoy, cuál es?

R: Estoy volviendo a trabajar en blanco y negro, pero componiendo de otra forma como las series “El Bosque Celeste” y “Caos” en el que me influye todo lo que me rodea donde la naturaleza es un resonador de nuestros estados anímicos.

Mi arte es un arte que sintoniza con la gente que medita. Me sentía impulsado para crear, no tanto un creador en sí. Como me escribió Luisa Gómez Gascón “el artista es el hacedor de la imagen, del color, del elemento. Su cometido es liberar”.

P: Nuevo estudio y nueva exposición “Desde el Claroscuro”.

R: Es mi pasado artístico que es la base de mis primeros 26 años desde donde creía que debía hacer justicia. La presento en mí nuevo estudio lo que que permite conocer mucho más y mejor al artista que soy. Y el planteamiento, autogestionado, es un formato exposición que se denomina Open Studio, una puerta abierta, para conocer la obra y el artista que posterior a la inauguración se podrá visitar concertando cita previa.

INSTANTÁNEAS:

Tu canción favorita.

La ceremonia de la confusión. Bunbury

Tu ciudad del amor.

Realmente un valle de la provincia de Tarragona

El último poemario que has leído.

Un poema que empieza así:

Subió su espíritu a las nubes

Después bajó…

Después se enamoró del alba

De la nube lenta y del sol que adormece las plumas

En Alicante, a dónde llevarías a alguien especial:  

Altea

Ves películas por internet o por TV

TV

Facebook o twitter

Ni lo uno, ni lo otro

Parafraseando a Buisán, esta exposición es en recuerdo de estos tiempos pasados. Para cumplir con la poesía, para cumplir con los poetas, Para cumplir con todo lo que vivimos y lo que dejamos sin realizar, pero sobre todo para lo realizado, para cumplir con nuestros orígenes y con nuestras raíces, para no olvidar lo que un día fuimos y quizá nos llevó a ser lo que hoy somos. “Desde el Claroscuro”, por tanto, es para combatir el olvido y lo óxidos naturales del tiempo.

Gracias R.B.

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