La exposición ‘Rupestre. Los Primeros Santuarios’ del Museo Arqueológico de Alicante ha ganado el premio German Design Award por la contribución pionera de su proyecto arquitectónico al panorama internacional. A través de este certamen, el Ministerio de Economía y Tecnología alemán reconoce y ensalza productos, proyectos, fabricantes y diseñadores de todos los rincones del mundo.

La vicepresidenta y diputada de Cultura, Julia Parra, ha valorado este reconocimiento “como una prueba más de la calidad expositiva del MARQ, que ofrece singulares propuestas gracias a un extraordinario trabajo de colaboración en el que, en el caso de Rupestre, intervinieron varias disciplinas para lograr un brillante proyecto museológico”.

La muestra, diseñada por el jefe de Arquitectura de la Diputación de Alicante, Rafael Pérez, y por el arquitecto Ángel Rocamora, se expuso el pasado año en el MARQ y recibió más 85.000 visitas. El jurado de estos prestigiosos galardones, que se centran en los logros sobresalientes de los diferentes campos del diseño y la comunicación, ha destacado la original y envolvente apuesta expositiva del museo alicantino, especialmente la estructura del techo poligonal en forma de cueva de una de las salas.

Pérez ha destacado la dificultad del proyecto y ha manifestado que, en gran parte, su éxito se debe al realismo de las reproducciones. “En una exposición de arte rupestre la dificultad es que no puedes traer las piezas, hay que lograr que los calcos o dibujos reflejen con fidelidad las pinturas en tamaño real”, ha detallado.

El discurso expositivo se centraba en los vestigios pictóricos, plasmados sobre la roca hace más de 10.000 años, a través de un proyecto de museografía que se extendía por las tres salas de exposiciones temporales del MARQ e invitaba a los visitantes a un viaje en el tiempo. El objetivo era resaltar las pinturas rupestres y explicar su origen, interpretación y contexto, con la peculiaridad de carecer de objetos tangibles.

Desde un paseo por la Cueva de Altamira, referente universal del arte paleolítico, hasta la contemplación del arte contemporáneo del mallorquín Miquel Barceló, pasando por el arte macroesquemático del Santuario de Pla de Petracos, la exposición tuvo una gran repercusión en la provincia y recibió más 85.000 visitas.