La buena noticia para los usuarios del transporte público llegó el 12 de julio. El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, escogió el día del Debate sobre el Estado de la Nación para anunciar, entre otras medidas, una ayuda estatal para fomentar los viajes en tren. Viaje con nosotros a mil y un lugar y desde septiembre, los trayectos en Cercanías, Rodalíes y media distancia operados por Renfe serían gratis. A principios de octubre, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confirmó que los billetes seguirían teniendo la bonificación del 100% en 2023, cuestión de agradecer. Esta medida en concreto entrará en vigor el 1 de enero de 2023, coincidiendo con la activación de la prórroga de las bonificaciones al transporte público ferroviario.

El abono gratuito para viajeros frecuentes o recurrentes pretendía impulsar el transporte público, reducir el uso del vehículo privado, lo que contribuirá a disminuir nuestra dependencia energética y la huella de carbono, así como combatir el incremento de precios por el conflicto de Ucrania.

El Ministerio destaca que los abonos gratuitos para el transporte ferroviario han tenido una gran acogida por parte de la población, que ya ha adquirido más 2,2 millones de títulos, de los que 1,6 millones son para viajar en Cercanías y Rodalies y 627.000 títulos son para Media Distancia convencional.

En comparación con el pasado mes de septiembre, el número de viajeros de Cercanías ha aumentado un 31,76% y se sitúa en 46,1 millones de pasajeros. Sin embargo, tanto las cifras de 2021 como de 2020 están condicionadas por la pandemia. Al compararlas con las de 2019, con una situación equiparable a la actual, el incremento es solo de un 1,48% más que para el mismo periodo de ese año, según los datos publicados por el INE.

Se puede viajar de pie

Tiene algunos inconvenientes que puedo confirmar como son viajar de pie cuando no hay asiento libre, o incluso por voluntad propia, que dicen que es lo normal en los medios de transporte urbanos. La capacidad de buses, metros, tranvías y, por supuesto, trenes de Cercanías exceden tres o cuatro veces el número de plazas sentadas, y por ello tienen postes y asideros donde sujetarse.

Es lógico: los trayectos entre paradas suelen ser cortos; la velocidad moderada; las subidas y bajadas continuas liberan asientos con frecuencia, por lo que la posible incomodidad es aceptable cree Renfe.

Cuando hablamos de transporte interurbano, en cambio, parece natural que todo el pasaje vaya sentado. En el caso de los autobuses, incluso, es preceptivo abrocharse el cinturón de seguridad. Pero, ¿y en tren? Pues todo depende del tipo de servicio. Para empezar, los trenes no llevan cinturones de seguridad, debido a las regulaciones internacionales: en caso de accidente podrían provocar lesiones importantes.

En algunos países de Europa está permitido, incluso, viajar de pie en trenes de larga distancia. En Renfe, en cambio, solo se admite en Cercanías y Media Distancia, y en determinadas circunstancias:

-En servicios de MD sin reserva de plaza

-En los trenes que paren en estaciones sin venta, en los que el viajero debe comprar el billete en ruta: al no poder reservar plaza, es posible que no haya asientos libres.

-Aquellos viajeros que hayan subido sin billete y tengan que regularizarlo en ruta, si en ese momento no hay ningún asiento libre.

-Como excepción, en los trenes con derecho a asiento, si Renfe así lo determina.

Infracciones y sanciones

La necesidad de reserva de plaza en muchos trayectos ha hecho que decenas de viajeros optasen por garantizar su asiento a muy largo plazo e incluso adquiriendo sitios para varios horarios, lo cual ha dado lugar a una situación delicada para la imagen de la compañía: trenes vacíos pero con todas sus plazas llenas, complementado con las quejas de muchos viajeros.

El 10% de los titulares de los abonos gratuitos de trenes de Media Distancia, unas 64.000 personas, hacen un uso fraudulento o irregular de los mismos, ya que reservan una plaza que luego no utilizan, dejando sin posibilidad de viajar al resto de usuarios. Lo hacen en varios trenes para asegurarse varias franjas posibles para viajar. Esta conducta irregular acarreará a partir de ahora sanciones como la retirada del abono, la incautación de la fianza o la suspensión durante un mes de poder adquirir otro abono.

La nueva política de sanciones a aquellos que abusen del abono gratuito ya ha provocado su efecto disuasorio. Al menos si se tiene en cuenta que a mediados de la pasada semana resultaba imposible sacar un billete para ir o volver a Madrid en tren, las primeras noticias ya han provocado la eliminación de actos incívicos. Muchos de los pasajeros optaron por precaución liberar aquellas plazas que no iban a utilizar y no dejar las temidas ‘reservas fantasma’.

En conclusión tenemos en principio un 2023 donde vamos a poder continuar viajando gratis con ellos.