En la última planta del Ayuntamiento de Alicante, que podría ser la primera, iniciamos un ciclo de entrevistas con los y las máximos-as responsables de la política local que son los alcaldes y alcaldesas de los municipios de la provincia: un ciclo que hemos denominado alcaldes-alcaldesas culturales.
Queríamos estar cerca de las personas que lideran los proyectos en las ciudades para que nos contaran de primera mano su valoración sobre la cultura y el hecho cultural, que nos avanzaran las estrategias macro en este sector y que apuntaran cualquier aspecto específicamente local que por sus posiciones lo deben de tener tan en cuenta también en este ámbito.
La primera persona que participa de este ciclo es Luis José Barcala Sierra, abogado, artista y político español, alcalde de Alicante desde el 19 de abril de 2018, un hombre-político, en lo personal especialmente sensibilizado en este ámbito porque además lo practica en distintas disciplinas y siempre atendiendo a su momento concreto individual, y eso, además nos gusta.
ENTREVISTA LUIS BARCALA
Pregunta MAVM: ¿A qué dedica el tiempo libre cuando no es alcalde?
R: Hay momentos en que lo que el cuerpo me pide es leer, buscar las fuentes en otros; hay otros momentos en que lo que me está pidiendo es que me exprese y que no sea oralmente, que es lo que hago habitualmente, y entonces lo que me apetece es escribir; hay otro en que lo que me atrae es ser creativo a través de la pintura, por la fuerza, el contraste y el color o también por medio de la fotografía que igualmente me gusta muchísimo. No es que me guste algo más que lo otro, lo hago según el momento.
P MAVM: ¿Cómo surge su interés por la política?
R: Tienes que ver con la experiencia la vida y la experiencia profesional. Son muchos los abogados que terminan dedicándose a la política. También es la necesidad de tener un compromiso soy una persona comprometida con distintas causas y en este caso pues llega un punto en el que cuando ves a otros tomando decisiones equivocadas y cuyos errores estamos pagando todos y entonces asumes que tienes el derecho a tomar decisiones y correr el riesgo de equivocarte cuando tus decisiones no son las correctas y entonces te dices si me equivoco me habré equivocado yo, pero necesito participar activamente en esa toma de decisiones. He militado políticamente toda mi vida.
Pregunta JJC: El decálogo de Pablo Casado presentado en el último Congreso del PP no dedica ni una sola palabra a la cultura de los españoles. ¿por qué considera que no ha sido una prioridad en este momento?
R: El contexto es un Congreso propio donde se establecía un marco ideológico. Pensar que se estaba elaborando específicamente un programa electoral es, seguro, un error. Era un capitulo primero donde se abordaban más cuestiones identitarias, de valores y principios sin avergonzarnos. Otra cosa es la política aplicada que tiene que llegar posteriormente donde se abordarán todas las cuestiones de importancia para el país incluido la cultura.
P JJC: ¿Qué papel juegan los agentes culturales de la ciudad como lo son los y las artistas, los dinamizadores de la cultura, el sector profesional que existe?
R: Existen esencialmente dos modelos. Uno, que yo llamo intervencionista, donde el sector público marca el modelo a seguir y determina que hacer en la oferta cultural y, por otra parte, un modelo para las oportunidades que es en el que yo confío que nace para promover y crecer en el ámbito cultural donde los dinamizadores y los ciudadanos son los árbitros. Me decanto por este segundo modelo. Los grandes proyectos culturales de las ciudades han surgido siempre de esa forma, de ese impulso. El empresariado y el ciudadano deben tener un compromiso social con la sostenibilidad ecológica, la cultura y con el deporte e implicarse en la convivencia social.
P JJC: ¿Le dedica tiempo, con su equipo, a imaginar una Alicante transformada y liderando un terreno social y económico que es la cultura como lo han hecho ciudades como Málaga, tan parecida a nosotros en la fisionomía?
R: Hace 20 años, Málaga era equiparable a nosotros. Esa ciudad ha sufrido una transformación que no es casual. Estoy entendiendo el planteamiento que han hecho por la comunicación que yo tengo con su equipo de gobierno. Las oportunidades que tienen las podríamos tener nosotros. Ellos son capaces de llevar el Pompidou a su paseo marítimo, ese de 21 km que todavía nosotros no tenemos. En cultura también hay que apostar por lo que merece la pena. Hay que impulsar a los artistas locales que no es incompatible con apostar por grandes proyectos culturales. El déficit de interés por parte del gobierno valenciano que debe de implicarse mucho más, patrocinando infraestructuras, es una de las razones por la que todavía estamos así.
P MAVM: El consorcio de museos últimamente está invirtiendo en la ciudad ¿eso se nota?
R: Todo incrementa la actividad y esta va creciendo significativamente. Involucrar las entidades bancarias que tienen fondos importantísimos hay que ponerlo en valor. No hay que demonizar la banca, porque al final quien se lo pierde es el ciudadano. Yo quiero apostar por un turismo cultural de calidad y con cultura desde todas sus facetas: fiestas, tradiciones, arte, música, gastronomía. Nuestra identidad es potentísima y todo debe confluir. Desperdiciar ese potencial no tiene perdón.
P JJC: En Alicante, en los últimos 5 años, el papel del sector privado es esencial y pese a que en ocasiones puede ser un poco precario, en los últimos años la oferta ha crecido exponencialmente en la ciudad. Esto significa, que el tejido tiene compromiso.
R: Partimos de una crisis bestial que tuvimos y que redujo los ingresos y el volumen de operaciones. Pero es cierto que los sectores, todos, han recapacitado. Generar negocio es esencial pero ahora las empresas y promotores han entendido dónde se debe de apostar también que yo resumo en tres líneas básicas:
-Un compromiso social ya ha asumido más allá de lo puramente económico.
-Un respaldo a los valores de protección medioambiental.
-Una apuesta por la cultura y el deporte.
P JJC: En Alicante, por lo que sea, tenemos un Museo Olvidado que es el Museo Taurino de Alicante. Una entidad cultural que no juega en la liga del Día Internacional de los Museos o la reciente Noche en Blanco pero que nos parece esencial para un equipamiento cultural, con independencia del gusto por la fiesta, que eso es otra cosa. ¿En su opinión, cree que esto se podría mejorar o cambiar?
R: Sobre lo que me planteas cojo el testigo para valorarlo dado que la tauromaquia ha sido una fuente importantísima de inspiración para la creación plástica o literaria, por tanto, muy relacionada con la producción artística.
Tendremos que estudiar la fórmula de gestionar los recursos humanos y técnicos que en el caso de este equipamiento no son iguales al resto de espacios culturales de la ciudad.
P MAVM: Un tema álgido en la ciudad ha sido la memoria histórica Y especialmente el nombre de las calles ¿cuál es su posición frente a este tema?
R: Para empezar, la memoria histórica es tan mía como de cualquiera de los alicantinos. Abarca desde cuando alguien, hace probablemente miles de años, se planteó poner el pie en esta zona y quedarse. Tenemos entonces que preservar esa memoria histórica… Yo no voy haciendo bandera de mis abuelos o de mis bisabuelos, de lo mal que lo pasaron estuvieran donde estuvieran. No hay que olvidar que la historia es supremamente importante por la simbología, por ejemplo, del periodo de la Guerra Civil como último bastión de la República. Cuando se trata de etiquetar para decir que unos son buenos porque los otros son los malos, yo no quiero entrar en ese debate. Yo defiendo nuestra historia tanto o más que los que vienen de afuera a decirnos cuál es nuestra historia, por tanto, no tengo nada de que avergonzarme, nada que esconder o alguna posición sobre la que a mí se me puede reprochar nada.
Frente al cambio de los nombres de las calles por la memoria histórica he hecho dos cosas, la primera, que se aplicará la Ley y no otras cosas; y segundo, hacer que se cumpliera la ley porque no podemos olvidar una cosa, a los alicantinos no se les ha explicado el coste que ha tenido el cambio de las calles que no es sólo el costo de las placas, sino lo sueldos de los que se han dedicado a este tema y el rediseño de los callejeros, que es lo más costoso. Los alicantinos quieren vivir en paz y que no les estén abriendo las heridas permanentemente. Si hay calles que tienen nombres que hay que quitar se quitan y se sustituyen por los nombres que quieren los vecinos porque son ellos quienes deben decidir. No es este el momento de ajustes históricos, no es el tiempo ni el momento de esas cuestiones, y menos de hacer una purga; yo no estoy para eso ni lo voy a permitir. Alicante debe tener las calles que los alicantinos quieren.
Redactores LOBLANC: Manuel Antonio Velandia y Juanjo Cervetto
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