Sin duda, la representación celebrada el pasado sábado 27 de julio puede considerarse como una de las más brillantes de sus veintitrés años de andadura. El recinto albergó a casi un millar de asistentes que abarrotaron las gradas y los asientos instalados en la avenida de Lepanto, aforo que se quedó insuficiente pues muchos tuvieron que contemplar la obra de pie en los alrededores.
Se representó Una família de músics, quatre monstres i un putxero (Una familia de músicos, cuatro monstruos y un puchero), obra escrita y dirigida por Raquel Violero (tiene compañía propia, La Col·lectiva Imaginària) y Héctor Cruañes (forma parte del grupo Assaig) que además actuó encarnando al rey de las negras, contando ambos con la colaboración de Loreto García y Ana Cruañes como ayudantes de dirección.
En el preámbulo, que fue conducido por Irene Wittwer, el presidente de la Comissió de Festes Mare de Déu de Loreto —entidad organizadora del evento— Vicente Gavilà entregó una placa conmemorativa al niño Pau Nieto Bou, clasificado en el Torneo de Ajedrez Fogueres de Sant Joan, que dirigió las piezas negras; y el alcalde José Chulvi hizo lo propio con la pianista javiense Marta Espinós, Invitada de Honor de la presente edición que leyó las jugadas de las negras, obsequiándole con una escultura cedida por el reconocido escultor, también javiense, Toni Marí.
Contar con la presencia de Marta Espinós fue un privilegio para el Ajedrez Viviente, pues se une al destacado elenco de destacadas personalidades (entre ellas tres premios Príncipe de Asturias) que han participado en esta iniciativa, siendo la primera músico. Recordemos que, pese a su juventud, ha alcanzado un acreditado prestigio en el panorama artístico internacional: ha actuado en las mejores salas y auditorios del mundo y hace un mes clausuró con un deslumbrante recital la exposición de Joaquín Sorolla que se ha celebrado en la National Gallery de Londres desde el pasado marzo, cuando fue inaugurada por la reina Letizia y el príncipe Carlos de Inglaterra. Asimismo, debemos señalar que pertenece a Música en Vena, una asociación sin ánimo de lucro dedicada a transformar en alivio el sufrimiento de las personas en los hospitales a través de la música en directo.
La coordinación general del evento corrió a cargo de José Erades, miembro del comité organizador; Rafael Andarias Estevan, director del Ajedrez Viviente; y el mencionado Vicent Gavilà.
La función, que capturó al público desde el primer momento, resultó espectacular al aunar, en el peculiar escenario del tablero de ajedrez, que proporciona cuatro ángulos de visión al espectador, el teatro, la música sinfónica en directo, las canciones y la danza, y todo ello acompañado de una luminotecnia y efectos especiales que aportaron gran vistosidad a la obra. Hemos de subrayar que sorprendió comprobar cómo los pequeños actores y actrices habían memorizado sus diálogos a lo largo de las casi dos horas que duró la representación. A buen seguro que tenemos a más de una figura de la interpretación en ciernes. Y no debemos olvidar a los narradores, la encantadora niña Iris Cholbi Crisóstomo, que mostró unos innegables dotes de actriz pese a su corta edad, y al veterano Bartolomé Bas, Aspirina, que nos obsequiaron con unos momentos inolvidables al bordar sus magníficos diálogos. En realidad, más que narradores fueron auténticos actores integrados con los que actuaron sobre el escenario.
En esta vigésima tercera edición, asistimos a una obra de indudable calidad con la base de una sólida historia, excelentemente coordinada y entrelazada. Incluso, podemos afirmar — y apropiándonos de un término propio del lenguaje del guion cinematográfico— que fue escrita con un libreto de hierro. Se escenificó un argumento que, de forma sucinta, fue el siguiente: “Tras una discusión con su familia porque quiere dedicarse a la música, el protagonista, Joanet, de tan solo doce años, visitará el cielo para enseñarnos a todos una valiosa lección sobre el recuerdo y el perdón. En este camino, lleno de momentos tanto tiernos como de comedia absurda, conoceremos personajes enigmáticos como su bisabuela, famosa como todas las abuelas por sus comidas; un ángel en prácticas un poco despistado, que con su humor nos invitará a vivir la vida; cuatro monstruos olvidados de las rondallas valencianas o incluso otros más rocambolescos como una diva del pop adicta a los smoothies que nos hará reflexionar sobre el significado del arte”.
Se trató de una trama que osciló entre la realidad y la fantasía, coral (dieciséis figurantes portaron micros inalámbricos), conmovedora y, sobre todo, muy divertida, cuyo tema de fondo, reflejado en el alegato final, fue tratar de recuperar nuestras tradiciones olvidadas y hacernos reflexionar sobre los valores de nuestra cultura.
Se desarrolló en castellano y valenciano y participaron más de un centenar de personas entre músicos, cantantes, bailarines y figurantes, además de los treinta y dos escolares que desempeñaron el papel de piezas de la partida. Intervino la Orquesta Sinfónica de Xàbia bajo la batuta de Joan Bou, miembros del Taller de Teatre Jove de Xàbia y el Estudio de Danza Salomé Rodríguez que corrió a cargo de la coreografía. La autoría de las canciones originales que se interpretaron fueron creadas ex profeso para la obra por Danai Delipetrou, Maria Ferri y Javier Miragall. La partida que sirvió de base para la representación teatral fue Mikhail Botvinnik-José Raúl Capablanca, disputada en el mítico Torneo del AVRO de Holanda en el año 1938.
Y no podemos olvidar a la treintena de personas integrantes de la comisión organizadora y colaboradores que hacen posible que este evento se lleve a cabo, año tras año, mediante su trabajo en las más diversas áreas: decoración del recinto y la tarima de los jugadores, maquetación e impresión del programa, artista autor del cartel anunciador, montaje del tablero, vigilancia y seguridad, ayudantes de escena, megafonía y luminotecnia, fotografía y grabación de la actuación, vestuario, maquillaje y atrezzo.
La iniciativa que organiza desde 1996 la Comissió de Festes Mare de Déu de Loreto con la colaboración del Ayuntamiento, y que en 2002 recibió el galardón de Fiesta de Interés Turístico Nacional, pronto se pondrá en marcha con vistas a preparar la próxima edición, preámbulo de la que será en un par de años su veinticinco aniversario.
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