La hazaña de las chicas futbolistas ha salvado a los medios desinformativos de un agosto cruel y agostado de noticias, excepto por el culebrón tailandés y el otro de la investidura y sus cambalaches. Uso el término tanguista de Discépolo porque “el mundo fue y será una porquería, ya lo sé”. Y el fútbol, que me perdonen los argentinos, lo es. Un buen negocio y el opio de las masas descontentas. Que en el país del tango son legión y ahora apoyan a un tipo al que sus propios seguidores llaman “El loco”. Habla con su perro muerto, al que ha clonado, y amenaza a “los zurdos de mierda”, que obviamente no son los que usan la mano izquierda. A mí el sujeto me recuerda a Maradona, tal vez por su cabeza ultra poblada de pelos y sus expresiones de cólera. Y su extravagancia. Aunque si viviera Dieguito sería para Milei un zurdo apestoso.
Hay quienes han querido vendernos, desde el populismo de izquierdas y derechas a los populares y socialistas, que el triunfo de la selección femenina de fútbol en Australia es una conquista feminista. Niego la mayor. Que un grupo de chicas le peguen patadas al balón con habilidad o buena fortuna-o ambas cosas a la vez- no justifica tanta alharaca, cuando la discriminación de la mujer en el ámbito laboral alcanza cifras alarmantes en este país. La tasa de desempleo femenino ronda el 15% según los últimos informes (los hombres un 11,7%), en tanto que la brecha salarial alcanza en este caso el 16%. Si a esto agregamos la infrarrepresentación de las mujeres en cargos directivos de las empresas cotizadas (solo el 26%) es que tenemos un problema.
Mucho me temo que con el ejemplo de estas deportistas de elite muchas jóvenes desearán emularlas y en vez de seguir una carrera científica (necesitamos médicas, enfermeras, ingenieras, gente útil para la sociedad) empiecen a patear balones.
En Argentina hace muchos años existió una mujer transgénero a la que llamaron La Raulito y el director chileno Lautaro Murúa hizo con su historia en 1975 una película con el mismo nombre, que hizo época. La Raulito era hincha del Boca Juniors (robaba sus camisetas rompiendo escaparates), su pasión era el fútbol y en una ocasión irrumpió en el campo de fútbol en medio de un partido y aprovechando un descuido del árbitro que detuvo el partido, metió un gol para su equipo favorito. En Argentina fue una leyenda, se codeaba con Maradona y el gobierno le concedió regalías y homenajes hasta su fallecimiento, en 2008. Era una linyera, que en el lunfardo criollo significa pobre, alguien que vive en la calle. Pero la redimió el fóbal como dicen allá. Pasión de multitudes, que dicen también los comentaristas deportivos de allende los mares. Para mí, opio del populacho. Llámenme elitista o lo que quieran, lo sostengo.
Ah, y me mosquea que la Reina Letizia se abrace y salte con las reinas del balompié abandonando todo protocolo y decoro. ¿Cambiará los manolos o los Laboutin por zapatillas Lotus o Uhlsport , los taconazos por los tacos?
Panem et circenses decían en la antigua Roma.
NO VERANEAMOS
Casi medio millón de alicantinos viven al borde de la pobreza. Más de un tercio de la población de Alicante (37%) no dispone de medios para darse unas vacaciones de una semana al año. Me cuento entre ellos, por cierto, pero también debo confesar que si dispusiera de dinero suficiente no lo haría. No solo porque ya creo que he viajado lo necesario- cuando tocaba siendo joven- y desde que me he jubilado vivo en eternas vacaciones, sino porque las experiencias de algunos conocidos o familiares son tan malas que me harían desistir de todo empeño.
Se fueron una semana a un camping que conocen desde siempre, pero que ha cambiado de dueños y estos no dan las mismas satisfacciones y trato a sus clientes. El mantenimiento de instalaciones sanitarias brilla por su ausencia, los bungalós están destartalados, los baños comunes están sucios y descuidados. Uno del grupo familiar que debió ausentarse unos días reservó su espacio y a su retorno lo encontró ocupado, sin que se le dieran explicaciones mínimamente satisfactorias. Y la factura por una semanita asciende a los mil euros más o menos. Coincidencia o no, muchos de los campistas han sufrido una infección gastrointestinal.
La aventura ha salido a la luz en redes sociales y los responsables ofrecieron palabras de buena crianza, nada más. Reconocen la falta de mantenimiento pero no la de aseo, responsabilizando a sus clientes de ello, y tampoco asumen la escasez de servicios, ya que los campistas deben desplazarse 6 kilómetros a la localidad más cercana para abastecerse de alimentación y artículos de primera necesidad.
La hostelería está haciendo su agosto este mes. Pero el lobby hotelero es insaciable y pretendían alargar las vacaciones escolares para llenarse aún más los bolsillos. ¿Van a pagar ellos las guarderías de verano?
A este paso solo podrán vacacionar los ricos y los que no tengan obligaciones familiares. Menos mal que ya se acaba el maldito agosto y viene el ansiado septiembre, su normalidad y sus gastos asociados. Pero la vida continúa tras el paréntesis forzado en un país cerrado a cal y canto para lo necesario y urgente.
VICTIMA Y VICTIMARIO
Los medios desinformativos sirven para convertir al culpable en víctima y a la víctima en culpable.
Me pregunto qué dirían estos medios si la víctima fuese un jovencito español de clase alta y su victimario un cirujano colombiano de extracción humilde.
A Oscar Wilde, que practicaba lo que ahora se llama yatching , fue la víctima de un jovencito rico y guapo, hijo de un marqués. No lo apuñaló sino con su desdén y abandono cuando las cosas vinieron mal dadas y el escritor fue a parar a la cárcel a causa de las denuncias por sodomía del padre de Lord Alfred Douglas, amante de Wilde, que lo desplumó como quiso recibiendo de él dinero, agasajos y viajes. A Wilde lo lapidó la prensa y la sociedad de su época y acabó malviviendo en Francia, olvidado de todos bajo un nombre falso.
MENTIRAS PIADOSAS
Un familiar mío ha sido diagnosticado de un cáncer, a los 75 años. Y tras arduas vacilaciones ha tenido que reunir valor para confesarlo a su familia más cercana. Duro trago, para todos. En la película The Farewell de la china Lulu Wang, una chica chino americana regresa a su país natal para acompañar a su abuela, enferma terminal de cáncer de pulmón. La anciana, que ignora su condición de cuasi moribunda debido a la complicidad de los médicos y sus familiares, hace tai chi y salvo una tosecilla parece gozar de buen ánimo y salud. La explicación de la mentira piadosa (que sería un delito en Estados Unidos y, a la que la nieta se opone en principio), es que en China el individuo no existe sino en relación a la comunidad: la familia, el estado, etc. Y por lo tanto, debe asumir la responsabilidad de sufrir la pérdida de un familiar en silencio, para preservarlo de ansiedades. “El cáncer mata…pero de miedo”, se dice allí. La abuela sobrevive desde hace seis años, contra todo pronóstico y parece que los va a enterrar a todos. Es una historia real, nos revelan al final.
La jugadora Olga Carmona debió ignorar , se dice que por voluntad de su familia, la muerte de su padre durante el partido definitivo, en la final del campeonato mundial. ¿Mentira piadosa?
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