CONTRA EL SÍNTOMA
Cualquier encuesta, realizada por el Observatorio de la Cultura de una fundación privada, siempre hay que considerarla con cierta precaución. Yo he visto, en la revista donde trabajé durante años, cómo se “cocinaban” algunas encuestas para que sus conclusiones no estropearan un buen titular de portada. Vale la pena ser precavido. Sin embargo, si profundizamos un poco nos damos cuenta de que los resultados son un síntoma de la realidad, como la fiebre lo es de la enfermedad. Podemos considerar parcialidades, sesgos, visiones clasistas, centralismos, el poder del dinero a la hora de la propaganda… pero el síntoma está ahí, como un anuncio de luz tintineante que nos advierte de que vamos por mal camino.
Una encuesta de la Fundación Contemporánea, realizada a 360 profesionales, sobre la calidad e innovación de la programación cultural en España durante 2017, ha puesto de nuevo el dedo en la llaga. Por comunidades autónomas, la Valenciana ocupa el quinto lugar en el ranking, tras Madrid, País Vasco, Cataluña y Andalucía. Ha tenido “una importante progresión”. ¿Todos contentos? Pero al descender al ranking de las treinta ciudades estudiadas, mientras Valencia ocupa el cuarto lugar, Alicante está en el furgón de cola; ocupa el puesto 28, junto a Las Palmas de Gran Canarias.
El desequilibrio es total y, cuanto menos, muestra una desvertebración en la oferta cultural. El síntoma: la fiebre. A la que debemos añadir otro dato. En el ranking nacional a las 64 mejores instituciones y actividades culturales del año, no aparece ni un solo acto o institución de Alicante. Debemos irnos a los resultados internos de la Comunidad Valenciana, para encontrar el Teatro Principal en el tercer puesto, el MACA en el sexto y el Centro Cultural Las Cigarreras en el décimo segundo.
Cada cual que interprete este “síntoma” de la manera que quiera, pero no sirve de nada ponernos una venda en los ojos ante semejante irrelevancia, y más cuando se ha hablado de pedir para Alicante la capitalidad cultural. Somos la segunda ciudad de la Comunidad Valenciana, pero según el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea en el terreno de la cultura sólo superamos a Badajoz y Burgos.
¿Qué está fallando? Les voy a decir lo que NO está fallando. Las actividades en la base, la resistencia frente al “menfotisme”, la gran vitalidad cultural que demuestra mucha gente fuera de los ámbitos oficiales.
Se equivoca quien piense que la cultura en Alicante se reduce a la Seu de la Universidad (casi un templo), a Las Cigarreras, a la Fundación Cam, a los conciertos del ADDA, al Teatro Principal o al Arniches, entre otras tantas sedes vinculadas a instituciones públicas. La variada oferta cultural, en manos privadas, hace que muchos días tengamos que elegir entre varias opciones.
Dispersos por la ciudad, desde Benalúa hasta el Casco Antiguo, de norte a sur, son numerosos los locales de asociaciones culturales, los pubs, las cafeterías, los bares, las librerías y hoteles, que programan recitales poéticos, performances, clubs de lectura y escritura, presentaciones de libros, exposiciones de artistas plásticos, recitales de cantautores alicantinos…
La lista es abrumadora. Está el clásico Clan Cabaret, El Taller Tumbao, Viva la Pepa y su “Striptease verbal”, October Press, Villavieja 6, los clubs de lectura del hotel Les Monges y de Santamaca, El Cresol, el hotel Abba Centrum, el Casal Popular Tío Cuc, Mil Historias y un café, Ocho y Medio, Flow, Freaks y sus “Quimeras de la Pluma”, las librerías 80 Mundos y Pynchon and Co., Alacant Desperta, la Sala Itinerante… Y tantos otros que se me escapan en estos momentos y pido disculpas. También las pido por no citar las galerías de arte, las asociaciones de artistas plásticos, las salas de conciertos y los grupos musicales (eso ya lo hace magistralmente el blog Alicante Live Music), nuestras bandas de música creadas hace décadas por asociaciones culturales como la de Carolinas, las collas de dolçainers, las corales…
¿Y los grupos de activistas? Francotiradores como Nelo Curti y su “Teatro de Esquina” en plena calle, la performances reivindicativas del fotógrafo Manuel Velandia, los trenes poéticos de cercanías organizados con tenacidad por Letras de Contestania, la radio alternativa Artegalia, el grupo Verso a Verso, Crisálida, Dar Al Karama, Auca con su acogedora revista literaria, las cenas de El Sabor de las Palabras, La Poesía es Noticia organizada por Juanjo Cervetto, la asociación de cantautores La Explanada…
La cultura está más viva que nunca en Alicante, en la base, a pie de calle. Esta es la verdadera medicina contra síntomas como el mostrado por el Observatorio de la Cultura. Solo hay que coordinarse y avanzar, seguir creando para ser tenidos en cuenta y divulgar todo este inmenso trabajo cotidiano. Estoy convencido de que LOBLANC, en el que colaboro con optimismo, ayudará a emprender este camino de conocimiento y divulgación.
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