El acontecimiento más importante de la moda se ha visto forzado a ser presentado en una forma sin precedentes. La paralización del mundo a causa de la pandemia ha supuesto la cancelación de los desfiles y nuevas formas de expresión digital han permitido mostrar al detalle la inspiración, creatividad y la delicada artesanía del saber hacer. En ninguna colección hemos visto a las modelos llevar mascarillas a juego con los trajes, con incrustaciones o bordados, por lo tanto, no hay glamourización en su uso. No obstante, las costureras, maquilladoras o asistentes de diseño sí que llevaban mascarillas en los estudios o en los talleres de confección.

Alexander Vauthier en Los Ángeles o Ralph & Ruso dando la vuelta al mundo han optado por la fotografía mientras que Chanel, Alexis Mabille o Giambatista Valli han escogido el vídeo. Giorgio Armani celebra sus quince años en la alta costura haciendo una retrospectiva pero, no ha presentado colección alguna, al igual que Givenchy que ha hecho un cambio de dirección creativa y rememora el décimo aniversario del bolso Antígona.

El único que ha podido ver desfilar su exuberante colección de invierno ha sido el libanés George Hobeika. Renueva colores, texturas y bordados que dan frescura y modernidad a la mujer árabe, incluyendo además atuendos masculinos llenos de sensualidad y elegancia. Hombres con el pecho descubierto y mujeres llevando transparencias redefinen el concepto de elegancia y belleza árabe que se mueve entre el minimalismo y el puro glamour. Destacan los abrigos de piel sintéticos, los abrigos cortos, los vestidos adornados con flecos y las rajas de vértigo en las faldas. La gama cromática predominante ha sido el uso de azules y turquesas y el clásico blanco y el negro.

La nueva colección de Ulyana Sergeenko es audaz, femenina, llena de fortaleza y carácter. Se inspira en las grandes divas de Hollywood vestidas de traje y en la tradición rusa. Cuenta con piezas en blanco y negro creadas con el arte popular ruso de la puntada Krestetskaya. Una técnica campesina elaborada con lino blanco para decorar artículos de hogar. Detalles que adornan de sofisticación escotes, espaldas, mangas y tocados en blusas de corte recto y hombros puntiagudos que se conjuntan con sus icónicas faldas lápiz. En el film aparece ella misma con semblante serio y mirada directa acompañada de las modelos con actitud desafiante y pose refinada. Esta empresaria y misteriosa mujer colección a colección está haciéndose un hueco entre las casas más poderosas con aires que resuelven con éxito la unión entre sus orígenes con el impulso moderno y entusiasta de la mujer actual.

El debut de Olivier Theyskens para Azzaro comienza con una sastrería imponente inspirada en su conocida estética romántica, fuerte y fluida. La cantante Sylvie Kreusch se viste de luminoso plateado con un abrigo de lamé, una chaqueta masculina laminada y un vestido de noche de terciopelo de lúrex. Además lleva un precioso abrigo largo abotonado de brocado dorado con encaje de lúrex y un vestido negro de tripe crêpe adornado con cristales. La musa incandescente con un voluminoso pelo rojo canta sobre el deseo de un amor no correspondido. Un vídeo musical con teatralidad y sofisticación embriaga los sentidos como la alucinación febril de una novela negra.

Margiela además de fotografías y pequeños vídeos incluye un documental sobre el proceso creativo. Bautizando cada conjunto con el nombre de deidades mitológicas crea una colección llena de misterio, erotismo y energía en abrigos deconstruidos y transparencias arriesgadas para una suerte de novias despojadas de virtud. Galliano inventa un mundo de fantasía artesanal que acomete al espectador desde lo masculino a lo femenino, del pasado al futurismo en un viaje donde conviven luces y sombras.

La adversidad ha hecho que los diseñadores además de seguir fieles a la máxima de calidad y expresión artesanal que exige la alta costura han tenido que poner más atención si cabe en la forma de mostrar sus colecciones. Desde la fotografía o el vídeo han incluido otras disciplinas artísticas como la música o la proyección de imágenes hasta llegar a un nuevo resultado que no sería un desatino considerar como una forma más de expresión del arte contemporáneo. Hasta ahora no habíamos visto nada parecido a lo que ha hecho Valentino situándose en la cúspide del avant-garde con una colección de quince siluetas de proporciones extremas. En la colaboración audiovisual con Nick Knight se proyectan sobre los vestidos de inspiración nupcial con toques plateados imágenes del flores floreciendo, palomas y vivos colores estableciendo un diálogo sobre las texturas drapeadas, plisadas y plumíferas.

Dior presenta una colección de romanticismo y surrealismo de vestidos en miniatura que cobran vida en una película de inspiración bucólica donde ninfas y sirenas de piel blanca son envueltas en seda, volantes dramáticos y oro. Un cuento de hadas donde al parecer no cabe la diversidad. María Grazia ha incluido acertadamente en el ideario de Dior una visión de feminismo y empoderamiento femenino y también de diversidad. Sin embargo, es un craso error no haber incluido en una colección de alta costura tan importante como esta a modelos negras, morenas y asiáticas.

En cuanto al casting podemos afirmar que en la alta costura de invierno ha habido un retroceso en cuanto a diversidad se refiere. El equilibrio de la diversidad se ha roto una vez más a favor de la piel blanca y la belleza caucásica. La aparición de modelos negras ha sido muy escasa y prácticamente inexistente la de bellezas asiáticas, a excepción de una en Balmain. La diversidad no es mas que el reflejo del mundo en el que vivimos, y es por tanto, necesaria. Lo sabía Azzedine Alaïa, Yves Saint Laurent o Gianfranco Ferré cuando no se usaban términos como diversidad o inclusión pero, tenían algo muy claro y es que la belleza no es de un solo color.

¿Dejaremos de ver las pasarelas tal como las conocemos? ¿Supondrá todo esto un cambio radical en el mundo de la moda? ¿Se harán las presentaciones para editoras y clientas y dejaremos de ver a las soporíferas influencers? ¿Desaparecerá la realidad táctil de los desfiles recreando la ropa paseando por las calles del mundo? O, acaso, ¿tendremos que conformarnos con la realidad virtual? Habrá que esperar a septiembre, una vez más, Nueva York tiene la respuesta.