Durante esta última semana de agosto se comienza a generalizar la vendimia en las poco más de 10.000 hectáreas que ampara la DOP Alicante. Aunque con un ligero retraso en la maduración de la uva de vinificación, variedades como el moscatel de Alejandría o la chardonnay han comenzado a entrar en las bodegas alicantinas.
Un verano 2018 suave ha dado lugar a una lenta maduración de las variedades tempranas, aunque en algunas parcelas muy concretas y a principios de mes, ya se registraron algunos cortes de uva. Es ahora cuando se espera un escalado en la recolección de las diferentes variedades blancas primero, y tintas después, que culmine con la recolección de la más tardía y la principal de la zona, la monastrell.
El retraso en la maduración marca la calidad presentada que es muy buena en estos momentos iniciales y se espera continúe de forma gradual. Se espera, por otro lado, que la producción pueda crecer ligeramente pero siempre dentro de la media de la zona: en torno a los 30 millones de kilos de uva. El año pasado la recolección marcó un mínimo de 26,33 millones de kilos.
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