Directamente fusilados, condenados a décadas de cárcel o depurados profesionalmente para seguir viviendo en una muerte civil que, en realidad, les empujaba a la autodestrucción y el suicidio. Estas fueron las sentencias más comunes a las que fueron sometidos los 25 perfiles que recoge Juan Antonio Ríos Carratalá, historiador y catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante, en su libro ‘Las armas contra las letras’. El volumen, que es el primero de una trilogía, será presentado en la librería 80 Mundos de Alicante en un acto que tendrá lugar el próximo 5 de marzo a las 19 horas y que contará con la participación de Ángel Luis Prieto de Paula, escritor y catedrático de Literatura Española en la Universidad de Alicante, y José Luis Ferris, escritor y profesor de Literatura Española de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Ríos Carratalá suma con esta publicación una más a su extensa lista de libros en los que relata la vida en el franquismo desde muy distintas perspectivas. Eso sí, siempre del lado de los perseguidos, los represaliados, los condenados y asesinados, en muchos casos, por las estructuras del régimen dictatorial. En esta trilogía que acaba de iniciar, el historiador de la UA se centra en el sector de la prensa, donde relata la persecución a periodistas, colaboradores de prensa, fotorreporteros, dibujantes y caricaturistas.
«En este primer libro hay 25 personas, todas ellas perseguidas por ser simples colaboradoras de prensa, periodistas, fotógrafos de prensa o dibujantes en la prensa de la República, independientemente de si tenían o habían expresado o no ideas contra la dictadura», explica Ríos Carratalá, a lo que detalla que «el mero hecho de haber estado colaborando en prensa escribiendo o dibujando, aunque sus verdaderos oficios fuesen los de médico, funcionario o miliar, entre otros, era motivo de juicio y, sin garantías judiciales de ningún tipo, te podían caer 30 años de cárcel sin siquiera haber hablado mal de nada ni nadie».
El catedrático de la UA ha bebido, y sigue haciéndolo, de la fuente histórica que supone el Archivo General e Histórico de la Defensa, en Madrid, pero también sigue investigando en otras fuentes donde encuentra y documenta perfiles como los resueltos en este volumen. «Se trata de un trabajo diario y constante hasta hallar cómo fueron las vidas de estas personas. Hay que pedir permisos, recibir documentación digitalizada, revisarla al detalle, unir cabos y seguir buscando», comenta el profesor. «Una vez recopilada la información es cuando toca escribirla. Trato de alejarme de los textos estrictamente científicos o ensayísticos porque quiero que la gente pueda conocer a estas personas como si estuviera casi leyendo una novela», puntualiza.
En este recorrido, Ríos Carratalá ha encontrado perfiles notablemente llamativos como el de Joaquín Sama Naharro, un caricaturista del Heraldo de Madrid cuyo verdadero oficio era el de médico. «Era de buena familia burguesa de Madrid y con la guerra, como era normal, fue movilizado como médico por el bando republicano. Colaboraba en prensa como humorista gráfico y tras la guerra, pese a presentar más de un centenar de avales de personas afines al franquismo, fue procesado y depurado profesionalmente. Desde aquello, solo le dejaron ejercer en barrios humildes de Córdoba, ni siquiera en el centro o zonas nobles de esa ciudad, por si acaso», explica el escritor.
Del mismo modo, el historiador de la UA ha encontrado condenas aún más injustas, como las de Matilde Zapata Borrego. «Esta mujer dirigía el periódico La Región, en Santander, y fue directamente fusilada por ello», detalla Ríos Carratalá, a lo que añade que «también se dieron casos donde se condenaba a una persona en un Consejo de Guerra y, posteriormente y por los mismos delitos, por la Ley de Responsabilidades Políticas, para arrebatarles los bienes que tuvieran, y por un tercer procesamiento por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo». «Hay casos de citaciones judiciales y multas a personas que ya habían sido previamente fusiladas. Es demencial», matiza el profesor.
Tras la publicación de este primer volumen con 25 perfiles, Ríos Carratalá prevé llegar al centenar de retratos entre los tres libros. El segundo de los libros estará listo en otoño. «En total, creo que se podrá leer una muestra significativa de casos que dejan bien claro cómo el franquismo utilizaba las armas contra las letras», finaliza el catedrático de la Universidad de Alicante.
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