El estilo del Belén Monumental, que se podrá ver en la Plaza del Ayuntamiento de Alicante desde el 1 de diciembre al 6 de enero, está basado en el Modernismo alicantino de principios del siglo XX y toma como referente a los escultores Vicente y Daniel Bañuls -padre e hijo-, y José Gutiérrez, discípulo de este último. Así se puede leer en la Memoria Descriptiva que presentó José Manuel García Esquiva “Pachi”, el ganador del concurso.

Vicente Bañuls es el autor de los monumentos a Maisonnave (1893), Canalejas (1916) y de la escultura “La Aguadora” (1918), situada en la Plaza de Gabriel Miró. Una de las obras más significativas de Daniel Bañuls es la fuente de la Plaza de los Luceros (1930). José Gutiérrez, también afamado artista de hogueras, es el artífice del Monumento al Foguerer (1982), situado en la Plaza de España

Manuel Jiménez, concejal de Fiestas, ha valorado esa aportación “porque dota de un toque de alicantinismo a ese Nacimiento que va a suponer exportar la imagen de la ciudad. Esa idea de José Manuel García hará que sintamos el Belén como algo más nuestro porque pondrá en valor el legado que dejaron Vicente y Daniel Bañuls y José Gutiérrez”. El estilo modernista mediterráneo conlleva la estilización de las figuras del Belén, lo que genera una sensación de mayor tamaño.

Una muestra del calado de esta novedosa iniciativa en esos sectores es que representantes de todos ellos acudieron el pasado lunes al Salón Azul del Ayuntamiento de Alicante para conocer cuál fue el proyecto ganador.

Al mismo tiempo, el edil ha reseñado que “la espectacularidad de la composición, que llegará en altura a la cuarta planta de la Audiencia Provincial, supondrá el necesario revulsivo de atracción de visitantes para los sectores turístico, hostelero, comercial y de restauración, entre otros. Si todos ellos se dirigieron al Ayuntamiento para buscar fórmulas con las que paliar los efectos de la pandemia, estamos en esa misma línea con esta iniciativa que conlleva un importante atractivo turístico para Alicante”.

San José

La imagen de San José, la de mayor altura con sus 17 metros, se apoya sobre un cayado, que llega hasta los 18 metros. Está situado a la izquierda del Niño Jesús. “Su semblante sobrio -se explica en la Memoria- comparte con María una ternura en los gestos”.

La Virgen María

Está situada, de rodillas, a la derecha del Niño. Su pose es de contemplación y adoración, con la cabeza ligeramente inclinada hacia él. El manto que lleva puesto sobre la cabeza “conlleva un gesto universal de modestia”. Con esta figura el artista “busca la expresión de la ternura y el reconocimiento hacia el Niño Dios”. Su altura es de 10,46 metros.

Niño Dios

El Niño Dios aparece recostado en un pesebre en el centro de la escena. Se le puede ver arropado para el frío pero siempre con sencillez, gesto alegre y afable para recibir a todos los que se acercan a él. “Pachi” ha querido representar “la expresión jovial y cercana de los niños”. Tiene una altura de 3,25 metros, similar a la altura de una canasta de baloncesto profesional.

Cromatismo

A la hora de dotar a las imágenes de color, el artista elaboró un pormenorizado estudio. En el caso de San José, presenta una paleta de colores terrosos similar a las vestimentas hebreas. Porta, además, un turbante “símbolo de la esperanza” y detalles en dorado “alusivos a la solemnidad e importancia”.

El vestido de María ofrece una gama de colores trabajada en azules, símbolo de la pureza. Éstos se combinan con ropajes en blanco. También cuenta con detalles dorados.

Los colores blancos predominan en el Niño Jesús, ejemplo de pureza y júbilo, de acuerdo al criterio del artista. Se complementan con colores tierra y ocres para el pesebre.

Materiales

La estructura interna se realizará en tubo de hierro de 50mmx50mmx1,5mm. Estará unida, mediante una soldadura a gas, para evitar imperfecciones en las juntas y una mayor duración. Toda ella, ha explicado Pachi, «estará unida con tornillos autobloqueantes que, una vez apretados, ya no se sueltan. El total de kilos de hierro que se utilizará se aproxima al millar».

Otro de los aspectos a destacar es el aislamiento. Después de finalizadas las figuras son protegidas mediante una sustancia química ignífuga que las protege de las inclemencias del tiempo, golpes y vandalismo.

El 60% de las figuras está hecho con poliestireno expandido autoextinguible, «que, por su facilidad para concebir volúmenes y su peso ligero, se utiliza habitualmente en esculturas». Además, puntualiza el autor del Belén Monumental, «en caso de un posible incendio, se apagaría automáticamente».