El hallazgo en Elda del primer monasterio bizantino de España confirma a El Monastil como uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la provincia y uno de los más relevantes de la Comunidad Valenciana. El alcalde de Elda, Rubén Alfaro, junto a los concejales de Cultura, Rosa Vidal, y de Patrimonio, Amado Navalón, y el director del Museo Arqueológico de Elda, Antonio Poveda, ha visitado el yacimiento para dar a conocer los detalles de un descubrimiento de enorme relevancia.
Rubén Alfaro ha asegurado que “el descubrimiento de que este monasterio en el que nos encontramos es bizantino supone un salto cualitativo en la importancia que tiene. En la provincia de Alicante hay 36 yacimientos arqueológicos y los expertos coinciden en que este es el tercero más importante, junto al de Lucentum, en Alicante, y el de La Alcudia, en Elche”.
El alcalde de Elda ha afirmado que “esta importancia debe obligar a las administraciones superiores al Ayuntamiento de Elda, como son la Diputación, la Generalitat y el propio Ministerio, a atender este yacimiento y ofrecer el apoyo y los recursos para desarrollarlo, para investigar y excavar más y para tener el centro de interpretación que hemos reclamado. El Ayuntamiento de Elda no puede afrontar en solitario este proyecto y estaré en la primera línea de esta petición porque los investigadores nos recuerdan la importancia que tiene”.
El Ayuntamiento de Elda seguirá trabajando para divulgar el interés y la importancia del conjunto arqueológico, “como lo demuestra la cifra de visitantes que cada año pasan por el yacimiento y que supera con creces las 2.000 personas. Suele ser gente de Elda, Petrer y de la comarca, pero queremos dar un paso e ir más allá y que vengan visitantes de otras zonas. Pero para sacar adelante este proyecto necesitamos el apoyo de instituciones que tengan más recursos. Debemos tener un centro de interpretación de visitantes y vamos a pelear para conseguirlo”.
Durante la visita se han mostrado las piezas halladas durante las investigaciones que han permitido confirmar que los restos corresponden a la primera basílica bizantina de la Península Ibérica. En concreto, se trata de un conjunto de pesos con inscripciones en griego, una caja cilíndrica de marfil donde se guardaban las obleas y una cucharilla y un diminuto cuchillo utilizados para manipular las hostias.
Las investigaciones han culminado un trabajo iniciado hace 25 años, pero que se remontan al siglo XIX cuando el archivero municipal Lamberto Amat advirtió de la presencia de los restos arqueológicos.
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