El Museo de Colecciones Naturales de la Universidad de Alicante se ha alzado con el galardón en la categoría especial de Proyecto Internacional en los Cid Awards de Coverings, la feria norteamericana de azulejos y piedras. La feria Coverings otorga anualmente los Coverings Installation and Design Awards (CID) que premian aquellas obras sobresalientes tanto en su diseño como en el uso e instalación de piezas cerámicas o de piedra en cualquier parte del mundo.
El reconocimiento de Coverings para el proyecto de la Universidad de Alicante se suma a la larga lista de galardones acumulados en los últimos años en que ha sido finalista en la última edición de los Premios Cerámica de Arquitectura e Interiorismo que organiza anualmente la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ascer); nominado a los premios Obra del Año Oda 2020 y a al Edificio del año 2020 por Archdaily y catalogado por la monografía de Arquitectura Viva como uno de los proyectos más importantes de 2018.
El proyecto nace de la reforma, adecuación y rehabilitación de uno de los edificios más antiguos y primigenios de la Universidad de Alicante con el objetivo de albergar y exponer sus Colecciones Naturales. Compuestas por una composición taxonómica y faunística de gran valor que cuenta con especies únicas, fenotipos, etc, de incalculable valor ecológico, y cuya investigación, custodia y protección ha sido desarrollada por la Universidad durante décadas.
El edificio para albergar las Colecciones Naturales de la Universidad de Alicante forma parte del conjunto de pabellones militares que, en el entorno de finales de los años 30 y principios de los 40 del siglo pasado, daban servicio y apoyo al aeródromo de Rabasa, inaugurado en 1919. La actuación de rehabilitación sobre el denominado “casco histórico del campus”, es uno de los ejes de la política de espacios del equipo de Gobierno de la Universidad de Alicante que ha coordinado la directora del Secretariado de Desarrollo de Campus del vicerrectorado de Campus y Tecnología, Elia Gutiérrez Mozo.
Descripción del proyecto
La intervención se ha realizado en dos edificios anexos, uno de ellos de los años 40, que ocupaba la biblioteca de Educación, y otro, anexado en los años 70, que contaba con usos polivalentes, principalmente laboratorios.
El proyecto realizado por COR Asociados Arquitectos, titulados por la Universidad de Alicante, desarrolla dos estrategias arquitectónicas al mismo tiempo, una para cada uno de los dos edificios existentes que forman parte de la intervención: la antigua nave de los años 40 con cubierta a dos aguas, que se convierte en la sala de exposiciones y de interpretación de los fondos; y el edificio racionalista que pasa a albergar los laboratorios y espacios de investigación.
Tal y como explican sus artífices, “en la intervención realizada se optó por reconstruir y adecuar los exteriores de la nave sin alterar su tipología y sistemas constructivos, prestando especial atención a no variar su escala con el cambio de cubierta y reproducir sus ornatos”. En su interior cuenta con un sistema tridimensional de panelados de madera de eucalipto pegados a la cara interior de la nave tanto en sus fachadas como en sus cubiertas. “Esta piel interior busca generar un espacio ingrávido, sosegado, cálido, a la par que limpio y luminoso”, aseguran.
“Los panelados se suspenden sin tocar el pavimento de mármol blanco y la iluminación artificial desmaterializa y segmenta el espacio de la nave”, describen asegurando que han buscado “una reinterpretación y actualización de las atmósferas de los museos clásicos de colecciones naturales, atravesada diagonalmente por una pasarela liviana que desequilibra el espacio y su simetría”.
Este espacio interior cuenta con dos apéndices. El primero es un elemento cerámico brillante que configura la entrada principal que recoge a los visitantes y los acompaña a la sala. Y el segundo es una gran ventana en el eje oeste que permite las miradas desde el exterior, desde una las calles peatonales más transitadas en la universidad y que de nuevo tiene la voluntad de hacer transparente a todos los universitarios lo que ocurre dentro de la sala.
En el edificio racionalista se organizan las estancias técnicas de este complejo, por lo que los requerimientos tecnológicos de los laboratorios toman protagonismo, solidificándose en unos interiores reprogramables, duros y luminosos y un exterior que se difumina con una gran celosía cerámica.
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