El pasado lunes, Casa Mediterráneo inició el ciclo Mujeres en Gastronomía con una mesa redonda moderada por la chef alicantina María José San Román en la que participó la consultora María Ireland y la chef Iolanda Bustos.
El tema propuesto era la Gastronomía y Negocio: crecer con nuestros valores en la que María Ireland se inició con el planteamiento “el bienestar o el biensentir es un bien esencial que nos ofrece el equilibrio. Los valores no cuestan dinero son, por tanto, una buena inversión de punto de partida”.
Negocios y valores funciona si están alineados. Cada persona tiene una circunstancia distinta y que nos hace estar distintos a ayer o a mañana; somo una persona distinta cada vez que nos levantamos y la clave, por tanto, es la tolerancia y la empatía que nos permite entender qué le pasa al otro.
Los valores se deben adoptar. La honestidad, por ejemplo, desde el productor (agricultor, pescador) hasta cualquier empleado. Sin embargo, la honestidad es cultural (en EE.UU, China o Europa, puede ser distinta) en cambio la confianza es universal.
La diversidad es esencial y en la diversidad en relación con los hombres que ha tenido, por el tipo de empresa en las que he trabajado, ha tenido mentores hombres muy importantes para ella.
La COVID19 nos ha puesto en valor la inteligencia colaborativa y probablemente el dinero está tocado y hundido.
A Iolanda Bustos la gratitud le parecía esencial. Dar las gracias con una sonrisa refuerza nuestra condición de persona. La gratitud no es hacer un like.
Ella siempre se he sentido muy bien con mujeres en su cocina y en cualquier caso el valor puede ser conseguir un equipo equilibrado de género y esto lo conoce porque siempre ha trabajado en sus restaurantes, salvo un mes que estuvo en El Celler de Can Roca.
El proyecto culinario de Iolanda Bustos se caracteriza por su respeto a la naturaleza, a ella se la puede calificar como una chef que cuida, que cuida a las personas a través de la comida y que cuida al producto. Ella piensa que somos fauna, aunque no nos lo creamos en la actualidad, y necesitamos compartir desde la diversidad, el campo necesita de flores macho y flores hembra que cream el fruto.
Concluía diciendo, “si tenemos una boca y dos orejas es porque debemos de escuchar el doble de lo que hablamos”.
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