Este lunes se puso en marcha un nuevo ciclo ‘Más Europa en el Mediterráneo’ que ofrecerá su visión de la Unión Europea y su entorno socio-económico y que ha promovido Casa Mediterráneo y el Diario Información con la colaboración de la Cámara de Comercio, Generalitat Valenciana, EUIPO y Universidad Miguel Hernánez. Se inauguró por el actual ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell.
Borrell arrancaba su intervención con la pregunta de qué clase de Europa se trata porque hay cosas que necesitamos más y otras menos. Fruto de las últimas elecciones se mostró sorprendido por el hecho de que no se pronunciara ni una sola vez la palabra Europa ni se sbordara tampoco el plano internacional de la política en un país tan abierto como es España-
En su posición de gobierno, y no tanto como candidato, no se ven las mismas cosas desde el punto territorial desde donde se mira: desde China que ha estado recientemente o desde un campo Sirio; las cosas tienen otra perspectiva a lo que vemos los y las europeos-as. Reconoció Borrell que el mundo que nos toca vivir ahora es bastante distinto que al que le tocó vivir después de la dictadura en nuestro país.
España, en la actualidad, es uno de los países más europeístas. Se consultó en una encueta sobre si hubiera un Brexit en España y el 75% señalo que se quedaría y un 25% que no lo sabía y esos números son distintos en otros países de la Unión. En cualquier caso, el Brexit británico ha sido una vacuna para evitar situaciones similares en otros países y no tanto un virus que contaminara a las personas.
Europa nos dio credibilidad institucional y en estos momentos, hay que reconocerlo, tenemos una profunda herida de desigualdad. “Soy un euro-optimista pero no un eurobeato”. La realidad actual de nuestra Unión ofrece posiciones distintas entre el Este y el Oeste muy vinculado a los problemas de la inmigración y parámetros distintos vinculado al eje Norte y Sur donde se abre una lucha entre acreedores y deudores de la economía doméstica.
Señala que los nuevos partidos nacional-populistas tienen una idea radicalmente distinta a los que tenemos otros socios de la Unión y además existe un distanciamiento con países tan importantes en el mundo como es EE.UU.
La realidad es que en la actualidad Europa solo representa un 5% de la población mundial, frente al 25% que presentábamos al finalizar la Segunda Guerra Mundial y esta situación nos obliga a pensar en el futuro.
Afirmó que la construcción europea pasa por la aceptación del gobierno común y conjunto. Hemos trasladado responsabilidad dado que hemos hecho común cuestiones tan importantes como la moneda o la política agrícola, entre otras, que nos ha obligado a renunciar a las decisiones propias. Y, en cualquier caso, los problemas del mundo no tienen solución nacional como son el: armamento nuclear o el cambio climático.
Nuevas tecnologías
Es importante señalar que en el ranking de las 15 empresas con más peso en el sector de las tecnologías o de las 5 empresas con mayor significado en la tecnología 5G ninguna de ellas es Europea. Y esta situación se ha dado por un cierto conformismo con las cuotas alcanzadas a nivel tecnológico que no han producido nuevas motivaciones de avance en este sector y eso, por tanto, nos ha distanciado a los europeos como representantes de este valor del que ya no estamos en la cresta.
La posición de la Unión Europea
Los europeos no tenemos más opción que progresas en el triángulo esencial que supone los pilares de la LIBERTAD, EL PROGRESO y la SOLIDARIDAD que sostienen con garantías la dignidad humana que forma parte de los valores de nuestra sociedad.
Hay cuestiones que hemos conseguido y otras que tenemos que planear para nuestro futuro. Ahora alguien puede desplazarse desde Lanzarote a Helsinky sin que nadie te pregunte nada y este no es un estado natural del mundo si no el que en Europa hemos querido conseguir. Pero, por otro lado, el desempleo si fuera realmente un problema común combatiríamos las contingencias que ahora esto no ocurre frente a EE.UU. que si existe una respuesta federal ante este hecho. Existen circunstancias que hemos solucionado como fue la crisis del euro que creó divergencias que se solucionaron pero existen otros problemas como la inmigración que son muy difíciles de resolver porque son problemas más emocionales y por tanto más intrínsecos en la gente.
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