La compositora y pianista catalana Clara Peya es una de esas rara avis de la creación cultural que aún ve en el arte una herramienta de transformación social. Con una prolífica trayectoria tanto musical como dramatúrgica, reconocida por el Premi Nacional de Cultura de Catalunya en 2019, la obra de la artista de Palafrugell busca siempre remover algo en la conciencia de su público. Algo que parte de una reflexión interna y personal, pero que sirve de palanca para la transformación global. En ese sentido su nuevo disco, Corsé, apela y ensalza a todos esos seres imperfectos, inacabados y fallidos que se rebelan ante las normas rígidas y sádicas de una sociedad que está en guerra contra el cambio, la transformación, el paso del tiempo, la edad, el envejecimiento y la disolución del yo.
Corsé es el disco número 13 de Clara Peya. Contiene 13 canciones cantadas por 13 músicos distintos-as, creando un espectro vocal que abarca desde Marina Herlop a Salvador Sobral, pasando por Ferran Palau, Albert Pla, Pol Batlle o Sílvia Pérez Cruz. Juntos-as abordan un reto transformador que parte del cuestionamiento del concepto de perfección imperante en nuestra sociedad. Un concepto estrecho, excluyente y falso que nos estanca. Por ello estamos ante una obra llena de violencia: tanto la que ejerce el statu quo contra la disidencia como aquella que ejercemos contra nosotros mismos precisamente por el miedo a no encajar en los cánones. Esa opresión, al igual que un corsé, nos aprieta, nos ahoga y nos inmoviliza; y además nos anestesia con la promesa de una felicidad estática que no es más que una foto fija trucada.
Una cosa perfecta es una cosa ya hecha, terminada, estática. Es algo que no admite discusión, debate, reflexión. Nos limita y establece criterios cerrados de validez prometiéndonos falsas ideas de completitud, belleza, feminidad correcta o felicidad normativa. Y no encajar en ellas puede provocar un dolor auto infligido. Frente a todo ello Clara Peya y sus 13 colaboradores-as se aferran al pensamiento independiente y a la creación artística como vía para rebelarse contra los compartimentos estancos, las identidades cerradas y las cosas perfectas. Porque los seres imperfectos cambian y se mueven. Su desencaje y el no sentirse completos les hace desear. Es porque no somos perfectos por lo que podemos salir de nosotros mismos a buscar algo en el mundo y en los otros.
Para marcar este camino reflexivo propuesto en el disco, que va desde el corsé de la perfección a la liberación de la imperfección, Clara Peya desveló tres pasos fundamentales a modo de singles de adelanto. En la que es semilla y a la vez inicio del disco, ‘Sota les dents’, una canción de despertar en colaboración con Leo Rizzi, nos habla de la incomodidad de habitar un cuerpo, de la violencia y el maltrato que ejercemos sobre él. En ‘Cerebralmente’, su continuación en colaboración con Ede, nos propone una oración al reposo, a la evasión, al descanso, a la necesidad de hacer un stop y respirar… todas ellas acciones revolucionarias en los tiempos en los que vivimos. Y es en ‘El Tall’, un tema que habla de la confianza y del poder junto a Ferran Palau, donde aprendemos a hacernos responsables de curar, sostener y cuidar nuestros actos para abrazar nuestra propia imperfección.
Ante toda esa violencia, por tanto, Corsé apuesta por el desahogo, el deseo, la embriaguez, el amor y el movimiento frente a una sociedad que nos quiere atrapar en imágenes estáticas que nos hacen temer al paso del tiempo y a la imperfección que nos hace únicos, irrepetibles y deseosos. La buena noticia es que, frente a las promesas de perfección, belleza estática, eternidad y falsa felicidad que este mundo nos hace, resulta que al final todos-as somos imperfectos-as y fallidos-as. Y ahí, en ese fracaso colectivo, hay toda una revolución pendiente en la que podemos unirnos para librar en común.
EL CAMPELLO
24 de febrero 2024
Teatre Auditori El Campello
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