Este lunes os presentamos una colección de 7 poemas de la autora Laura La Teru probablemente para poder leer uno, tan intensos, cada día de esta semana-

Laura, nació en Ibi hace unos 36 años, y piensa que la poesía forma parte de un proceso vital. El mundo pasa por unos esquemas y ritmo que a veces no te permite ser tú misma y a través de la poesía consigue expresar su orden y su caos, ser tú misma y a través de la poesía cuenta cómo ser yo en un sentido amplio, cambiar de ideas, pensamiento y profundizar en cosas

Durante el mes de septiembre el espacio cultural Viva La Pepa acogió un conjunto de recitales poéticos dentro de la actividad Dimarts de Poesía y Narrativa que se realizaba todos los martes y fue Laura La Teru quien ganó el certamen por votación popular del público asistente al evento por eso hoy la podemos conocer su poesía un poco más.

EL GROSOR DE LOS COJINES

Todas las ensaladas me saben igual,

vengo de hacer cola en la gasolinera

y no hay tiempo ya para el café.

Volveremos a desempolvar herencias y libros

y nos saciaremos con mendrugos.

En ese lugar las cosas

son un espacio holgado y preciso

y están donde las sueles buscar.

Y otra vez el mismo sol

que calienta los cojines

los acabará deshaciendo.

DEDOS

No había reparado
en lo largo de mis dedos.
Capaces, funcionarios,
color tardes de lluvia.
Certifico su torpeza
con cosas que se escapan.
Hojas de río.
Migajas del portal
Borrosas. Intermitentes.
Enmarco los trozos

en mi álbum de postales

A MITAD

Hierro sucio

arroces verdes

luces rotas

conversaciones a mitad

cercanía mutilada

miedo a lo que seré

a lo que será.

Ansiedad

correr montaña arriba

campo a través

cuesta abajo de burocracia

horizontal melancolía

que es lo mismo

pero cambia.

Manta sucia

rayas verdes

ratos rotos

encuentros a mitad

fe mutilada

ansia de lo que vendrá

de lo que harás.

Vértigo

parar calle arriba

barra a través

cuesta abajo rutina

vertical anatomía

que es lo mismo.   Y permanece.

TABLAS

Vi caer aguaceros

por el ojal de tu chaqueta

esa que siempre llevas.

Tengo todo un año

pegado a tu nubarrón

y alabanzas repletas de fallos

que hablan de conciencia

y mala leche.

Tratando de colocar

estas diez canas

me he hecho un flequillo punki,

en tu contra.

De esos que no te gustan.

Es mi manera de decirte

que quedamos en tablas.

POBRES MARGARITAS

Es a menudo que me enredo

en musarañas

aunque no tengo aspiración

de ser mujer astronauta,

ni polizón de tus azares.

Si me encuentro sin intención

de vez en cuando el alba

no canto al ton ni son

en las noches que se desparraman.

No soy mujer bombón

ni aspiro a musa a media jornada,

tengo simpatía que se gasta

y corazón grande

con contenidos limitados,

culpando siempre

a las pobres margaritas.

LAVAR LA CARA

Rutinas que lavan la cara,

palabras que tocan la nariz

diciendo lo que sabíamos.

Debería enseñarte

un desvío,

recordar los azares

y la forma del círculo

que no pudo

apoyarse en el vértice.

Debería no estar

diciendo armonías,

que no hay como oler,

ni atajos donde dejas

de ver margaritas

que estaban haciendo

lo que sabíamos.

Debería dormir,

beber hasta la sed,

o dejar en tablas

la partida.

UNA SELVA

Ha crecido una selva

bajo el sofá.

Casi consigo el sentido pluscuamperfecto 

tocando con cada palma

y los brazos en cruz

los extremos

poesía

y días de playa

y cuando casi casi casi

me quedo dormida antes de la ducha.

Me quedo sin sal

y sin euforia.

Pero esta mañana

hay una selva

desconocida.