Hoy casi hemos cogido el tren y nos hemos ido a Zaragoza para conocer a un poeta nuevo para nosotros que es Ramiro Gairín. Él es, curiosamente, ingeniero de montes y postgrado en ingeniería de los recursos hídricos por lo que desarrolla su actividad profesional en el campo de la hidráulica y el medio ambiente en una consultora de proyectos de ingeniería civil.
Tiene un blog Hacia otras aventuras más hermosas, que os presentamos en http://haciaotrasaventurasmashermosas.blogspot.com.es/
Hasta la fecha tiene publicados nueve poemarios de los que dos han sido presentados en este 2020 que acaba de terminar: “Llegar aquí” y “La ciudad que no somos”.
Ramiro señala que “en mi línea poética principal busco encontrar momentos de plenitud, de sentir cierta sabiduría, de felicidad, que puedan ser preservados y compartidos, para que en ellos se pueda encontrar una experiencia universal”.
De Llegar aquí dice que es uno de sus libros pares. Este poemario, como otros títulos anteriores («Que caiga el favorito», «Por merecer el día» o «Lar»), se afilia a la corriente lírica de lo vocacionalmente pequeño, aunque lo que quiere decir es lo más insuperable y difícil, esto es, la vida más cercana que vivimos, las cosas del día a día, lo doméstico, lo laboral, lo callejero, lo familiar, lo inmediato. Lo que prima en este poemario es la sensación de estar viviendo un milagro (el nacimiento y desarrollo de una historia que ya dura cuatro entregas) en medio de la rutina. Y el milagro acontece porque el mundo es así para quien lo sabe vivir así, para quien «lo merece», por perseverante o por tenaz en la observación de las cosas halagüeñas. Ha sido editado por Versátiles Editorial.
En La ciudad que no somos, por contra, es uno de sus poemarios impares, que se afilia a otra línea temática y otra expresividad. El autor de las palabras preliminares que abren este poemario, Aitor Francos, resalta de él la observación meditativa del paisaje, la humanización de la ideas y de los hechos mundanos, la sabia herencia de la sencillez, la reconciliación con las experiencias universales del hombre. Hay detrás de estos poemas mucha filosofía oriental, mucha sustancia del Tao y del haiku, en un autor que camina y reflexiona interiorizando la cotidianidad. Como él dice, «el poeta, con mirar, cuida las cosas. Sentir cómo crece vigorosamente en ellas la luz es su oficio natural.» Y eso es lo que pretende esta colección de poemas. Ha sido editado por Editorial Polibea.
Deseamos que los y las lectores de LOBLANC disfruten de este poeta que acabamos de descubir y, sobre todo, de su poesía.
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