Comienza una nueva etapa en el yacimiento arqueológico de La Alcudia de Elche, propiedad de la Universidad de Alicante, con la colaboración del Ayuntamiento de Elche. Después de cuatro años de campañas de excavaciones sobre el terreno, más un último año destinado a consolidar las estructuras excavadas, restaurar y poner en valor los hallazgos, y siguiendo las indicaciones marcadas en el Plan Director de La Alcudia de Elche, documento elaborado por el Instituto de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) y que constituye el cuaderno de bitácora del yacimiento.
En esta ocasión, y con el objetivo de estimular las tareas de excavación e investigación arqueológica en el yacimiento de la Alcudia en la antigua ciudad de Ilici, continúan las excavaciones correspondientes a tres proyectos que se iniciaron en 2017, cuyas propuestas han sido aprobadas en la resolución definitiva de la convocatoria de las ayudas para la realización de proyectos de investigación arqueológica en La Alcudia, contempladas en el anexo VII de Bases de la convocatoria del Programa Propio del Vicerrectorado de Investigación para el Fomento de la I+D+i en la Universidad de Alicante 2021.
Los proyectos y sus investigadores principales son “Proyecto Domus: vivir en Ilici”, en el sector 4F con la catedrática de Arqueología Sonia Gutiérrez Lloret; “Arqueología y socialización del conocimiento en La Alcudia de Elche. Las Termas Orientales y áreas circundantes (ASTERO)”, dirigido por el catedrático de Historia Antigua, Jaime Molina Vidal; y “Damas y héroes. Tras la Ilici ibérica” bajo la dirección del catedrático de Prehistoria Alberto Lorrio en calidad de investigador principal (IP) y el profesor de Historia Antigua, con Héctor Uroz, como co-director.
El importe total de las ayudas concedidas por la UA es de 45.000 euros, distribuidos a razón de 15.000 euros por proyecto presentado y aprobado por personal docente y de investigación, todos ellos orientados a excavar. Además, el Ayuntamiento de Elche contribuye con otros 15.000 euros para la contratación de dos peones que ayudan en las tareas.
El Plan Director surgía de la necesidad de diseñar un marco estratégico de gestión para el yacimiento de La Alcudia; redactado en 2019, pretende potenciar su conocimiento y proyección cultural, garantizando que su tutela sea compatible con la visita pública y la socialización del BIC. Así, debe planificar, desarrollar y evaluar a largo plazo programas de investigación, conservación, gestión, difusión y divulgación del bien tutelado. Siguiendo con este criterio su acción, que comenzó en 2018, su vigencia se va a prolongar hasta el año 2029. El programa de actuaciones se lleva a cabo en tres etapas: la primera fase, 2018-2021; la segunda fase, 2022-2025; y la tercera fase, 2026-2029.
Concedidos los permisos por parte de la Generalitat Valenciana “volvemos con esta nueva e ilusionante campaña de excavaciones donde el compromiso de la Universidad de Alicante sigue manteniéndose firme en lo que al yacimiento de La Alcudia se refiere, y no es otro que poder llegar a conocer y profundizar en la historia y el patrimonio de esta antigua colonia romana, de la que tan solo se ha excavado hasta la fecha apenas un veinte por ciento”, ha destacado el vicerrector de Investigación de la Universidad de Alicante, Juan Mora quien se ha reconocido “muy entusiasmado” ante las excelentes perspectivas de la campaña. 

Domus-La Alcudia. La historia integral de una ciudad viva
Las excavaciones se iniciaron a principios de mes  con el Proyecto Domus-La Alcudia: vivir en Ilici. Dirigido por Sonia Gutiérrez Lloret, el proyecto cuenta con la participación de un nutrido equipo de investigadores e investigadoras tanto de la UA como de otros centros de investigación, como el Instituto de Arqueología de Mérida o la Universidad de Murcia entre otros.
El propósito general de Domus-La Alcudia es conocer la secuencia arqueológica del sector residencial de la ciudad de Ilici desde una perspectiva diacrónica y completa. “Se pretendía contrastar el relato tradicional con la verdadera historia material del yacimiento, mediante actuaciones modernas que permitiesen reinterpretar viejas excavaciones y contextualizar monumentos que la tradición había etiquetado de forma arbitraria o reconstruido de forma idealizada (templo ibérico, foro romano, termas augusteas, domus flavias, muralla de los bárbaros, basílica paleocristiana, etcétera)”, explica Gutiérrez. “Por ello, Domus-La Alcudia procede a la inversa y en lugar de focalizar el interés en un monumento o periodo concreto, convierte la historia de una ciudad viva en su objetivo prioritario de estudio, huyendo de los clichés”, puntualiza la investigadora principal del proyecto.
La primera fase de los trabajos (2017-2021) se ha desarrollado en el sector 4F del yacimiento, entre las dos domus romanas conocidas desde el siglo pasado. La excelente conservación de la estratigrafía en este sector ha permitido evidenciar por vez primera una ocupación islámica temprana (siglos VIII y IX) y documentar la monumental e intensa remodelación urbanística fechada en el siglo V, con el trazado de una calle flanqueada por importantes edificios, con basamentos de sillares almohadillados y alzados de “opus africanum” tardío, que estuvieron en uso, con diversas remodelaciones, durante la época visigoda. Se ha documentado igualmente una fase urbana altoimperial, bajo la que aparecen un potente edificio republicano construido sobre estructuras anteriores, posiblemente de época ibérica.
En este nuevo periodo se ha ampliado el área de trabajo, incluyendo antiguas excavaciones de su entorno carentes de información, con la doble intención de documentar en extensión las estructuras romanas y altomedievales descubiertas, de un lado, y profundizar en la secuencia protohistórica ya alcanzada, de otro, para comprender los momentos iniciales del asentamiento, tanto ibéricos como romanos, obteniendo una herramienta de análisis aplicable a todo el yacimiento. Además se contempla el análisis del entorno con metodología no invasiva. El objetivo final es la consolidación y puesta en valor de aquellos espacios y estructuras documentadas que sean representativas de cada fase histórica detectada, explicando no una sino todas las historias escritas en la propia tierra de este sector de La Alcudia.
ASTERO. Las termas romanas
Este año, el equipo de Arqueología y socialización del conocimiento en “La Alcudia de Elche. Las Termas Orientales y áreas circundantes (ASTERO)” tomará el relevo a la campaña a principios de julio y, tras un año sin ellos, volverá a contar con una treintena de estudiantes tanto de grado y como de máster para realizar sus prácticas. La vuelta a las excavaciones en esta quinta campaña para el equipo que dirige el catedrático de Historia Antigua Jaime Molina Vidal llegará hasta el 4 de julio. El objetivo principal de la presente campaña es la búsqueda de acueducto en una zona próxima a las termas y seguir con la excavación de las mismas, ya que “falta una tercera parte por descubrir”.
Según la hipótesis que plantean, “existía tal acueducto que entraba en la ciudad y la abastecía”, explica Molina. Durante los primeros quince días de excavación podrán determinar si fue así. Además, avanzarán en las fases de la evolución de la ciudad y de las termas para ver cómo van cambiando.
El sector 7F o Termas orientales, que excava con “ASTERO” el grupo Patrimonio Virtual, ha desvelado uno de los principales complejos termales de la antigua colonia de Ilici que, dadas sus dimensiones, tendría un carácter público. “Para los romanos las termas cumplían no solo funciones higiénicas, sino que constituían uno de los principales centros sociales de la ciudad: recreo, reunión, deporte o centro de negocios. Por un módico precio se accedía a estos baños públicos en turnos alternativos de hombres y mujeres”, explica Molina.
En la cuarta campaña de excavaciones llevada a cabo en 2020 “destapó una fosa fundacional” del muro que estaban excavando, algo que es fundamental en arqueología. El científico se cuestionaba qué sucedió en la ciudad pues, como afirmaba, “si han tenido que ampliar las termas es porque ha aumentado la población y, por lo tanto, tendríamos un aumento demográfico” ya que las termas se ampliaron en el siglo V d C, “cuando se supone que la ciudad estaba en crisis”, según apunta el catedrático.
Entonces los objetivos pasaban por completar la excavación del vestuario y las letrinas de las termas orientales, además de intentar en esa fase de la excavación datar una de las fases fundamentales. En los tres años anteriores habían podido detectar las fases, pero algunas de ellas estaban aún sin datar.
Las termas orientales de La Alcudia estuvieron en uso durante la época altoimperial (siglos I-II d.C.), y sus estructuras, reformadas y remodeladas, siguieron teniendo otras funciones (domésticas, artesanales o agrícolas) hasta, al menos, el siglo VII d.C. Tras su descubrimiento en 1998, el sector excavado de estas termas fue parcialmente desmontado, restaurado y consolidado hasta alcanzar su estado actual, aunque las salas de su parte septentrional y oriental están todavía en fase de excavación, consolidación e investigación.

Damas y héroes. Íberos en Ilici
En septiembre llegará el equipo de “Damas y héroes. Tras la Ilici ibérica”, tercer y último de los proyectos de excavaciones que acogerá esta quinta campaña. Dirigido por el catedrático de Prehistoria de la UA Alberto Lorrio, se plantea como objetivo último aportar información sobre las fases ibéricas de La Alcudia a través de la intervención arqueológica multidisciplinar en el Sector 11D, frente suroriental del yacimiento, lugar donde se halló, de modo fortuito, la Dama de Elche en 1897. Al mismo tiempo pretende definir una estratigrafía arqueológica que ayude a complementar el conocimiento de las distintas fases históricas por las que pasó el yacimiento de Ilici, y que permita encuadrar los hallazgos que, en las sucesivas campañas llevadas a cabo desde 2017, han sido muy numerosos y variados.
Los trabajos realizados entre 2017 y 2021 han ido sacando a la luz los restos materiales de las fases ibéricas más antiguas de La Alcudia, en torno al siglo V a. C. El hallazgo de la muralla, y de los restos urbanos adosados, constituye una novedad de gran relevancia, pues ha permitido, por primera vez, conocer el contexto arqueológico de la Dama de Elche. A ello se añade la identificación de una secuencia que abarca, grosso modo, unos trece siglos de la historia de la ciudad de Ilici, entre el V a. C. y el VIII d. C., aunque si se incluye la documentación de las estructuras contemporáneas, relacionados con la transformación agrícola de la finca, el resultado es una lectura completa del sector a lo largo de sus 2.500 años de historia.
Durante la pasada campaña los investigadores del proyecto se dedicaron a la restauración, investigación y publicación. En los años 2020 y 2021 se ha llevado a cabo la musealización del tramo principal de la citada muralla, lo que sitúa a este sector entre los de mayor valor patrimonial del yacimiento.
Esta próxima campaña centran sus objetivos, en primer lugar, en continuar trabajando en el tramo de la muralla identificada en las anteriores campañas y, en segundo lugar, en identificar el urbanismo de la fase Ibérica Antigua. Como principal objetivo, pretenden determinar la complejidad de la obra defensiva, por lo que seguirán excavando en la zona de la muralla. Se trata de una muralla de cajones que ofrece importantes singularidades, como evidencia que los tres cajones que ocupan la mayor parte del corte 1 resultan por completo diferentes, destacando por su monumentalidad y la buena conservación de la superestructura de tierra y adobe. “La idea es abarcar todo el frente oriental hacia el norte y el sur y solucionar algunos problemas relativos a la técnica constructiva, mediante compartimentos internos adosados, generalmente con el zócalo de mampostería, los llamados cajones. Pero cada cajón está realizado de forma diferente, lo que resulta algo excepcional que necesita ser explicado”, señala Lorrio. Comprobar si la variabilidad observada se repite en otras zonas del frente oriental nos permitirá entender la complejidad de la obra, sin descartar la posibilidad de encontrarnos en las proximidades de una de las puertas de la ciudad. También, ante el más que previsible cambio de dirección de la muralla, la hipótesis de los investigadores es que debe haber una torre de esquina, localizada al sur del tramo excavado.
Como segundo objetivo plantean identificar el urbanismo de la fase Ibérica Antigua, comprobando si, como parece, los ambientes individualizados corresponden a viviendas. Este es uno de los retos que por vez primera podrán afrontarse en uno de los enclaves más emblemáticos de esta cultura. La actuación planteada permitirá determinar la evolución urbanística de la ciudad, pues en esta zona se ha identificado una completa estratigrafía que incluye toda la época ibérica, con restos de viviendas relativamente bien conservadas y varios enterramientos de neonatos, la etapa romana altoimperial, identificada a partir de los restos de una domus, y la época tardoantigua, identificada por numerosos basureros y fosas de expolios, además de sepulturas y restos humanos abandonados. A ello se añaden construcciones de época contemporánea relacionadas con el uso agrícola de la finca.
Alberto Lorrio destaca la singularidad de alguno de los hallazgos, como un colgante con la representación de una divinidad, encontrada dentro de un cajón. “El colgante estaba en el relleno de tierra de la muralla, por lo que se trataría de un depósito fundacional de la obra defensiva”.