La 30ª edición de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos arranca mañana oficialmente con los primeros pases de la performance “Se respira en el jardín como en un bosque”, pieza desarrollada por la compañía El Conde de Torrefiel, una de las principales referencias a nivel europeo de las artes vivas y las propuestas alejadas del teatro convencional.
Es un ejercicio escénico concebido por la compañía El Conde de Torrefiel para una sola persona. Está dividida en dos partes y tiene una duración de 40 minutos (en la web se pueden consultar los horarios disponibles y reservar entradas). Durante ese periodo de tiempo, se invita al participante a asumir en primer lugar el rol de intérprete, y a continuación el rol de público. En la primera parte, deberá seguir las instrucciones de una voz que, como si fuese una partitura, indica cómo crear en directo una serie de acciones performativas sencillas. En la segunda parte llega el momento de mirar. La mirada del participante es la que imagina el hecho artístico que se desenvuelve ante sus ojos.
El MACA, museo que colabora por primera vez con la Muestra, acogerá todas las sesiones de esta performance, que se realizarán de forma cíclica desde mañana viernes a las 16 horas hasta el próximo 12 de noviembre. Las entradas son gratuitas.
La pieza, que se ha presentado también en otros países como Francia, Holanda, Perú y Argentina, propone una mirada bidireccional al hecho teatral y a los mecanismos de funcionamiento de la imaginación: alguien mira en silencio mientras otra persona lleva a cabo una acción sobre el escenario. Son las bases de la convención teatral primitiva que ha perdurado durante miles de años hasta nuestros días.
Del mismo modo que un jardín es una organización artificial de la naturaleza -no la Naturaleza en sí misma-, el teatro no es la realidad, sino una organización de palabras e imágenes que alguien organiza para crear un discurso con una lógica interna. La realidad, por tanto, es solo un artefacto de la imaginación.
Un homenaje a la condición presencial del teatro.
La pieza se estrenó en el Festival Santarcangelo (Italia) en 2020 y por tanto se concibió como una reflexión hacia la importancia de la presencialidad del teatro, justo en un momento en el que la pandemia había imposibilitado o limitado drásticamente las condiciones en las que tanto los artistas como el público podían disfrutar de esta forma de arte. “El proyecto que teníamos entre manos para ese festival se titulaba MIRAR y tenía una dinámica en la que el público iba a participar en la acción escénica. Ese proyecto por obvias razones se tuvo que cancelar. Los directores del festival nos propusieron participar igualmente desde la distancia, pero nosotros de ninguna manera queríamos hacerlo con un vídeo o un streaming, -explica Tanya Beyeler, cofundafora de El Conde de Torrefiel junto a Pablo Gisbert-. Una de las condiciones esenciales del teatro es la presencialidad.  La obra teatral comparte el tiempo y el espacio en presente y eso diferencia el teatro de otras expresiones artísticas. Ya que la compañía no podía estar presente en el teatro, decidimos crear un dispositivo dónde el hecho teatral pudiera ocurrir, dando el testigo al espectador mismo”.