La situación que están viviendo las salas de conciertos tiene sumamente ahogados y probablemente muchas de las salas se verán obligadas a cerrar definitivamente, con el daño que eso va a suponer a la cultura de base, ya que cuando una sala de conciertos cierra, rara vez un emprendedor intenta seguir apostando por la cultura. Y más en estos tiempos que por algunas decisiones políticas se mezcla CULTURA con «ocio nocturno», que curiosamente se le llama así aunque la mayoría de licencias que ha secuestrado la Generalitat con las recientes medidas, tienen fijado su horario de apertura a las 12:00h o 17:00h.

¿Qué solicitan concretamente? Pues que legislen en el sector con EQUIDAD con respecto al resto de licencias amparadas en la ley 14/2010 del 3 de diciembre. Con la siguiente medida se acabaría con todas las contradicciones legislativas que estamos sufriendo, ya que por poner un ejemplo, actualmente este gobierno está permitiendo los salones de juego y apuestas en vez de las salas de música en directo. Y es terrible, ya que en términos objetivos podríamos decir que se apoya más la ludopatía que la cultura, algo paradójico e inquietante en los tiempos que corren. Por lo tanto exigen:

            – Permitir el «Ocio Cultural», habilitando la total actividad de los epígrafes concretos relacionados con la música en directo detalladas en la Ley 14/2010), de 3 de diciembre, de espectáculos públicos, actividades recreativas y establecimientos públicos, legislando en equidad con los otros epígrafes de la citada ley, aplicando reducciones de aforo, horario de aperturas, protocolos de actuación y medidas de prevención frente al Covid-19, en vez del cierre total que tenemos vigente.

            – Comunicar dicha resolución públicamente y a todas las instituciones para el correcto desarrollo de la actividad.

Por lo cual, han pedido que resuelvan esta situación, dado que necesitam un marco legal para poder trabajar con garantías, y sobre todo no sufrir también el cierre del servicio. Tienen que valorar que los aforos de nuestras salas son muy reducidos, que aunque se indique que se puede aforar al 75% para nosotros es imposible, nuestros aforos iniciales fueron calculados con público en pie, y contando entre 2 y 4 personas por m2 según licencias de apertura; ahora al tener que instalar sillas y pasillos el aforo medio resultante es del 26% de la ocupación, un ratio nada alarmante desde el punto de vista de la transmisión del virus. Con esos aforos, la viabilidad económica del concierto resulta IMPOSIBLE, si a eso le sumamos que la única vía de ingresos del organizador es la venta de entradas solo existen 2 soluciones, o la actividad es subvencionada al 100% o las entradas tendrían que aumentar muchísimo su precio, creando el precedente de que la cultura queda relegada a las élites sociales con mayor poder adquisitivo, algo que desde su punto de vista es totalmente contrario a cómo debe ser la cultura de nuestro territorio.