El ser humano lleva mucho tiempo usando el color como elemento estético de comunicación no verbal para resaltar aspectos de su anatomía, para producir determinados efectos sobre la conducta o simplemente transmitir estados de ánimo.

Esta mañana, con Noemí Nohales Pons, ha sido un encuentro con una de las profesiones y hechos artísticos más antiguos de la historia. El origen del maquillaje se remonta a la Prehistoria donde ya se aplicaban arcilla en la cara. Según las pinturas rupestres de la época, las mujeres del paleolítico coloreaban con marrón rojizo diferentes partes de su cuerpo. Los egipcios utilizaban colores fuertes y brillantes para resaltar los ojos, además, teñían sus labios con ocre rojo y óxido de hierro natural. Los griegos y romanos utilizaban también el ‘kohl’ para maquillar los ojos y las pestañas y para blanquear la piel utilizaban una mezcla a base de yeso, harina de haba, tiza y albayalde.
La alicantina Noemí Nohales se formó con Llongueras en peluquería y se especializó en maquillaje de cine en el centro de estudios de lo que fueron los estudios de Ciudad de la Luz. Esto le permitió trabajar en una película de producción francesa y  en distintas series que se grababan en los estudios de Alicante. Intervino también en la producción de varios vídeo clicks y publicidad  con una productora que se llamaba Moana Producciones.

Ella, como buena alicantina en Madrid, consideró que su ciudad se le quedaba pequeña, dado que quería trabajar en el sector de la moda y necesitaba por tanto un cambio. Esta decisión le permitió crecer y trabajar en revistas de moda y a través de Chanel para actores y actrices de cine y personajes públicos y de la música que cuentan con ella para sus actos sociales y festivales de cine en su caso. En la actualidad trabaja con una empresa de representación que se denomina XArtist que le permite prestar sus servicios en este sector específico.

Pregunta: ¿El maquillaje es una cuestión de belleza o de arte y creatividad también?

Respuesta: Está unido. En mi estilo no puede estar una cosa sin la otra. La propuesta artística tiene que estar unido a que la persona se sienta guapa. Me inspiro para ello en el Glam que estaba muy unido la belleza y el arte en los años 70 con peinados y ropa excéntricos, torsos descubiertos…

P: La belleza es un sector que acoge cerca de 40.000 empleos directos y el sector de la cosmética en general tiene un consumo de 6500 millones de euros.

R: Ahora mucho más gracias a la parte online. Durante el confinamiento yo creé un serial de videos de mi proceso de trabajo que mejoró mi marca personal y esto ayudaba al conocimiento de producto y a incentivar la compra.

P: Trabajas en el sector del cine y la música. ¿Cuáles son sus características esenciales?

R: El cine te permite crear desde cero el personaje. Es un trabajo muy duro porque tienes que dedicar muchas horas.

P: Y, ¿cómo te mueves en el sector de la fotografía?

R: En fotografía nuestro papel es secundario porque estás claramente a las órdenes del cliente y el fotógrafo. En los Beuty, fotografías de primer plano para conocer el resultado del maquillaje,  que se hacen en España no siempre van acompañados de la  opinión del maquillador. En la profesión estamos mejorando porque hemos dejado de ser un servicio más teniendo en cuenta nuestro criterio.

P: ¿Qué referencias profesionales de cine nos puedes contar?

R: En 2020, en los Goya, conocí a los Javis y fue la primera vez que los maquillaba. Mi propósito fue resaltar el movimiento del maquillaje masculino y se vieron y se gustaron incluso se empoderaron. Ellos llevaban un trabaje Lambin que ayudó por su elegancia. Durante todo el año he estado trabajando para ellos.

P: Haces maquillaje para eventos como desfiles de moda.

R: He dirigido varios desfiles, desde el diseño de maquillaje al proceso a desarrollar así como el propio acabado del trabajo. He trabajado para Desigual dirigiendo desfiles en Barcelona y para un nuevo diseñador de Madrid que es Christian Simmon.

P: Haces un maquillaje social o profesional pero trabajas el maquillaje artístico

R: El maquillaje artístico en moda me ha permitido una importante libertad de creación.

P: ¿Qué te parece la frese “Y es que maquillarte los labios sube la moral”?, cuestión que así lo pensaba Winston Churchill, culpable de convertir el pintalabios rojo en un producto de primera necesidad durante la guerra.

R: Desde que llevamos mascarilla no nos pintamos los labios. A mi pintar los labios me reactiva. Maquillarse es una forma de expresión y que caracteriza tu identidad en mujeres y hombres desde el movimiento contracultural de la movida de los 80.

P: En tiempos de la COVID-19, ¿qué cosas se están haciendo más singulares en el maquillaje?

R: Ahora la manera de resaltar desde el maquillaje  es enfatizando sobre todo la mirada, como está siendo la tendencia de Foxy Ice. Los ojos ahora son más esenciales. A nivel de relación con los clientes, tienes que llevarlo todo a punto y además totalmente desinfectado. Mi estrategia audiovisual me ha permitido más cercanía.

P: En una frase, ¿cómo te imaginas el futuro de la profesión?

R: Mucho trabajo online como por ejemplo con Instagram (@noeminohales) o youtube.