Érase una vez un niño italiano que escribía cartas desde su Liguria natal a sus padres, emigrantes en Chile. Victor Horazio Cavallo Muzzio tenía unos nueve años y era la tercera generación de una saga familiar de artistas cuando visitaba a sus ancestros. De esos viajes y esas misivas, muy emotivas,  repletas de imágenes, surgió su afición a narrar y más tarde a la literatura. También al periodismo, que fue lo que nos hizo encontrarnos en las aulas universitarias del puerto chileno de Valparaíso,  donde finalmente él y sus familiares se reconvirtieron en empresarios de hostelería.

Mi amigo y compañero de estudios debió emigrar nuevamente como consecuencia de ese golpe de estado de 1973 que apagó y cambió tantas vidas, entre ellas las nuestras. Sin embargo, él desde Florida, en Estados Unidos y yo, desde España, hemos seguido en contacto. El narrador vocacional y periodista debió reinventarse mutándose en empresario del sector seguros de viajes internacionales, lo cual le hizo también beneficiarse de nuevas experiencias y aventuras. Actualmente, anclado en el puerto de Fort Lauderdale, ha decidido dar el paso de convertirse en lo que siempre quiso ser. El fruto de su querencia como lector por cimas de la ciencia ficción tales como Asimov, Bradbury, Philip K. Dick, Lovecraft, Wells, entre otros, es un par de obras  relacionadas entre sí que ha agrupado bajo el título de Morir/Vivir con Kubrick, Dos historias de película,  y que se puede encontrar en este enlace: https://www.amazon.com/dp/B0CP8WPGKJ

NUEVA ODISEA

Ambos relatos se asemejan a otras distopías famosas, pero en este caso Cavallo Muzzio intenta ir más allá de las conocidas historias de sus admirados autores de ciencia ficción que han sido llevadas tantas veces al cine, para centrarse en la que más le impresionó siendo muy joven, 2001: Una odisea del espacio , de Stanley Kubrick.

Es así como retoma el hilo de esa película en el momento en que el misterioso monolito revela la existencia de  una civilización más antigua que las descubiertas, formada por seres de una inteligencia y poderes superiores que mantienen una comunicación a través del espacio interestelar con otras galaxias donde entidades todopoderosas vigilan el desarrollo de nuestra rudimentaria y violenta sociedad humana descendiente de los simios.

La atmósfera del planeta terráqueo a mediados del siglo XXI está enrarecida no solo por la contaminación sino por la desigualdad social y el control férreo de los cuerpos y las mentes por la tiranía de una elite plutocrático-tecnológica que  se asemeja a sistemas totalitarios ya experimentados por la humanidad en su lamentable historia reciente. Hay  guetos habitados por huestes hambrientas y agresivas en los extrarradios de las ciudades, cubiertas por densas y oscuras neblinas, calles vacías y silenciosas donde aparecen súbitamente vehículos pesados que vigilan por encargo de la seguridad gubernamental. En este ambiente opresivo sobrevive el protagonista, Mark Solar, un investigador, músico, ex agente de esa seguridad, retirado tras ser herido gravemente en el ejercicio de sus funciones. Sin embargo, al igual que el otro anti héroe de Dick, Rick Deckard, es llamado por sus antiguos jefes a una nueva misión, a la que no puede ni debe negarse. El ex agente tiene una deuda con su pasado y es descubrir las extrañas circunstancias del fallecimiento de su madre, una científica, que intuye que puede conseguir través de esta otra búsqueda a la que debe someterse por la presión de un poderoso y malvado científico, de mentalidad y hechuras nazis.

La primera parte de estos dos relatos va entregando las claves del segundo y viceversa, en un juego apasionante en el que también hallamos reflexiones y abundante documentación de base científica que el autor ha acumulado para  tejer ambas tramas con solvencia.

Los textos están intercalados por QSR musicales (Debussy, Stravinsky y otros clásicos) e ilustrados por imágenes de gran calidad estética creadas por IA. Bienvenidos al mundo fantástico de Cavallo Muzzio, que , modestamente, hace homenaje no solo al gran cineasta americano sino a su compatriota Dante , en esta versión moderna de la Divina Comedia, con grandes viajes imaginarios al infernal fondo de la tierra y a la paradisíaca  libertad del espacio.