Víctor del Árbol vino a Alicante especialmente para hablar de él y donde descubrimos que la literatura es transversal en su vida. Nos pareció un hombre cercano y un escritor con aspiraciones que llegan a querer lograr incluso el premio Nóbel que sería como conseguir la excelencia. Como le orientaba su padre, él aspira al 10 por si luego se queda solo en el notable.

Fue de una familia humilde y con eso ha aprendido a saber siempre donde está y a lo que aspira como escritor y especialmente como persona. En la tertulia del ciclo “Escritores y el Mediterráneo” que organiza Casa Mediterráneo la moderadora Marina Vicente llevó a Víctor del Árbol a representarse con todas sus cosas, las más agradables y también las más difíciles de su vida, que las hubo.

40 minutos con sus palabras y algo más de 20 donde el público necesito conocer más cosas desde el diálogo íntimo que se produjo.

Víctor del Árbol nació en Barcelona en 1968. De pequeño quería ser mayor, como todos los niños. Afeitarse, como su padre, hablar como él. Incluso ha copiado su estilo de letra. Víctor desde pequeño quería ser escritor para contar las historias que tenía en la cabeza. La biblioteca era uno de sus espacios preferidos, donde le dejaba su madre cuidando también de sus muchos hermanos, mientras iba a trabajar para limpiar casas en Barcelona.

Fue ganador del Premio Nadal 2016 con “La Víspera de Casi todo”: “El premio Nadal es ese momento en el que aceptas que en la vida existen momentos mágicos, y que hay que disfrutarlos sin altanería pero con la convicción de los sueños que se van cumpliendo. Y hacer que mis padres se sientan orgullosos de mí. Eso es lo que más valoro. No hay éxito en el reconocimiento sino en uno mismo, en vencer cada día las propias imposibilidades.”

Algo de lo que se siente muy orgulloso fue cuando en diciembre de 2017, el gobierno de la República Francesa, a través del Ministerio de Cultura, le distinguió con la medalla de Caballero de las Artes y las Letras en reconocimiento a su labor en favor de la cultura europea y francesa mediante su literatura donde vende diez veces más que en España.

Pregunta: ¿Cómo te sitúas como escritor en el mercado literario?

Respuesta: Soy alguien que no es ni blanco ni negro. Nunca he sido consciente de ningún género, en la mezcla está el gusto. La cultura tiene que ser porosa por tanto me burlo de las catalogaciones. Un clásico es lo que siempre está de actualidad.

P: ¿Cuáles han sido tus grandes momentos como escritor?

R: Entre los momentos especiales que tengo guardados recuerdo cuando publiqué mi segunda novela y me invitaron a una gala literaria en Colombia. Allí tuve la oportunidad de conocer a un señor que era el hermano de Gabriel García Márquez y pude tomarme un café en el patio donde había escritor “100 años de soledad”. En cualquier caso, el escritor tiene que tener conciencia de su propia insignificancia.

P: ¿Qué pasa con la novela negra en España?

R: Hay que esperar a que baje la espuma, esto es lo que pasa con la novela negra hoy. La novela negra peca de querer combatir en el mercado como si fuera cine y, en cambio, la literatura tiene otras maneras dado que el lector o lectora es un protagonista efectivo del libro.

Para ser clásico hay que trabajar desde la honestidad y sus claves. Hay que recorrer un camino juntos como escritor y como lector. No es necesario morder tanto si no será imposible de digerir.

P: ¿Cómo ves a tus personajes?

R: Los personajes son personas hechas con un puñado de palabras. Por tanto, me gusta ser un biógrafo y hacer espejos de ellos, alcanzando un grado de cercanía alto y sobre el que no tienes que estar de acuerdo con todo.

Es muy interesante empatizar con lo que no tiene nada que ver contigo, como escritor. Los personajes vienen de algún sitio y tienen pasado.

P: Tu pasado familiar, tu vida.

R: Somos escritores a través de lo que hemos vivido y para ser interesante para otros tiene que ser universal. En mi pasado hay una infancia difícil, ausencia de mi padre, obsesión por entender. Soy hijo de la generación del silencio. En cualquier caso, la memoria es, entre otras cosas, una mitificación donde existe un énfasis personal en un sitio o en otro.

P: Tus miedos de hoy.

R: Ahora tengo que lidiar con el éxito o el reconocimiento y eso me supera. Hay miedo a no llegar a lo que yo quiero ser. Por otro lado, descubro que hay No Escritores, que hacen No Libros para No Lectores y eso me tranquiliza un poco.