Luis Rivano (Cauquenes, 1932), escritor y librero, quedó huérfano a temprana edad y como tantos jóvenes pobres de su generación, tras el servicio militar, sin oficio ni beneficio, no pudo aspirar más que a ser “paco”, como llaman en Chile a los del cuerpo de Carabineros, institución policial de triste memoria por haber sido parte del aparato represivo de gobiernos conservadores y dictatoriales. El 2 de abril de 1957 salió a la calle carabina en mano a sofocar una revuelta popular conocida como La Batalla de Santiago y pudo salvar a un oficial que estaba a punto de caer en manos de los sublevados. En 1965, tuvo que entrar nuevamente a la acción, cuando escuchó a un superior arengando a la tropa policial: “¡Vamos, de prisa! ¡Qué se han creído, mierdas, esto no es el Paraíso!”. La frase se le quedó clavada y tituló así su primera novela, “Esto no es el Paraíso”, ganadora de un premio literario, aunque la editorial se negó a publicarla, en contra de lo prometido, a menos que modificara el contenido. A los pocos días de editarlo él mismo, Carabineros de Chile tramitaba su expulsión del cuerpo y Rivano se vio a los 32 años, con su mujer y sus hijos malviviendo en una habitación de alquiler. Cada día metía ejemplares de su libro en una maleta y los vendía en la calle. En esa novela el cuerpo policial quedaba mal parado: abuso de poder y corrupción. Luis Rivano siguió escribiendo y describiendo el submundo de los rateros, los proxenetas, las prostitutas, siempre en solitario, sin ayudas, sin editoriales. Llegó un día en que no pudo vender más sus libros y se dedicó a vender los libros de otros. Y siguió insobornable, produciendo narrativa y obras de teatro, que la crítica celebra. Rivano es el Chandler chileno y por fin su obra completa la ha publicado Alfaguara. “Prosa pasada a cuchillos oxidados, sangre, sudor y lana mojada”, dice de ella el escritor Alberto Fuguet, uno de los más conocidos fuera del país.
Su faceta de dramaturgo le valió algunos reconocimientos importantes en Chile y su pieza Por sospecha ha sido considerada una de las mejores entre las obras teatrales nacionales en lo que va del siglo pasado a hoy.
Rivano falleció a causa de una insuficiencia cardiaca y pulmonar en 2016, en un hospital del cuerpo policial al que había pertenecido.
El Teniente Luis Gonzalo Segura, autor de “Un paso al frente”, novela que le ha valido la expulsión del Ejército de Tierra , me recuerda al “paco” Rivano. El libro, que ha sido un éxito de librerías, le ha costado penas de prisión militar, motivadas según el Ministerio por sus declaraciones a la prensa.
Hay quienes señalaron al autor como “autoritario, machista e investigado por abuso sexual “(El Confidencial, 27.10.2014) y destacaban su cercanía a Podemos. Lo cierto es que tanto estas acusaciones como las de Segura contra la institución a la que acusa de corruptelas, fueron archivadas por la justicia militar que lo condenó por faltas disciplinarias calificadas de “muy graves”.
El uniforme, como está comprobado, no hace al policía represor ni al militar un robot insensible que cumple órdenes por disciplina, aunque éstas sean inicuas. Bien decía Cervantes que “ el hábito no hace al monje , y tanta honra tiene un soldado roto por causa de la guerra como la tiene un colegial con el manto hecho añicos , porque en él se muestra la antigüedad de sus estudios”.
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