Lo ha vuelto a hacer. No destroza chancletas en el salón, no hace pis en los rincones, apenas ladra. Pero se las arregla para volver a casa cuando parece que lo dejarán atado en una gasolinera o en un árbol del camino. Perro astuto, “dogged”, como dice los ingleses de la persona empecinada, como el can cuando va tras una presa. En la puerta de Ferraz y en La Moncloa debería haber el famoso cartel que avisa: “Cuidado con el perro”.
No he sido ni seré quien le vote. Pero aclaro que mi voto es de izquierdas, como habrán podido percibir los que han tenido la bondad de leer mis artículos en este portal tan plural.
De la noche electoral o los pasados debates ya queda poco que decir. Pero permítanme unas breves reflexiones sobre el presente.
“La economía va como una moto”. Puede ser, pero mi cuenta corriente se desangra con el gasto en alimentación exclusivamente.
Hay una Ley de Vivienda. Cuidado con las leyes, tienen recovecos y a veces son un bumerán, como ha pasado con la del Sí es Sí. Respecto a la primera, la consecuencia es funesta y se demuestra cuando uno clica en las páginas de cualquier inmobiliaria. De casi 60 viviendas ofrecidas en la ciudad donde resido, sede universitaria, todas son para estudiantes, excepto las que se encuentran en edificios sin ascensor, pero aun así éstas no bajan de los 750 euros, suma que difícilmente será asequible para un sueldo medio de este país, estimado en unos 25 mil euros al año y menos aún para una pensión. Y además las condiciones siguen siendo complicadas, pues se solicitan meses de garantía y el visto bueno de una aseguradora. Han tenido tiempo suficiente, pienso, para impulsar soluciones al precio desorbitado de la vivienda y cuando están en las postrimerías del mandato, venga ley, sin nada que la haga más efectiva para su control. Papel mojado. Hecha la ley, hecha la trampa, entre propietarios e inmobiliarios anda el juego.
Respecto a la controvertida ley que ha sido la maldición de sus impulsores, los escarnecidos “socios” del can regio, si no ha funcionado es porque , como dije antes, las leyes son un instrumento cortante, de doble filo. Leo en el Tao Te King, un libro de sabiduría ancestral de China, algo que el gobernante debería tener en cuenta:
“Con la justicia se gobierna un país,
Con la estrategia se conduce un ejército
Con la No-acción se conquista el mundo”
“Cuantos más reglamentos
Constricciones y prohibiciones haya en el Imperio
Mas se empobrecerá el pueblo”
Cuando el gobierno no se inmiscuye
El pueblo es rico en generosidad y franqueza.
Cuando el gobierno interviene,
El pueblo se vuelve descontento y mezquino”
España ha sido y sigue siendo un país machista. El feminismo molesta. La imagen de una mujer como posible gobernante (a) provoca escalofríos, a menos que sea como Ayuso, encarnación de la nueva derecha negacionista. Cuidado, Feijóo con la mujer de rojo en el balcón, quiere tu cabeza.
Ay, Yolanda. Eternamente Yolanda, nunca serás Presidenta.
Franco. No ha muerto. Arias Navarro dio el parte, pero estaba equivocado.
COPROFILIA
Unos chicos tiktokeros han lanzado un reto: ensuciar la piscina de su ciudad con sus deposiciones.
En el portal de un edificio céntrico, donde cerca está la Comisaría de Policía de Alicante, me encuentro con las heces de algún coprofílico. Alguien ha tenido la mala idea de cubrirlas con un polvo blanco, tal vez escayola, y los vecinos y los que acuden a las oficinas -entre ellos yo- pisamos la inmundicia inadvertidamente.
La zona, donde está la Estación de Adif, el Teatro Arniches, es lugar de acampada de indigentes sin techo. Se les ve en las esquinas, con aspecto de zombis, agobiados por el calor. Los ediles de derecha y ultraderecha promulgaron una ordenanza anti mendigos con prohibiciones y multas a los que duermen y viven en las calles de la ciudad. Yo no sé cómo pensaron que iban a poder pagar esas multas y cómo se imaginaron que con eso los retirarían. ¿Pensarían usar las máquinas barredoras para ponerlos bajo alguna alfombra?
EL DESPRECIABLE
Rafael Sánchez Ferlosio, escritor polifacético y dotado de un agudo sentido de la crítica social , es uno de mis ensayistas favoritos. De su muy recomendable “La hija de la guerra y la madre de la patria” (2002) extraigo este párrafo:
(El Despreciable) El mitin electoral reaviva mis prejuicios contra la democracia de partidos. Todos ven la abyección de los oradores, pero nadie la del público. Si éste en los toros es el Respetable tan solo porque puede aplaudir o pitar y abuchear, de vuelve el despreciable allí donde no caben más que los aplausos y las aclamaciones. Si a una frase del orador alguien dijese “¡No, eso no!” sería acallado o tal vez hasta expulsado como intruso. El supuesto forzoso de la unanimidad incondicional convierte todo mitin en una práctica fascista: el local se transfigura en una Piazza Venezia, donde cualquier partido es “partido único”. Una contienda electoral no disuelta en el tiempo sino concentrada en fechas extrema en cada partido lo que es puro instrumento de victoria, ahogando la diferencia en la otreidad del “conmigo o contra mí” y trocando el continuo móvil, modulable, de la diversidad en la tajante discontinuidad del “todo o nada”, de la que inevitablemente se deriva esa abominación de la unanimidad y la incondicionalidad que infecta de fascismo a los partidos. El que en una democracia, haya varios se queda en una situación fáctica sin duda más benigna para la mera vida, pero ni quieta para que cada uno de ellos sea en sí, dentro de sí, partido único ni comporta, por ende, ninguna mejoría para la inteligencia de las gentes y la objetividad de la opinión política , ni aún menos para la dignidad, la animación y hasta la estética de una por lo demás inexistente vida pública”.
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