El Ayuntamiento de Benidorm ha concluido la rehabilitación de la antigua casilla del peón ubicada en el número 25 de la vía Emilio Ortuño, un nuevo espacio que servirá para acoger actividades eminentemente culturales tanto municipales como emanadas de las asociaciones vecinales.
La corporación municipal, con el alcalde a la cabeza, y representantes del Consejo Vecinal y asociaciones de vecinos visitaron en la tarde de ayer el inmueble para conocer el estado definitivo del mismo y las mejoras realizadas en el mismo. Una actuación que se encuentra completamente finalizada a la espera solo de que la Conselleria de Industria autorice el alta en el suministro eléctrico.
Ayer, el alcalde destacó “las enormes posibilidades que tiene este espacio en el que se ha mantenido la estética y la esencia de lo que era una casilla”. Toni Pérez incidió en que el espacio dispone “de la máxima accesibilidad para cualquier persona con movilidad reducida” y recalcó que será un lugar para actividades culturales “que si bien no serán de afluencia masiva, sí ofrece muchas posibilidades gracias al patio y a las dos salas que permiten albergar exposiciones” en un lugar que calificó de “privilegiado”.
Las obras de rehabilitación y mejora de la accesibilidad del Espai d’Art La Casilla comenzaron en julio del año pasado tras haber logrado el Ayuntamiento la cesión del inmueble, con más de 100 años de antigüedad, que era propiedad del Ministerio. Una cesión el pleno solicitó en febrero de 2020 y que cristalizó en noviembre de 2021.
Una vez culminada dicha cesión gratuita tras las gestiones de la Concejalía de Patrimonio General, el Ayuntamiento incluyó la rehabilitación en los presupuestos participativos a petición de los propios vecinos. “La obtención de este inmueble nos ha permitido impulsar un nuevo proyecto vecinal y generar espacios de encuentro” señaló el alcalde, que agregó que “no habíamos podido atender las peticiones y propuestas para este lugar puesto que no disponíamos del uso del inmueble”. La inversión municipal realizada ha ascendido a 48.392 euros.
La casilla del peón caminero sirvió durante el siglo pasado de alojamiento para el peón que se encargaba del mantenimiento de la antigua carretera nacional. “Lo que hemos hecho es poner en valor un elemento patrimonial que nos recuerda una parte de la historia de nuestro país, personificada en la figura de los peones camineros, encargados desde el siglo XVIII de cuidar a pie de camino el estado de las carreteras españolas en cada legua” dijo Pérez.
El inmueble tiene una superficie de 138 metros cuadrados y se ubica en una parcela de 384 metros que requería de acondicionamiento para albergar los nuevos servicios previstos. Ahora cuenta con dos ambientes; uno exterior dotado de jardín y zonas estanciales, y otro interior con diferentes recintos como recepción, salas polivalentes, dos aseos adaptados y almacén. Una rampa conecta las estancias y lugares dispuestos para el uso tanto en la edificación como desde la vía pública.