Teatre Arniches abrió la temporada de danza esté sábado 19 de enero con las compañías Provisional Danza y Compañía Nómada que se unen para crear un nuevo trabajo, que cuenta con la interpretación de dos grandes de la Danza. Un dúo titulado “Una vez más”, con Carmen Werner y Roberto Torres.

50 minutos que empiezan con un baile en efecto espejo con, por un lado, abrazos y cercanías y momentos de ocio con vino Marina Alta y tabaco para ambos. Pero también, con palabras que pueden resultar dolientes y donde varias veces una americana tirada al suelo simboliza la debilidad de ella. Los personajes pueden ser ellos mismos, unos bailarines que vienen a danzar a Alicante un sábado cualquiera. La vida misma.

Horas antes del estreno en Alicante nos recibe Carmen Werner, una de las socias creadoras del proyecto y hacemos un repaso rápido de la obra, sus relaciones profesionales, de ella y de las acciones de responsabilidad social que emprende en el sector.

Pregunta: “Una vez más” estrenada el pasado año, por tus declaraciones, deja implícito una guerra de géneros donde está presente la manipulación y donde la convivencia tiene una certeza relativa.

Respuesta: Es la realidad. No tanto es la guerra sino la supervivencia. Para mi hay dos razas, el hombre y las mujeres, donde existe la manipulación que la manejan las mujeres, hasta que nos matan. La pieza es ácida y dolorosa además de ser jocosa y divertida, realizando un contrate continuo.

P: Con tu pareja en “Una vez más” creo que es la primera vez que bailáis profesionalmente juntos, pero creo que os conocéis bien desde hace más de 15 años, donde has dirigido incluso piezas para él.

R: Mi relación con él es increíble, Ha sido fácil crear con él y muy agradable.

P: ¿Qué dimensión le aporta que dos grandes bailarines desarrollen una obra como “Una vez más”?

R: No aspiramos a ninguna dimensión, está todo hecho. Lo que me importa es pasarlo bien en escena y que el público lo pase bien.

P: Por esta relación que tienes, ¿cuál es tu complicidad desde la danza con Tenerife?

R: Llevo muchos años de relación con Roberto y empecé en Tenerife con un solo en el Teatro Victoria. También he tenido grandes bailarines en mi compañía de las Islas Canarias que me ha permitido por tanto estar muy cerca.

P: Me parece muy maduro que dos compañías profesionales se unan para hacer un proyecto conjunto: La Provisional y Nómada. ¿No te parece que debería ser un valor para explotar en más ocasiones, el hecho de compartir para sumar?

R: Eso se está haciendo mucho. Yo tengo vínculos con compañías de Venezuela, Japón, México y España, lo hago mucho. Si no se hace más es por viabilidad presupuestaria. Por tanto, los intercambios y las coproducciones son un hecho real en la nueva danza.

P: 30 años, que ya son muchos, destaco en ti el que tienes un proyecto coreográfico comprometido y más directo con el público donde cada paso de baile te acaricia. Estar cerca de la gente me parece también de una gran madurez también.

R: Claro, porque yo me siento público. Es verdad que si piensas en el público no harías nada. Yo me siento a ver lo que hago, porque lo grabo todo. Y si yo me aburro entonces, como soy público, soy capaz de tener esa lectura o esa tesitura. Dejo de ser coreógrafa y paso a ser público, desde mi visión, para saber dónde está mi trabajo.

P: Vuestra propuesta y objetivos de la Fundación Carmen Werner para la Danza Contemporánea me parece de otra liga. Un compromiso social de gran envergadura para la promoción de la danza y la formación y desarrollo de bailarines. ¿Nos puedes contar el hoy de la Fundación?

R: La actualidad de la Fundación son coproducciones, becas y residencias. Los becados son internacionales principalmente de América Latina y Asia. Ha habido coproducciones con Chile, Colombia, México, Uruguay y Japón y esto da muchos beneficios a la creación, no tanto económicos.

“Quien baila en enero, baila el año entero”. Teatro Victoria, Santa Cruz de Tenerife.