“Ella pierde por mí, cae enferma, huye, blasfema, muere, se golpea, la golpean, se droga, se revienta mientras yo observo desde la frontera de una extraña salud. // Pero no estoy a salvo. sangro por el cuerpo de mi Olvido, sin hacerme señales, con todo este dolor sin pertenencia. Ella es en mí lo no vivido, el delito en la boca agazapado. Imagen invertida de mi sustento, Olvido: mi carne redentora”.
Graciela Baquero Ruibal nació en Galicia en 1960. Poeta, actriz y licenciada en filosofía. Desde 1986 ha ido desarrollando una investigación sobre la voz como vehículo de la poesía, así como sobre otros lenguajes poéticos y su convivencia escénica: lecturas, performances, radio… Formó parte de Tranxilium y de Mundos Posibles, creando una editorial con el mismo nombre. Además, desde 1990, desarrolla talleres de creatividad (escritura creativa, creatividad y cotidiano, poesía, voz…). En 2008 retoma su labor como poeta visual realizando video poemas y objetos poéticos. En 2015 expone sus objetos bajo el título Cuando el mar sea todo orilla en El Teatro de la Puerta Estrecha (Madrid) y Bosques de Mar en la Factoría del Arte (Vigo). En relato, ha publicado Pintura sobre Agua (Éxadra de Ediciones, 1990) y Sobre el Amor y otros animales (Eolas Ediciones, 2022). En poesía sus libros publicados son Contactos (Arnao Ediciones, 1985), Crónicas de Olvido (Ed. Pamiela, 1997), Oficio de Frontera (Ed. Eclipsados, 2006). Con Mundos Posibles Ediciones ha reeditado Crónicas de Olvido (2008) y ha publicado Historia de la Fragilidad (2013); Extravío (Ed. Amargord, 2015) y Chroniques d’oubli (Ed. Al Manar, Francia; 2019). En 2022 reedita Crónicas de Olvido en la colección Genealogías, de la editorial Tigres de Papel.
Dentro de las reflexiones sobre quién somos, transita siempre la sombra de un animal, de un ser intuitivo y originario que nos complementa y al mismo tiempo nos desgarra y nos sorprende. Esta dualidad convierte al mundo en una moneda de dos caras, y es desde el despojamiento necesario para observarnos donde nace el yo poético, el poema sobre el que se escribe la vida.
“Elegimos entre los transeúntes nuestra presa de destino y nos dejamos ir tras ella, para poder leer en sus pasos la impronta de su devenir y su frescura. // Carne nueva para nuestro antiguo corazón. Lugares a donde ir, alguien por quien preocuparse; simples tareas para anudarse al mundo y a la especie”.
En el viaje vital, el diálogo interior provoca que el pensamiento y la conducta oscilen ante lo social, ante la injusticia y la violencia que están entretejidas en nuestra piel. De esta manera, el lado feroz y nocivo nos atrapa en el paisaje urbano, en la realidad que parece invisible. El olvido intenta acallar las voces del dolor, de la herida que sangra ante la indignación del que se subleva ante el consentimiento.
“Todos querían golpear a la prostituta. Todos la fueron desnudando hasta dejarla perfectamente sola entre los suyos. // Y sin embargo nuestros soldados no perdieron la compostura. Estaban allí, presentes, con los ojos del mundo, con los ojos de una especie fraudulenta, y al fin ojos de nadie para cuidar al otro. // Después vimos un anuncio navideño, otro sobre seguros de vida, otro sobre un perfume de insospechados efectos”.
La poesía es el mundo en el que se sobrevive. Existe una unión con el animal que siente la grieta y avanza por un camino cortado, por las fronteras y los exilios que sufre la mujer que escribe mientras construye la crónica de un viaje junto a Olvido. Los contrarios forman un mismo embrión y cierran el circulo de la existencia.
“Con ella voy subiendo la montaña. Olvido abre caminos por donde nadie anduvo y yo me cuido de no perder su rastro. Jadeo, persigo una sombra que reclama mi huida y me encuentro de pronto donde no hubiera estado. // Sé de la dirección correcta por el golpe fulminante de su cuerpo en la maleza. Sé que los hundimientos de la grava en la tierra son las pisadas recientes de mi Olvido”.
El miedo a descubrirse más allá de lo sensible y arraigado a la tierra, pone de manifiesto la fragilidad y el desconcierto. Las sombras provocan una tormenta emocional y abren surcos por los que avanzar mientras Olvido es “el vértigo de un cuerpo sin caída”. Una huida que se detiene ante el propio ser, ante la niña que habita en todas las memorias y ante la mujer que abraza el presente y se reconcilia con el recuerdo.
“…’Todo saldrá bien’, dijo, y me enseñó entonces el filo hiriente de la despedida; primero dejó de mirarme, luego retrocedió unos pasos, dio media vuelta sobre su propio eje y se fue yendo hasta desaparecer entre el gentío. Mientras, yo me lamía guiada por una vieja costumbre”.
Graciela Baquero Ruibal nos invita en Crónicas de Olvido a un viaje lleno de espacios, de vacíos y huecos por donde entrar y emocionarse. Un libro de poesía en prosa que nos arrastra hacia la reflexión y el pensamiento que intuye y desconoce en el ejercicio de vivir. Nacer y revivirse desde la perspectiva del pasado, con Olvido o sin ella, es una tarea que abre muchos puentes llenos de espejos, muchas incertidumbres y ninguna certeza. Así acaba este libro: “Lo intacto de ti, mi propio cuerpo”. Sintamos la pulsión de la vida. Leamos.
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