“Qué hay en mí si no tengo aves ni pájaros, ni el sonido de las caracolas, qué hay en mí si no tengo la canción del agua, el murmullo del viento y quiero surcar todos los mares contigo.”
“Los espejos del agua” (Olélibros, 2019), de Pedro Villar Sánchez, es un libro de poemas que algunos de nosotros esperábamos ansiosos. A pesar de la prolífica obra del autor, su poesía para adultos (sin voluntad de poner etiquetas) se ha hecho esperar, después de un largo parón.
Para Pedro Villar la poesía es una necesidad y por eso, ya desde los años 80 ha realizado una tarea de divulgación sin descanso. Prueba de ello es la pasión que, en todos sus años como profesor, ha ido transmitiendo a sus alumnos y a todo su público en actividades de animación lectora, recitales, canciones…. Y, por otro lado, con su participación en revistas especializadas o en programas radio…
Sus libros han sido publicados en España, Colombia, México, China, Estados Unidos y Canadá.
En poesía podríamos destacar títulos como Desde la luz y la sombra (1991), Luz en el laberinto (1995), Alimentando lluvias ( 1997), El bosque de mi abecedario(2003), Los animales de la lluvia(2008), Tres veces tres la mar(2012), Miguel Hernández en 48 estampas (2013), Doña Nube y Don Nubarrón(2016) y Las ranas saben cantar(2019).
En cuento y narrativa, Cuéntame (2010), El pastor de nubes(2012), Los sueños de Gaudí(2016) y Un doctor en medicina natural(2018).
Pedro es un poeta que viene de la tradición oral, de escuchar al calor del hogar canciones, versos y cuentos, de emocionarse con Jarcha o Nuestro pequeño mundo, de descubrir la vida desde los versos cantados por Joan Manuel Serrat y tantos otros…
Como él mismo dice, se convierte en niño cuando escribe, quiere “ser pájaro, canción y nube”, voz que tiembla cuando descubre y siente que la vida es frágil.
Esto y mucho más nos lo demuestra en este libro, “Los espejos del agua”, un libro de poemas intimistas y reflexivos que nos acercan a un hombre que quiere sentir más que entender cuando hablamos de poesía.
Junto a imágenes de Rosa Mª Marcillas y portada de Alexandra Domínguez, en este libro se desbordan el aire, las luces, los árboles, la orilla somnolienta del agua…
” Digo poesía/ y un aletear de mariposas/se desliza en tus párpados, /señalo un punto de luz/ y una luciérnaga/atraviesa la noche.”
“Los espejos del agua” es un poemario que usa como escusa el mar para acercarnos a su universo personal. Una biografía espiritual que Pedro Villar construye para nosotros, para el lector que se deja llevar por los ecos del mar de las mil caras y sabe que el viaje es más importante que el destino.
Para mí, la poesía de Pedro no es una poesía narrativa ni confesional, pero sí una expresión que partiendo de sus experiencias reales busca una interpretación conceptual de su ánimo, que modula su percepción vital y determina su propio vivir.
Las percepciones interiores constituyen la base de su escritura, siendo una manera de autoafirmación y de hallar su verdad; una manera de comunicarse con los “seres sensibles” a los que va dirigida toda su obra literaria.
Cuando leáis este libro, tenéis que estar preparados para convertiros en náufragos cuya tabla de salvación va a ser solamente la poesía, tenéis que estar preparados para recuperar el brillo de la mirada de un niño, la magia que existe en la esencia y en el corazón de las cosas. Y es que, un solo verso puede salvarnos.
“Cuando al alba miraba al mar, sentía la luz en las pupilas del faro. Un solo verso, pensó, puede salvar a un poeta. Buscaba entonces las palabras precisas, las sílabas justas, la metáfora perfecta…”
Decía Luis Cernuda, uno de sus mayores referentes, que “el mar es un olvido, una canción, un labio; el mar es un amante, fiel respuesta al deseo. Es como un ruiseñor y sus aguas son plumas, impulsos que levantan a las frías estrellas…” Eso son los poemas y las ilustraciones que componen este libro. Ahora solo queda disfrutar de su lectura.
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