«Tres meses en Nueva York» de Javier Calabria es el cuarto poemario de la Colección de Poesía de la Editorial Puente de los Espejos de Eléctrico Romance. La presentación de este volumen se llevará a cabo en la Sede Universitaria de la Ciudad de Alicante el 23 de abril a las 20:15 h.

Estarán presentes en el acto el autor,  Javier CalabriaJuan José Cervetto Guijarro, Editor; Marina Alcolea, prologuista; Mariano Sánchez Soler, epíloguista y Manuel Fernández, Unidad de Imagen y Comunicación de SUMA patrocinador del poemario.

«Tres meses en Nueva York» presenta una ciudad dividida entre lo real y lo imaginario

Marina Alcolea nos cuenta en el prólogo que Javier Calabria escribió este poemario durante los tres meses de estancia en Nueva York en los que trabajó como ayudante de un artista. También nos cuenta Alcolea que todos los días Calabria iba hasta Brooklyn donde estaba el taller. Así nos narra este recorrido «a su paso por el Newton Creek se veían, tras el metal del puente, las tumbas del Calvary Cementery, al fondo Manhattan; geometrías que están en estos poemas dibujando el recorrido por una ciudad dividida entre lo real y lo imaginario».

Por eso su prologuista asegura que «en este poemario se libra una batalla o quizá tiene lugar una danza:  entre lo natural y el artificio de los hombres». Explica Marina Alcolea que en esta danza o batalla el ser humano es un elemento más de la máquina-ciudad-sistema, lo que termina por desnaturalizarlo, «el poeta está hecho de naturaleza (animales, plantas, sentimientos) y la ciudad aniquila esa naturaleza».

Pero que mejor que citar el poema NY XXXVIII de «Tres meses en Nueva York» para invitarnos a ver la ciudad a través de los ojos del Javier Calabria.

«Pero todo es ciudad/ en cualquier superficie se aprecian/ los efectos de las caries de la urbe […] como una marea tranquila y calmada/ que termina por comerse la playa».

Ilustración utilizada en la portada del Poemario Tres meses en Nueva York

Ilustración utilizada en la portada del Poemario Tres meses en Nueva York

Un recorrido íntimo y emocionante a través de «Tres meses en Nueva York»

Mariano Sánchez Soler resalta, en el epílogo de «Tres meses en Nueva York», la intensidad con la que escribe el poeta de 26 años que nos narra como recorre su propio camino poético a través de escenarios que también pisó Federico García Lorca, con su «Poeta en Nueva York». Soler describe este camino como «un recorrido íntimo emocionante donde brilla en la oscuridad su mirada de joven poeta transeúnte, capaz de llegar a ese territorio interior que quiere la libertad, el amor humano frente a la deshumanización de la metrópoli. En el lugar del amor han crecido ciudades, repite en uno de sus poemas».

Sánchez Soler asegura que Tres meses en Nueva York es «un libro de imágenes poderosas» que en su opinión es lo mejor que puede ofrecer la poesía. «Por sus versos discurre el viento enrarecido por la pena, el quejido inabarcable que le atraviesa a través de la ventana, los perros maltratados, el acero que transporta toneladas de carne, el hormigón armado que hace hombre al hombre, la asfixia que zumba como una colmena, las vísceras de la memoria, la luz contaminada que se refleja en las nubes, miles de ojos vacíos que habitan calles sin nombre… Nueva York», señala Mariano Sánchez Soler para luego citar uno de sus versos:

“Así deslumbra la metrópolis / con su noche inverosímil de naranjas contrariadas, / de vibrante electricidad ensangrentada. / Así es como la miro, / como un ciervo desorientado /en mitad de una carretera secundaria”.

A su regreso de Nueva York, los poemas de Javier Calabria permanecieron hibernando en una carpeta hasta que el autor los hizo públicos en un spoken words (música + poesía).  En este formato la voz que recitaba a través de filtros (autotune, vocoders, delays) se mezclaba con música electrónica a base de loops. Calabria quiso crear una atmósfera oscura, bases turbias y sonidos que recordaran al ambiente urbano. Su intención era hacer de la poesía algo más que palabras en papel, reflejando la importancia estética que para el poeta, como productor musical y artista digital, tienen el Glitch Art y la visión artística de Duchamp.

Javier Calabria: el sujeto en la sociedad del simulacro

Javier Calabria se define a sí mismo como un artista multidisciplinar. «Mi arte y mi poesía pretenden reflexionar sobre el sujeto en la era de la sociedad del simulacro, la finalidad es la de mostrar la construcción y la deconstrucción de nuestra identidad en un mundo ambivalente en el que nos encontramos, el duplo formado por lo on-line y lo off-line.» Cita a Umberto Eco o Jean Baudrillard quienes le han nombrado como “hiperrealidad”. Un mundo donde como nos explica Calabria «nuestra consciencia no puede discernir lo que es real de lo que no, ya que los medios y los usuarios modelan y filtran de manera radical los acontecimientos y las experiencias a través de los dispositivos digitales.

Javier Calabria

Javier Calabria

Por eso, Javier Calabria, resalta que con su arte lo que busca es romper las barreras de esta hiperrealidad, «para encontrarnos a nosotros mismos, para comprender nuestras relaciones con los otros y también para encontrar el alma de la máquina». Si, el «alma de la máquina» puesto que para Calabria «la imaginería construida por los ordenadores es una pieza clave para la elaboración de nuevos mitos y el funcionamiento del simulacro en el que vivimos, un mundo en el que la sociedad occidental está obsesionada con replicar digitalmente eventos y experiencias».

Su intención es «entender cuál es la construcción material de nuestra identidad como sujetos dentro de los constructos de sociedad del simulacro, considerar las consecuencias de vivir en un mundo filtrado por pantallas y comprender la relación que tiene el hombre con su siglo».

Puente de los Espejos, la editorial de Eléctrico Romance

Puente de los Espejos es la editorial de Eléctrico Romance. Su colección de poesía es, como define su editor Juanjo Cervetto, «un vehículo para conectar la palabra y las personas…  una vía para vincular espacios y unir nuestros estares: el interior con el visible». La editorial busca que un gran número de lectores y lectoras se acerquen a través de los versos que publican a «compartir las vibraciones que nos producen los poemas creados, de los autores y autoras noveles o recientes y de los y las poetas clásicos que ya son de dominio público, del todos y todas».

Logo Editorial Puente de los Espejos

El nombre de la Editorial alude a un puente real que se construyó a principios del siglo XIX para cruzar el curso alto de la Acequia del Rey, una canal de drenaje de la antigua Laguna de Villena. Por él pasaban los carros cargados de sal cosechada en el Salero Viejo de la Redonda y paso obligado antiguamente para llegar a las ciudades de Yecla o Caudete. Se le conocía como Puente de los Espejos porque todo el mundo se veía reflejado en las cristalinas aguas de la acequia o quizá por el gran número de formaciones cristalinas que había en el suelo en las que también se veían reflejados. También se le llamó Puente de los Cristales, del Salero o Puente Alto, pero para el creador de este puente es una metáfora de la cercanía y de la unión. Por ello recurre a una estrofa del poema de Fernando Pessoa para resumir las motivaciones de esta iniciativa editorial:

«Hacer de la interrupción un camino nuevo,
hacer de la caída, un paso de danza,
del miedo, una escalera,
del sueño, un puente, de la búsqueda,…un encuentro.»

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