Se trata de cuatro protocolos notariales, el mal sido de conservación de los cuales hacía imposible hasta ahora su consulta
El Archivo Municipal de Alcoy ha restaurado siete volúmenes de los siglos XVIII y XIX, cuyo mal estado no permitía su consulta hasta ahora. En concreto se trata de cuatro protocolos notariales de los notarios de Alcoy, Juan Bautista Giner (1787-1788) y Manuel Fabregat Martí (1880 y 1881); y del notario de Banyeres de Mariola, Francisco Ballester (1731-1740).
El resto son tres volúmenes de obras impresas en el siglo XVIII que han precisado una intervención menor de limpieza y reencuadernación.
Los trabajos de restauración, realizados a lo largo del 2021, fueron adjudicados al taller de restauración Sánchez & Príebe, de València.
Para sufragar el gasto derivado de esta intervención, se solicitó una ayuda a la Consellería de Educación, Cultura y Deporte en la convocatoria de subvenciones destinadas a la digitalización y la restauración de la documentación histórica y la mejora de las instalaciones de los archivos municipales de la Comunidad Valenciana, por una cantidad máxima de 8.965,16 euros.
Por resolución de 8 de julio de 2022 se concedió en el Ayuntamiento de Alcoy la totalidad de la ayuda solicitada, es decir, 8.965,16 euros.
Según apunta el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Alcoy, Raül Llopis, «esta restauración ha sido un trabajo muy cuidadoso, que nos permite recuperar parte de nuestra historia y facilitar la consulta a aquellas personas interesadas en conocer más sobre la sociedad y el territorio de nuestra comarca hace más de tres siglos».
Situación de los documentos antes de su restauración
Los documentos notariales presentaban un mal estado de conservación, lo cual impedía su consulta para no provocar daños adicionales. Las principales causas de alteración y degradación de los volúmenes se debían principalmente a causas físicas externas, como una elevada exposición a la humedad en el pasado, que había provocado la proliferación de microorganismos, con una alta actividad microbiana que producía además el deterioro de la celulosa con aumento de la acidez del papel. Esto también provocó manchas de diferente coloración rosácea y presencia de esporas negras sobre la superficie que provocaban un fuerte debilitamiento del papel, más evidente en los márgenes, y que ocasionaban pérdidas del apoyo documental y roturas.
También eran evidentes las alteraciones físicas por la corrosión de la tinta ferrogàlica en las zonas de la grafía donde hay más cantidad de tinta aglutinada.
Las encuadernaciones también habían sufrido deterioros a causa de factores ambientales como partículas de polvo en superficie, deformaciones, rozaduras y pérdidas del apoyo.
Proceso de restauración
El grave deterioro que afectaba el papel y la encuadernación hizo imprescindible el desmontaje de los volúmenes, en algunos casos hoja por hoja. Antes, se realizó una revisión de la paginación y cotejo de la paginación original, para tener la localización exacta de páginas y cuadernillos.
A continuación se procedió a la limpieza mecánica en seco del papel y las encuadernaciones mediante gomas de caucho y brochas japonesas de cabellos finos de cabra hoja por hoja. Este proceso es especialmente importante para evitar que la suciedad entre en la zona interfibrilar durante el proceso de lavado de las páginas. Por otro lado, se eliminan gran parte de esporas y restos de hongos adheridos a la superficie de las hojas, desinfectando parcialmente el documento. En las encuadernaciones se realizó también una limpieza mecánica con gomas de caucho y gomas de diferentes durezas según la zona a tratar y brochas. Después se realizó una limpieza local con una disolución de alcohol para reducir las manchas en zonas donde presentaba mayor suciedad, como por ejemplo áreas con manchas de grasa producidas por su manipulación y otras manchas de procedencia desconocida.
A continuación se efectuó una limpieza en húmedo y reintegración del apoyo eliminando ácidos y suciedad interfibrilar soluble. El desacidificado aporta una reserva alcalina que protege el apoyo de la formación de nuevos ácidos. En las páginas en peor estado se aplicó un proceso de laminado mediante la aplicación de una pegatina a base de almidón e incorporación de papel japonés.
Después del periodo necesario de oreo y secado, se procedió al montaje y cosido de las hojas y cuadernillos siguiendo la paginación original.
Una vez finalizado el proceso de limpieza de los pergaminos, material de revestimiento de las encuadernaciones, se realizó la hidratación del pergamino para restablecer su estabilización higroscópica.
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