Por primera vez en su carrera, el artista español Solimán López, claro referente del “new media art” internacional, fundador del Harddiskmuseum, director de innovación en la Escuela Superior de Arte y Tecnología de Valencia, primer artista español en vender un NFT en la feria de arte contemporáneo ARCO y en lanzarlo a subasta en la prestigiosa Durán, ha entrado en el campo de la genética a través de una colección autogenerada y extensa de NFTs.
Con anterioridad, había tocado ciertos aspectos relacionados con el ADN en OLEA, proyecto en el que, junto al laboratorio GenScript y el Instituto de la Grasa del CSIC, creó un nuevo aceite de oliva que contiene el código de una criptomoneda sintetizado en su ADN; y en la materialización del genoma del Harddiskmuseum a través de la asociación del código binario del archivo .zip en el que reside con los componentes del ADN, gracias a la colaboración del laboratorio Twist Bioscience y la genetista Dina Zielinski.
INTRONs se trata de una propuesta del artista, asesorado por Sierra Block Games, para solucionar la presencia humana y natural en espacios virtuales o metaversos. Comienzan con una colección génesis de 1500 NFTs generativos dinámicos que contienen la capacidad de almacenar y representar 15 rasgos del genoma de su titular.
El proyecto supone una evolución en la representación de la realidad, en la que la biotecnología se pone al servicio de la mirada del artista. Todo ello tiene como resultado la creación de una nueva identidad digital extraída de diversos datos científicos del genoma humano obtenidos a partir de pruebas genéticas realizadas por la empresa ADNTRO.
Para que pueda llevarse a cabo, es necesaria una prueba de saliva del titular y la utilización del serum del ADN. Tras ello, comienza la magia: se inyecta dicho serum dentro del INTRON y comienza a mutar su forma hasta adaptarse al resultado, naciendo así la identidad digital del titular, con capacidad ser usada en el metaverso.
Esta colección tiene una peculiaridad que la hace única: entre sus NFTs hay algunos con una rareza superior al resto, es decir, es menos frecuente su aparición. Ello depende de la variación única que cree la URI en los metadatos de los NFT y de los valores del ADN. El laboratorio de rarezas recoge variaciones tanto de materiales, desde plástico hasta efectos metálicos, como de colores, fondos y texturas. Además, los datos del material genético pueden alterarlo en forma, volumen, ancho y tamaño de cada uno de los elementos que componen al INTRON.
La presentación del proyecto tendrá lugar en el Instituto Espronceda en el marco de ISEA22 del 10-16 de junio.
Coetánea a INTRONs, aunque con diferente temática, se encuentra la colección CELESTE. Consiste en una instalación automática multimedia a base de balizas equipadas con cámaras de vídeo y microordenadores por diferentes partes del mundo que capturan sin descanso y en tiempo real el cielo. El resultado es una imagen en constante mutación, arrítmica, con formas orgánicas y geométricas, y en forma de caleidoscopio que nos presenta la construcción de un nuevo paisaje enteramente digital. La baliza será inaugurada en colaboración con ArtPool el 20 de mayo en el MAAT, Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología de Lisboa, y habrá que esperar hasta el 1 de octubre para poder ver todas sus obras expuestas en el ZKM de Karlsruhe, Alemania.
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