El Ayuntamiento de Altea, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, ha promovido la realización de una prospección arqueológica subacuática en el entorno patrimonial de la Olla para evaluar el estado en el que se encuentra el yacimiento arqueológico subacuático existente en este punto de la bahía.
El concejal de Medio Ambiente, Jose Orozco, acompañado de los responsables de la prospección, Pedro Jaime Zaragozí, codirector y responsable del estudio de los hallazgos, y Omar Inglese, encargado de la dirección técnica; han presentado al alcalde de Altea, Jaume Llinares, los resultados de la intervención arqueológica desarrollada a principios de este mes. Han estado presentes también durante el acto de presentación la concejala de Cultura, Aurora Serrat; los responsables del Servicio de Vigilancia Marina del Parque Natural Serra Gelada y la técnica de Medio Ambiente, Ana González.
Estos trabajos han consistido en una prospección subacuática que ha permitido conocer el perímetro del yacimiento y recuperar 65 piezas que se encontraban en peligro de expolio. ‘’A continuación, -como ha explicado Pedro Jaime Zaragozí-, se procederá al estudio y catalogación de las piezas para depositarlas, finalmente, el Marq’’. Entre los materiales recuperados destacan ánforas del periodo tardorromano, entre los siglos II al V d.C.; y también piezas modernas y contemporáneas como barreños y tazas.
Jose Orozco se mostraba muy satisfecho con estos trabajos, indicando que ‘’Más de 25 años después de los primeros estudios realizados en el yacimiento, el Ayuntamiento de Altea, en el contexto de las labores que se están llevando adelante desde la Concejalía de Medio Ambiente para la salvaguarda y protección del entorno marino de Altea, ha querido sumarse a estas tareas la protección del entorno patrimonial de la Olla, emprendiendo un proyecto arqueológico para evaluar el estado en el que se encuentra este yacimiento subacuático y poder actuar así con consideración para su protección y vigilancia’’.
Importancia histórica de la bahía de Altea como uno de los principales puntos para hacer aguada a lo largo de la costa del Levante peninsular
Multitud de portulanos y cartas de navegación antiguas han situado históricamente la bahía de Altea como uno de los principales puntos para hacer aguada a lo largo de la costa del Levante peninsular. Por un lado, la Isleta de la Olla, que ofrece un punto de fondeo excepcional al resguardo de los vientos de Tramontana y de Levante, y por otro, la presencia del río Algar como punto excepcional de aguada, han hecho de este punto de la bahía el escenario perfecto para el intercambio comercial y de llegada de mercancías para el abastecimiento de las poblaciones, que a lo largo de la historia se han ido desarrollando en el valle del río Algar.
El resultado de estas actividades comerciales continuadas a lo largo de varios siglos es que hoy, en el entorno de la Olla de Altea, existe un yacimiento arqueológico subacuático que puede ser de vital importancia para comprender las dinámicas comerciales en el norte de la comarca de la Marina Baixa desde época romana hasta principios del siglo XX.
Fue durante el año 1993, en el marco del proyecto “Inventario de yacimientos sumergidos en el litoral de la Marina Baixa”, bajo la dirección de Antonio Espinosa, cuando se realizaron los primeros estudios en este yacimiento. Estas prospecciones evidenciaron la existencia de este punto de anclaje ya desde época ibérica, siendo el periodo de época romana, entre los siglos II y VI d.C., el que más actividad suscitó tal como demuestran los materiales.
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