El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, junto con el concejal de Cultura, Antonio Quesada, el edil de Patrimonio, Domingo Paredes, y miembros del Comité de Asesoramiento de las Eras de la Sal, encabezados por Vicente Esteban Chapapría, han visitado en la mañana de hoy, tras una intensa reunión de trabajo, las actuaciones arqueológicas que se está llevando a cabo en el denominado Muelle Mínguez, ubicado en el muelle pesquero, frente al histórico Bar La Marina.
El arqueólogo José Ramón Ortega ha explicado que estos trabajos están recuperando lo que queda de este muelle del siglo XIX y que se encuentra bien conservado en lo que respecta a sus sillares de arenisca. Una actuación que pretende sacar a la luz el que fue el primer muelle existente en la dársena portuaria de Torrevieja.
El alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, ha informado que la intención de esta actuación es poner en valor este elemento histórico de la ciudad y que pueda ser visitado para darlo a conocer, ya que, además, el muelle Mínguez es una obra singular, inexistente en otros emplazamientos en España. El alcalde ha anunciado que en los próximos días se enviará el proyecto de rehabilitación al equipo redactor de las Eras de la Sal para que a lo largo del primer trimestre del próximo año 2024 pueda comenzar a ejecutarse.
ÚNICO MUELLE EXISTE EN TORREVIEJA DESDE LA DÉCADA DE 1870 A LA DE 1950
En la bahía y enseñada de Torrevieja, el denominado Muelle Mínguez fue el único muelle existente desde la década de 1870 hasta la de 1950. Permitió la carga y descarga de mercancías, sobre todo de pesca y productos de huerta de la Vega Baja. Cierto es que existían los dos muelles de las Eras de la Sal, que el Estado había construido: el de poniente primero construido a partir de 1777 y el de levante entre 1835 y 1841. Sobre este último se construyó el caballete que estuvo en funcionamiento desde 1898 hasta 1958. Pero en los muelles de las Eras de la Sal solo se cargaba la sal procedente de la laguna. Hasta que se construyó el Muelle Mínguez, las embarcaciones se cargaban y descargaban varándose en la playa entre la punta Cornuda y el emplazamiento de aquel muelle.
Antonio Mínguez fue uno de los personajes de Torrevieja con mayor influencia en la época y fue alcalde de la ciudad en distintos momentos en este periodo de grandes convulsiones. Una vez construido el muelle Mínguez, todas las operaciones de carga y descarga que no fueran de sal, se debían hacer en ese muelle.
DESAPARICIÓN DEL MUELLE MÍNGUEZ
La desaparición, funcional que no física, del Muelle Mínguez se produce en la década de 1950 cuando se construye el nuevo muelle pesquero que aún hoy existe. En marzo de 1957, se desplazaron a Torrevieja varios ingenieros para examinar sobre el terreno lo que iba a ser el puerto pesquero de Torrevieja. Durante 1958 las obras de relleno tras el muelle pesquero fueron a buen ritmo de ejecución. El muelle Mínguez quedó embebido desde 1959 en la primera alineación del muelle pesquero. En la segunda se edificaron posteriormente, mediados la década de 1960, la Lonja pesquera y otras construcciones auxiliares para la pesca. El “relleno” del puerto trasdosó el muelle pesquero, de manera que, desde entonces, solo se ha podido ver la cara de poniente del muelle Mínguez, quedando a la vista los sillares, una rampa, una escalera y algunos noráis, elementos todos ellos de muy bella factura.
Este muelle constituye un bien histórico y patrimonial de indudable valor que se ha preservado al estar embebido en la infraestructura portuaria construida posteriormente en Torrevieja. Está incluido en el Catálogo del Plan General de Urbanismo de Torrevieja como Elemento Monumental Histórico- Artístico.
A efectos de garantizar su conservación, se ha propuesto la declaración del Muelle Mínguez como Bien de Relevancia Local (BRL), aprovechando la figura jurídica de protección del patrimonio cultural que aparece en la normativa de la Comunidad Valenciana y por la que se consideran bienes inmuebles de relevancia local aquellos inmuebles que poseen, en el ámbito comarcal o local, valores históricos, artísticos, arquitectónicos, arqueológicos, paleontológicos o etnológicos en grado relevante, aunque sin la singularidad propia de los bienes declarados de interés cultural.
Por último, la propuesta de declaración de BRL debería incluir, como parte del conjunto del muelle Mínguez, el edificio que ocupa actualmente el establecimiento denominado bar La Marina, ya que ha formado parte de la historia de este espacio y contribuye a la singularidad del conjunto y a sus valores identitarios y tipológico-tradicionales.
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