El pasado 31 de enero se celebró el segundo encuentro del ciclo Negroni y Criminal en Libros28 de San Vicente del Raspeig. Esta iniciativa aglutina la presentación de un escritor de novela negra, genialmente dirigido por Luis Leante, ganador del premio Edebe de Literatura Juvenil de este año, con un microteatro que hace la introducción del autor o autora invitados, terminando con una cena junto a la autora con todos aquellos que lo deseen. En una primera ocasión contamos con Carlos Zanón y en este último con Nieves Abarca, estando previstos Mariano Sánchez Soler y Rosa Ribas para los próximos.

Como os iba diciendo el 31 conocí a la escritora Nieves Abarca, de la que ya había leído algunos de sus libros, pero en el ciclo, entre otras cosas, se habló de “Crímenes Exquisitos”, primera de las cuatro novelas escritas junto a Vicente Garrido, en las que los protagonistas son la inspectora Valentina Negro y el perfilador Alberto Sanjuán. Habrá quien  piense que dicho género es muy repetido pero precisamente esta novela, escrita en 2009 y publicada en 2012, fue de las primeras que estableció las tramas de asesinos en serie y escenas del crimen sin indicios, convertidas en la actualidad en tópicos, y digo esto sin menosprecio a ninguna novela negra ya que a mí me encanta este género.

Nieves Abarca, estudió Geografía e Historia, especializada en Historia del Arte, tiene un Master en Periodismo, ha realizado estudios de anatomía patológica y medicina legal y es especialista en perfiles criminales. Su última obra “Voraces” es una novela documentada y con una trama histórica situada en lo que pasó en España tras la vuelta de Fernando VII, qué sucedió con los que lucharon en la Guerra de la Independencia… Pero para mí tiene un especial aliciente: ¡Vampiros! pero no de origen europeo, ni de los que se enamoran de su víctima. Los personajes históricos que pueblan la novela me parecen fascinantes: el general Espoz y Mina y sobre todo su mujer, el duque de Wellington, el general Torrijos, Tennyson, y sobre todo Espronceda, toda plagada de personajes románticos sobre los que planea, aunque no sea un personaje, Lord Byron y la noche en Villa Diodati.