La concejala de Cultura, Mª Dolores Padilla, y la directora del Mubag, Joserre Pérezgil, han acudido esta semana  al Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, donde la obra propiedad de la Diputación de Alicante, «Oeta-neg» de Víctor Vasarely, permanecerá en la primera planta como «Pieza invitada» junto a las obras de arte óptico y cinético de la Colección Arte Siglo XX.

La pieza, un acrílico sobre tela, ha formado parte de «Luz y movimiento. La vanguardia cinética en París 1950-1975», la última exposición temporal del museo. Ahora se convierte en la décimo quinta pieza invitada, gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento y la Diputación de Alicante.

Con este programa de exposiciones titulado La pieza invitada, el MACA pretende acercar al público obras temporalmente cedidas por otras instituciones y que en el Museo adquieren un nuevo significado, al ser presentadas como exposición de una sola obra en relación con el contexto de la colección permanente. La Colección Arte Siglo XX permite por la extensa nómina de artistas, la variedad de obras históricas y los numerosos momentos estéticos que se hallan representados, un programa enriquecedor de invitaciones. Obras concretas que, en diálogo, discusión, contigüidad o contradicción, se muestran inmersas dentro del contexto expositivo del museo.

Al mismo tiempo se presenta una renovación de la exposición permanente de la Colección Eusebio Sempere en la tercera planta.

La exposición permanente de la Colección Sempere del MACA se ha renovado centrando la atención en la obra escultórica del artista tan variada que conservamos: esculturas luminosas, rejas, esculturas colgantes, esculturas basadas, mármoles… 13 esculturas de mano del artista que sorprenden si atendemos a sus propias palabras negando una y otra vez su trabajo escultórico:

mis últimos trabajos son una serie de módulos a los que yo no llamo esculturas, porque yo no soy escultor y el concepto de escultura es muy serio. Son temas tratados en tres dimensiones, empleando las sensaciones materiales en oscuro o claro, el cromado que refleja la luz… Por eso cuando me dicen que por qué he hecho los móviles –a los que yo llamo artefactos-, respondo que ha sido como un camino mío abierto de experimentación, no sé si válido o no, para crear esos materiales y para hacerlos brillar en el espacio… Me apetecía mucho hacerlos, incorporar a la obra de arte algo propio del siglo XX: los materiales industriales, materiales totalmente hechos y dirigidos por mí y que son otro aspecto del trabajo de mis pinturas”.

Ciertamente el trabajo escultórico de Sempere es un acercamiento a la modernidad. No le interesan los métodos escultóricos clásicos: ni vaciados, ni moldes, ni modelados. Tampoco se siente identificado con materiales tan nobles como la piedra o el bronce; si sus pinturas, cercanas a la tradición miniaturista son deudoras de la gran pintura barroca, -Zurbarán, Velázquez o Vermeer-, la escultura semperiana se instala en su tiempo: materiales y técnica empleados por la industria en otros menesteres se someten al rigor matemático y varilla a varilla, conforman un volumen escultórico que a la vez y paradójicamente, está emparentado con el espíritu clásico.

Dos de estas esculturas son depósito de Florencio Martín en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante. Se trata de la esculturas: rompimiento de la esfera y esfera, ambas de mármol tallado y pulido y de 1976.

Se ha renovado también la muestra de los gouaches sobre papel. 23 nuevos gouaches de la época de París entre 1955 y 1960 vienen a enriquecer la exposición junto al Relieve luminoso depósito de la Colección de la Diputación de Alicante-MUBAG.