La semana pasada se celebró la cuarta edición del Congreso de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, organizado por la Cátedra Misteri d’Elx de la Universidad Miguel Hernández (UMH). Durante los días 25 y 26 de octubre en la Casa de La Festa el encuentro se centró en los diferentes aspectos que afectan e influyen en el Misteri d’Elx como Patrimonio Musical en el siglo XXI.

Tal y como planteó Rubén Pacheco, codirector del congreso, “este no es un congreso solo para músicos, está abierto a todo el público que esté interesado en La Festa” y también apuntó la importancia que tiene el Misteri como Patrimonio Musical “las melodías, la manera de cantar el Misteri, ha sobrevivido en muy pocos lugares de Europa, por eso es tan valioso”. La sesión inaugural, realizada por el propio Rubén Pacheco que es profesor en el Conservatorio Superior de Alicante y miembro del Patronato del Misteri d’Elx abordó El Misteri d’Elx como patrimonio musical.

El rasgo esencial del Misteri es que es una forma de cantar y transmitir la música de manera excepcional. Es una propuesta que en su parte más antigua se basa en piezas gregorianas que parten de modificaciones de las composiciones llamadas contrafacturas, donde los creadores plantean nuevas letras a partir de la misma base musical.

No es música popular aunque las cantaran posteriormente el pueblo. Es música procedente de los cantos de los clérigos del siglo XVI. De hecho, se conserva la Consueta de 1709 que perteneció a la colección de una familia influyente de la ciudad.

Por tanto, el MIsteri se construyó bajo un arquetipo gregoriano que por razones derivadas de la Iglesia dejó de interpretarse por eclesiásticos y paso a cantarla el pueblo en el siglo XIX. Fue una celebración que se transmitió de forma oral y al margen de la música académica. La Capilla o Capella de cantores del Misteri casi en aquella época era como un conservatorio de la actualidad.

La evolución que señaló Ruben Pacheco en su conferencia recogen las siguientes etapas:

  1. Origen Gregoriano. En la que los músicos que participan modifican las letras originales (contrafactura) o crean composiciones o piezas a partir de material melódico existente (centonización).
  2. Aparece la Capella de música en el Siglo XIX. El Concilio de Trento prohíbe los cantos en las iglesias y como consecuencia desaparecen los dramas litúrgicos. Es en esta época donde aparece la Ópera.
  3. Influencia de la música escénica del Siglo VII. Las figuras divinas no hablan o cantan como los mortales y se colorean de otra forma más excepcional.
  4. Fijación y codificación de cambios. En el siglo XVIII se codifican los criterios, como el de los cantos de María y en los libretos de los cantores aparecen reseñados los adornos.
  5. Adiciones populares del siglo XIX. Es en 1835 cuando desaparece la Capella profesional de música y por tanto existe una decadencia técnica que evoluciona al margen de la música culta
  6. La codificación de los cantos entre 1841 y Siglo XX. Se recoge en el libro de tapas verdes y es el momento donde existe una intervención de Óscar Esplá y posteriormente se consolida la partitura de Alfredo Javaloyes de 1933. Es 1960 en el que el músico alicantino introduce dos preludios que persisten hoy en día.

En conclusión, se puede considerar el Misteri como una anomalía histórica que pese a todas las circunstancias ocurridas es una obra patrimonial que ha existido durante tantos siglos.