Este año se cumple el 80 Aniversario de dos bombardeos que tuvieron lugar en la Comunitat Valenciana y que fueron la causa de la muerte de civiles en Alicante y Castellón.
El olvido y Experimento Stuka son dos proyectos audiovisuales que muestran estos acontecimientos. Un cortometraje de animación 2D y un largometraje documental producido por productoras valencianas que ya han iniciado el recorrido por festivales, y que ambos quieren buscar el reconocimiento en la nueva edición de los Premios Goya.
El 13, 14 y 15 de noviembre se llevará cabo la proyección del cortometraje y el largometraje en los cines Kinépolis ubicados en el CC. Plaza Mar 2 un paso más, en el camino para luchar por un Goya. El primer pase será para medios de comunicación y los siguientes, a las 20:30h, con la entrada a 5€. Estos dos días contarán además con miembros del equipo de Experimento Stuka, en concreto el ilicitano Pepe Andreu director de la cinta, el miércoles 14 y la productora Bea Martínez de El Olvido el 15 de noviembre para hacer un debate posterior de cada uno de los pases.
SINOPSIS
El Olvido
Los pescadores regresaron al puerto, la pesca ha sido escasa. El hambre asola el país. Un hombre desconocido compra unas sardinas y las regala a unos niños que juegan. Los niños se fían de él cuando habla de una abundante pesca que pronto llegaría al Mercado de Abastos y el rumor no tarda en extenderse por la ciudad. Sobre las 11 de la mañana y el Mercado de Alicante está lleno de gente. Son instantes previos al bombardeo. «El Olvido» es un homenaje a las víctimas con motivo de la conmemoración del 80 aniversario.
Experimento Stuka
En plena Guerra Civil los habitantes de cuatro diminutos pueblos de Castellón ven aparecer tres aviones en el horizonte. Algunos niños salen a saludar, los adultos los miran con inocencia y curiosidad. Pero los aviones maniobran, caen en picado y bombardean casas e iglesias. Matan a 38 vecinos. Nunca entendieron quién fue el responsable. Hasta ahora.
Los pilotos pertenecían a la Legión Cóndor, enviada por Hitler para ayudar a Franco. Bombardeaban por la mañana y pasaban la tarde bebiendo cerveza en la playa. Era mayo del 38. En sus manos, los tres primeros modelos del Junkers 87A, conocidos como ‘Stuka’. Los prototipos entraron en España en secreto y debían calibrar si aguantarían una nueva bomba de 500 kilos, el doble de las lanzadas hasta entonces. El mortífero éxito del experimento fue determinante en la decisión alemana de construir en masa el Stuka para arrasar con él Europa en la todavía insospechada II Guerra Mundial.
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