El Ayuntamiento de Alicante ha dado por concluidos los primeros trabajos en el yacimiento arqueológico del Parque de las Naciones, en la avenida Miriam Blasco, en el que se han sacado a la luz las estructuras de la villa romana situada en la zona periurbana de la antigua ciudad de ‘Lucentum’, situada en el cercano Tossal de Manises. El concejal de Cultura, Antonio Manresa, ha mostrado su satisfacción al acreditarse nuevas estructuras que van a convertir el complejo en uno de los mayores museos arqueológicos al aire libre.

Ha tenido lugar la presentación del estado de los trabajos de desbroce, limpieza y acondicionamiento de la parcela arqueológica del Parque de las Naciones que se inició durante los meses de agosto y septiembre de este año. La realización de estas tareas ha permitido llevar a cabo un registro exhaustivo de las estructuras descubiertas en las campañas precedentes y de su estado de conservación, así como la elaboración de un mapa de patologías que ha servido como base para una intervención inicial que ha denominado Campaña 0 de diagnóstico.

Se trata de un yacimiento, ubicado en Parque de las Naciones y que se encuentra dentro del área de protección BIC denominada Villas romanas del Castillo Ansaldo a la altura de la avenida Miriam Blasco con las calles Palas Atenea y Afrodita, susceptible de ser excavado, musealizado y de convertirse en un centro visitable para el gran público, un auténtico museo al aire libre que pasaría a incrementar la oferta turística cultural de la ciudad de Alicante.

El responsable del área de Cultura, Antonio Manresa, ha señalado que «hemos concluido la fase 0 de este hito arqueológico y el año que viene continuaremos con la fase I. Podemos estar de enhorabuena porque los resultados del trabajo realizado son más de lo esperado».

Del mismo modo, el jefe de Patrimonio del área, José María Pérez Burgos, ha indicado que «estamos ante un yacimiento excepcional que es Bien Cultural desde los años 90 y es uno de los grandes hitos culturales de la ciudad. Se trata de una villa romana magnífica en la zona periurbana del Tossal de Manises, la antigua Lucentum romana, y los resultados de esta campaña 0 o de diagnóstico son superiores a lo que en principio presuponíamos, porque se han detectado a través del georadar estructuras que de cara al futuro que nos van a facilitar una información científica norme». 

El catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alicante (UA) y co-director de la intervención, Jaime Molina Vidal, ha destacado también que «este yacimiento es el libro que nos va a permitir leer el origen de Alicante, tenemos que sacar la información de la arqueología y por lo tanto es muy importante que la ciudad comprenda que esto es de todos y que ahí podemos leer nuestros orígenes» 

La exposición de los trabajos llevados a cabo ha estado presidida por el concejal de Cultura, Antonio Manresa junto con el concejal de Medio Ambiente, Manuel Villar, el jefe de Patrimonio del área, José María Pérez Burgos y el catedrático Jaime Molina Vidal que coordina los trabajos que han llevado a cabo alumnos de la Universidad de Alicante.

Campaña 0 de diagnosis: Limpieza y consolidación de estructuras

Esta primera actuación, denominada Campaña 0, ha resultado fundamental para la elaboración de un Plan General de Investigación ajustado al enorme potencial de este yacimiento arqueológico. En primer lugar, se ha abordado una imprescindible intervención de consolidación y salvamento de las estructuras existentes, en la que se ha actuado especialmente en la zona del área industrial dedicada a la producción de vino o aceite -torcularium-. Su exposición continuada durante todos estos años a los agentes climáticos había acelerado su proceso de erosión, provocando la pérdida de buena parte de su cimentación y situando a este complejo productivo prácticamente al borde de su irremediable colapso.

Esta situación obligó a acometer inmediatamente labores de protección y consolidación en sus puntos más sensibles con el fin de detener su deterioro. De forma paralela se plantearon trabajos puntuales de excavación, previos a las intervenciones de consolidación. Gracias a las mismas se fueron identificadas una serie de fases constructivas y destructivas relacionadas con la vida de este edificio de índole productiva desconocidas hasta la fecha, las cuales resultan de sumo interés histórico y arqueológico. Finalmente, la intervención en esta zona del yacimiento finalizó con la restitución volumétrica de parte del trazado de su muro perimetral mediante el uso de gaviones rellenos con mampuestos. Esta medida, además de mejorar la protección de la cimentación de la estructura romana, constituye un primer paso para su futura puesta en valor. Aunque gran parte de la actividad del equipo de consolidación de estructuras se centró en la zona en mayor peligro de colapso, también intervino en otras del yacimiento que habían sido objeto de actos vandálicos: una de las labores desarrolladas consistió en la eliminación de los graffitis que afectaban a algunas de las estructuras romanas.

Los trabajos de acondicionamiento y limpieza facilitaron asimismo la documentación arqueológica de todo el yacimiento mediante el empleo de técnicas no invasivas. Estos trabajos fueron realizados por la Unidad de Geodetección de la Universidad de Cádiz, proporcionando lecturas de hasta 2 m de profundidad que reflejan la existencia de vestigios arqueológicos en la práctica totalidad del subsuelo del yacimiento. En algunos casos se observa la continuidad de las estructuras ya exhumadas en las excavaciones antiguas, mientras que en otros revelan la presencia de otras muchas que no habían sido identificadas hasta la fecha y que evidencian una ocupación prolongada de todo este espacio a lo largo de los siglos. De este modo, la limpieza, consolidación y documentación de los restos ya descubiertos, así como la interesante información obtenida mediante la prospección geofísica, plantean un horizonte sumamente interesante desde el punto de vista de la investigación arqueológica en un yacimiento privilegiado para el estudio de la época romana. Hemos de destacar asimismo su gran potencial patrimonial, debido a la entidad y buen estado de conservación de sus estructuras.

Orígenes del proyecto

El inicio de las actividades arqueológicas en este yacimiento se remonta a la década de 1980. Los distintos sondeos realizados sacaron a la luz un destacado centro de época romana que ocupaba una superficie superior a los 15.000 m². Las estructuras más importantes exhumadas mostraban una zona dedicada a la producción de vino o aceite, estancias termales y un conjunto de estancias organizadas en torno a un patio, además de otras estructuras no bien identificadas. Cuando las excavaciones finalizaron en 1990 las estructuras exhumadas quedaron al descubierto, expuestas a años de abandono y falta de mantenimiento, a excepción de una intervención arqueológica puntual realizada entre los años 2010-2011 en una de las zonas residenciales de la villa.